La increíble historia de la leyenda del rugby que fue gran promesa del tenis

JPR Williams disputó uno de los primeros encuentros de la Era Open, ganó en 1966 una especie de Wimbledon junior y tiene una historia brutal.

JPR Williams, leyenda del rugby que fue promesa del tenis. Foto: gettyimages
JPR Williams, leyenda del rugby que fue promesa del tenis. Foto: gettyimages

La vida es una sucesión de decisiones que conducen a un destino y todo puede cambiar en apenas un segundo. Buceando en la historia del deporte se pueden encontrar relatos míticos de aquellos tiempos en los que el deporte mantenía una esencia pura y especial, aquel que se componía de apasionados que disfrutaban de cada desafío sin recibir nada a cambio y que construían su vida en torno a la entrega y la superación personal. John Peter Rys Williams es un nombre de referencia en el mundo del rugby. Los apasionados del oval tienen en un altar a este galés que formó parte de uno de los mejores equipos de la historia de este deporte: la selección de Gales de la década de los 70. Pero quizá lo que muchos no sepan es que este nombre podría haberse asociado perfectamente al mundo del tenis. ¿Se imaginan a un campeón de Wimbledon junior de hoy en día abandonar el deporte rey de la raqueta y convertirse en uno de los mejores de todos los tiempos en otro deporte totalmente distinto? Pues eso es lo que hizo el comúnmente conocido como JPR Williams.

Pongámonos en situación. Nacido el 2 de marzo de 1949 en la localidad galesa de Bridgend, John pronto se destapó como un amante del deporte y un chico despierto e inteligente capaz de amoldarse a todo tipo de situaciones. Amparado por una familia unida y muy involucrada en su educación intelectual y deportiva, JPR encontró su vocación cuando apenas siendo un niño empuñó una raqueta. O al menos eso parecía. Y es que sus avances fueron tales en el mundo del tenis que en etapa adolescente era un jugador destacado en Gran Bretaña. Compaginaba la práctica del tenis con una pasión visceral por el rugby y un objetivo en la vida claro: ser médico. Williams había sido educado en la necesidad de labrarse un futuro profesional en alguna disciplina bien reconocida y a los 19 años, y apoyado por su padre, decidió ir a la Universidad para cursar dichos estudios.

El desencadenante final para tomar esta decisión fue el momento de cambio en que se encontraba el tenis. La Era Open empezó a fraguarse en la década de los 60 y entró en vigor en 1968, provocando una reacción contundente por parte del progenitor de John. "Se opuso firmemente a que convirtiera el deporte en una práctica profesional. Dijo que si jugaba por dinero dejaría de hablarme, así que no tuve más remedio. Fue difícil abandonar el tenis, pero tomé la decisión de ir a la Universidad y jugar a rugby", dice el galés en un reportaje para Scotsman. Es preciso recordar que el rugby mantuvo un carácter no profesional hasta la década de los 90, lo cual es importante en la idiosincrasia de un deporte con unos códigos de conducta muy peculiares y una identidad asombrosa.

Que John abandonara el tenis justo cuando podía labrarse una carrera importante, fue percibido por muchos como un sacrilegio, teniendo en cuenta que en 1966 habia ganado un campeonato juvenil que reunía a los mejores de toda Gran Bretaña y que se disputó en el All England Lawn Tennis Club. En muchos lugares se presenta a JPR como campeón de Wimbledon Junior, pero conviene señalar que no había un campeonato oficial en esa fecha con tan calificativo, aunque hacía las veces del mismo, reuniendo a las mejores raquetas jóvenes del país. Esto es peculiar, pero aún más interesante es considerar que JPR Williams pudo ser uno de los primeros jugadores en disputar un torneo profesional.

Y es que pocos días antes de tomar la decisión definitiva de abandonar el tenis, el galés se desplazó a Bournemouth para disputar la fase previa del primer torneo oficial de la Era Open. Los grandes historiadores del tenis señalan el primer partido de la Era Open al disputado entre Owen Davidson y John Clifton, pero en las rondas preclasificatorias participaron otros, entre los que se encontraba el que a la postre sería leyenda del rugby. Ganó su partido, se quedó con las 20 libras de premio y disputó la primera ronda. "No creo que ninguno de los que disputamos aquella fase previa fuéramos conscientes de que éramos pioneros y de que estábamos cambiando por completo el mundo del tenis. Me decepcionó mucho perder en primera ronda contra Bob Howe, era gran jugador de dobles pero tenía 42 años. En cuanto acabé el encuentro, cogí el coche con mi padre para hacer un viaje de dos horas que me llevó a mi pueblo, donde llegué justo a tiempo para disputar un partido de rugby", relata con tremenda soltura,

"Yo me pasaba todos los veranos jugando a tenis, era prácticamente lo único que hacía en verano y me sorprendió mucho ver que era capaz de ganar a mucha gente cuando empecé a competir por todo el Reino Unido". Ganar ese pseudo Wimbledon Junior 1966 no fue el único gran éxito de JPR ya que en 1967 salió campeón de un torneo juvenil que reunía a los mejores del mundo en Canadá, imponiéndose a dos jugadores que serían top-10, como Sandy Mayer y Dick Stockton. "Además de por la influencia de mi padre, acabé decantándome por el rugby porque era un deporte mucho más popular en Gales, aunque si pudiera elegir de nuevo, no tendría dudas: escogería el tenis", comenta en palabras recogidas por TheGuardian.

Puede chocar mucho que uno de los mejores rugbiers de la historia haga esta aseveración que explica así. "Lo hubiera hecho porque se gana mucho más dinero con el tenis y no es tan peligroso para la integridad física como el rugby", destaca. Si por algo destacó en el XV del Dragón este jugador fue por su habilidad innata para recepcionar balones muy altos, algo a lo que según él, podría haberle ayudado jugar a tenis de joven. "Siempre me sentí cómodo recepcionando pelotas que caían del cielo, creo que el tenis me dio una gran coordinación en ese movimiento". JPR Williams terminó compaginando su prolífica carrera de jugador rugby con su dedicación a la medicina, llegando a ser un reputado cirujano ortopédico. Ahora ya retirado a sus 70 años, se mantiene ligado al mundo del rugby pero no deja escapar ocasión para reivindicar su amor por el tenis. Una historia apasionante que merece ser contada la de este galés.

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