
Ayer domingo, unas palabras de Dominic Thiem causaron muchísimo revuelo por el trasfondo de la idea que defendía. El austriaco se mostró completamente en contra de la propuesta lanzada por Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer a sus compañeros dentro del Top 100, donde los tres planeaban recaudar una cantidad importante de dinero que iría destinada a los jugadores entre los puestos 250 y 700 del Ranking mundial. Sin ser algo obligatorio, se pidió a los miembros del Top 5, como él, que donaran 30.000 dólares para estos jugadores, algo que recibió el rechazo de Thiem.
"Ninguno de los jugadores de bajo Ranking está luchando por sus vidas. He visto muchísimos casos de jugadores del circuito ITF que no se compromete al 100% con este deporte. Muchos se comportan de manera poco profesional, no entiendo por qué deberíamos darles nuestro dinero. (...) No existe profesión en este mundo que te garantice grandes ingresos en los primeros años de carrera. Los que estamos en la parte alta del Ranking lo hemos peleado para alcanzar la cima", comentaba Dominic. Hay que decir que el austriaco es absolutamente libre de hacer lo que quiera con su dinero y nadie le está obligando a dar nada ya que la propuesta del Big 3 es completamente voluntaria de apoyarla quien quiera, pero el argumento por el que se niega a participar no se sostiene por ningún lado.
Es necesario comenzar diciendo que la redistribución de los premios en el circuito hace años que necesita una remodelación. No es nuevo que la ITF tiene totalmente descuidado el circuito ITF y que la ATP sigue sin poner sus miras al 100% en el circuito Challenger, a pesar de que en los dos últimos años han intentado hacer cosas, sin éxito. La desigualdad en el mundo del tenis es grandísima y con los años ha ido a peor, ya que se está engordando la vaca por el lado equivocado, aumentando la brecha existente entre el Top 10, 20 y el resto del mundo. Resulta sorprendente que en un deporte como el tenis solo puedan vivir de su trabajo unas 100 personas en todo el mundo, algo incomprensible.
Por ello, en una situación tan extrema como la que todos estamos viviendo por el Coronavirus, los principales responsables para el mantenimiento del tenis deben ser los organismos que lo rigen, ITF, ATP y WTA y de ellos ha salido ese plan de ayudas del que hablaba antes, que repartirán 10.000 dólares a cada jugador hasta el Top 400, algo con lo que poder echar una pequeña mano, al menos. La propuesta del Big 3 viene a ser un guiño por su parte al resto de jugadores que la pasan mal en un deporte tan desigual como el tenis, a sabiendas de que el reparto de premios no es justo y no deja de ser el posible primer paso para que algo cambie de cara al futuro.
Thiem está en su derecho de querer contribuir o no a esta propuesta, pero erra totalmente el tiro en sus argumentos. Asegura que ninguno de los tenistas de abajo luchan por sus vidas. Que muchos no se comprometen al 100% con este deporte, que no se comportan de manera profesional o que si ellos están en el top es porque se lo han trabajado. Sin entrar en si debería participar o no, que repito, eso es cosa suya, el bueno de Dom debe comprender que este es un deporte global y que para que el día de mañana tenga algo de éxito, es tan importante que en la final de un Slam dos grandes tenistas den espectáculo como que por abajo, el sistema funcione.
Es decir, imaginen que dentro de cinco años, por culpa de la mala distribución de premios y por las consecuencias del Coronavirus, todos los tenistas por abajo del Top 200 deciden dejar el tenis. De esta forma, el tenis no existiría. Sin base, este es un deporte destinado a desaparecer. No es lo mismo ser el número 1 de un Ranking de 2000 jugadores que serlo de un Ranking de 199. Thiem debe entender que a día de hoy, es posible que en el puesto 560 haya un chico de 15 años que puede ser un futuro campeón de torneos importantes que no tiene ayudas y que esta crisis puede hacer que su carrera termine.
Y es que aunque todo fuese justo y dentro del mundo del tenis hasta el tenista colocado en el puesto 600 del Ranking pudiera ganarse la vida con su profesión, si todos dieran el máximo, seguiría habiendo un número 1, un número 5 y un número 400 en la clasificación, por lo que no tiene sentido ese argumento de que los que están arriba es porque se lo han trabajado más. Quizá Thiem no conozca los cientos de historias de jugadores que comen pasta con tomate todos los días para seguir sobreviviendo, compitiendo en 100 partidos al año en el circuito ITF para ganar apenas 90.000 dólares, algo que un top recibe por perder en una segunda ronda de un Slam, quizá no sabe que estas personas no tienen acceso a ayuda médica y que sus familias dependen de lo poco que ganan y malviven y la pasan más que mal.
Más allá de querer hacer recapacitar a Thiem para ayudar a esta propuesta, lo que deberían hacer todos los miembros de este deporte es luchar por arreglar el sistema. Porque el problema está en aquellos que piensan igual que Dominic. Sin base, sin jugadores, este deporte está destinado al fracaso en un futuro. Lo repetiré una y mil veces si es necesario, pero más pronto que tarde, los organismos deben solucionar el problema que hay con los circuitos inferiores para que a los niños y a sus familias les resulte atractivo elegir el tenis sobre otros deportes. Si no, esto acabará siendo terreno para solo unos pocos en un deporte que resultará tan aburrido que no interesará a nadie. Thiem no entendió nada de la propuesta de Djokovic, Federer y Nadal. Esto no va de dar dinero de forma aleatoria, sino de cuidar el deporte del que todos viven.