
Rafael Nadal, la Torre Eiffel y un título de campeón. Tres factores que acostumbran a reunirse una vez al año. Después de conquistar su decimotercera corona en Roland Garros, el jugador balear madrugó este lunes para visitar el monumento más emblemático de París y dejar constancia fotográfica de una sonrisa que le acompañará hasta final de temporada. Una vez más, el trofeo le pertenece.