Cuando vi el vídeo de Alexander Zverev ayer, de fiesta con un montón de gente, sentí muchas cosas. Ninguna buena. Aunque me la podía esperar, no lo vi venir. El alemán volvió a dejar claro, por si hacía falta más pruebas para ello, que le importa todo muy poco y que se sigue creyendo por encima del bien y del mal, haciendo lo que le da la real gana. Lo de ayer es un acto irresponsable y de tener las miras muy cortas, exponiéndose en público después de haber dicho que se mantendría en auto-confinamiento durante 14 días.
"Me disculpo sinceramente por haber puesto en riesgo a gente, jugando este torneo", comentó Sascha en Instagram y Twitter. "Seguiré los consejos de nuestros doctores y me aislaré, siguiendo con los tests continuos", añadía el tenista. Los médicos aconsejan un auto-confinamiento de 14 días si has estado en contacto con personas que han dado positivo, para evitar una posible propagación ya que aunque se dé negativo en algún test, el virus puede manifestarse pasado varios días, como sucedió con Ivanisevic. Zverev decidió que seis días eran más que suficientes para él.
La pillada es muy gorda. En una fiesta organizada por el multimillonario Philipp Plein, se le vio a Sascha bailando en compañía de su novia, que también estuvo en el Adria Tour y que también debería haber estado aislada del contacto público durante dos semanas. En cuanto las imágenes se hicieron virales, esas stories se borraron pero ya corrían como la pólvora en Twitter. El alemán no ha hecho ningún comunicado al respecto hasta ahora.
Dejando a un lado la falta de empatía, de civismo, de sentido común de Zverev (y más cosas que me callo), esto produce una consecuencia muy seria y es que pone en riesgo la celebración de la gira norteamericana en verano, con la disputa del torneo de Cincinnati y el US Open. ¿Por qué? Stacey Allaster, directora del Slam neoyorkino, comentó en la presentación del torneo hace una semana que se mostraba "confiada" de que los jugadores cumplieran las reglas. Unas reglas que con lo visto con Zverev, se tambalean.
Se supone que todos los jugadores que compitan en estos dos torneos no podrán salir de la "burbuja" que se creará a su alrededor. Tienen prohibido ir a la ciudad y hacer "vida normal" para evitar así posibles contagios en un país que es el más castigado de todo el mundo, con el mayor número de contagios. Tras lo visto ayer, se duda, y mucho, que personajes como Zverev estén un mes encerrados sin salir de la habitación. Cualquier acto irresponsable sería fatal ya que pondría en riesgo la salud de todos los jugadores del circuito.
¿Quién puede confiar en Sascha después de haber visto cómo se salta lo que le han impuesto los médicos? Los jugadores, todos, sin excepción, tendrán que ir a un sitio de riesgo y confiar en que sus compañeros cumplirán a rajatabla las normas. Lo que hizo el alemán le situará en el centro de la diana por parte de los tenistas y es que están en juego muchas cosas, más allá de la celebración de uno o dos torneos. Si ni ellos mismos se toman en serio esto, ¿quién lo hará?
Y resulta curioso que precisamente sea Nick Kyrgios quien le esté poniendo sentido común a todo esto. El australiano, al que todos conocen por ser el "chico malo" del circuito, atizó con acierto a Sascha por lo que hizo ayer. "¿Cómo de egoísta puedes llegar a ser, tío?", decía Nick en un vídeo en Instagram. "Si dices que te vas a aislar durante 14 días y disculparte, al menos cúmplelo y no salgas. Enciérrate con tu novia durante esas dos semanas. Esto me encabrona", comentaba, molesto. Si es él quien le tiene que poner sentido común a todo esto, apaga y vámonos.
Me gustaría saber qué ha pensado Tony Godsick y Roger Federer de lo que ha hecho Zverev. Por si no lo recuerdan, el alemán fichó por Team8, la agencia de representación del tenista suizo y fue acogido para el ala de Godsick, agente de Roger. Si lo ocurrido en Serbia ya dañó su imagen, lo de ayer, le pone en el disparadero. Si el peso del tenis dentro de unos años tiene que recaer sobre las espaldas de Sascha Zverev, que Dios nos coja confesados.