Las recientes campeonas del Open de Australia en categoría de dobles, Timea Babos y Kristina Mladenovic, han confesado en una entrevista conjunta para wtatennis.com que son íntimas amigas fuera del circuito y que ello lo hace todo mucho más fácil dentro de pista. La dupla húngarofrancesa desgrana su historia completa y resalta lo importante que se han vuelto la una para la otra.
Babos resalta la hazaña de ganar el primer slam del año sin ceder un set. "¡Qué dos semanas tuvimos aquí! Al principio tuvimos muchos problemas. Siendo honesta, en individuales no lo hicimos como hubiéramos deseado. Después volvimos juntas más fuertes que nunca. Supongo que no sucede muy a menudo el hecho de ganar un Grand Slam sin perder un set. Estoy muy orgullosa por lo que hemos conseguido. Salíamos cada día a la pista, luchando al máximo e intentando hacerlo lo mejor posible".
Para Mladenovic, la decepción de la derrota en individuales se mitigó gracias a la tenista húngara. "Ella ha sido mi medicina para superar la decepción del cuadro individual. Terminé la temporada pasada muy fuerte, con unas sensaciones increíbles en pista. Por eso, llegué aquí con buenas expectativas, pero luego quedé muy decepcionada en categoría individual. Es difícil comenzar así la temporada".
La jugadora gala resalta a su compañera como un pilar fundamental en el circuito. "No estaría lo que estoy haciendo ahora en dobles si Babos no estuviera a mi lado. Ella es una jugadora increíble. No quiero decir que sin ella no tendría motivación para volver a la pista, pero, con todos mis respetos hacia el resto de jugadoras del circuito, no sería lo mismo. Creo que no hay ninguna otra tenista en la WTA que acepte no hacer ningún entrenamiento juntas previo a un torneo y que luego nos presentemos, hagamos un par de voleas, calentemos juntas, saltemos a la pista y ganemos torneos importantes".
La oriunda de Sopron revela la importancia que Mladenovic tiene en su vida. "Tengo como dos o tres mejores amigos en mi vida, y Kiki es una de ellos. Honestamente, ya no tengo tantas grandes amistades en el circuito. Hay gente que me cae bien, pero no son mis amigas. Kiki es como de mi familia, no sólo en el circuito, sino en mi vida".
Mladenovic continúa dando detalles de la relación tan profunda que ambas mantienen. "Sabemos todo la una de la otra. Por eso no la trato como una buena colega del circuito, sino como a una de mis mejores amigas. Eso es lo que marca la diferencia".
Una relación que ha pasado por momentos de distanciamiento, según describe Timea. "Creo que ya éramos muy buenas amigas en el circuito antes, pero cuando no nos veíamos, tampoco pasaba nada. Cuando volvimos a jugar juntas en 2017, comenzamos a tener una conexión diferente y me empecé a dar cuenta de ello cuando ganamos el título del Open de Australia. Desde entonces, todo va sobre ruedas".
La tenista francesa cuenta el origen de esta relación tan especial. "El tenis nos unió porque somos de la misma generación. La primera vez que la vi no teníamos ni doce años, nos enfrentamos en un torneo y después jugamos juntas en categoría junior. Todavía me acuerdo cuando le prestaba mi vestido Lacoste para ir conjuntadas a la pista. Entonces, nuestra relación ha pasado por varias etapas: buenas compañeras de circuito, mi mejor amiga del circuito, luego tuvimos un distanciamiento por los Juegos Olímpicos y nuestra relación se enfrió, pero después llegó esta conexión, este reencuentro que no sé cómo definirlo. Esta es nuestra historia".