Quizá recuerden vagamente su nombre. No sería de extrañar teniendo en cuenta que Chun Hsin Tseng rompió moldes en 2018, convirtiéndose en el mejor junior del mundo y uno de los más dominadores en los últimos lustros. Campeón en Roland Garros y Wimbledon, finalista en el Open de Australia y semifinalista en el US Open, este joven decidió dar el salto al profesionalismo cuando aún contaba con 17 años. Las expectativas eran máximos y no ha conseguido dar respuesta a todas ellas, en una temporada muy difícil. No es nada sencillo pasar de junior a tenista profesional, y Tseng pareció tener prisa por foguearse en el ATP Challenger Tour. Ofreció destellos de gran calidad, como su semana en el ATP Challenger Prague Open 2019, donde fue finalista y cayó ante Mario Vilella, pero las prisas no son nunca buenas consejeras para construir una carrera sólida.
Las preocupaciones aún menos, y este joven nacido en China Taipei tiene una bastante importante: su madre. La apuesta familiar por el talento de Chun Hsin ha sido enorme y su padre se ha erigido en la persona encargada de entrenarlo y acompañarlo por medio mundo. Abandonó su puesto parcial de profesor de tenis en una escuela local y el de vendedor en el negocio familiar para poder dedicarse plenamente a su hijo, quedando las finanzas familiares en manos de la madre, que regenta un pequeño puesto de comida propiedad de la familia, mientras se ocupa de criar al hermano menor, Yun Di Tseng, de 16 años. Especializada en la vente de tanghulu, una especie de golosina hecha de fruta glaseda y tomate, la madre del tenista se está perdiendo todos los éxitos de su hijo y trabaja 16 horas al día para intentar asegurar la economía familiar y que no todo recaiga en los hombros de Chun Hsin y sus resultados en la pista.
Esto cobra un mayor mérito cuando es diagnosticada de miotenositis, una enfermedad que afecta a las extremidades, provocando inflamación severa de las mismas, y que puede estar relacionada con el estrés acumulado. "Está comenzando a sentir que no puede más. Nosotros viajamos 10 meses al año y ella está allí sosteniendo a la familia. Cuando nuestro hijo empiece a tener éxito en el tenis esto se acabará, pero hasta ese momento necesitamos el dinero", señala el padre en un reportaje del NYTimes. No debe ser fácil tener 18 años y saber que depende de tu buen hacer en la pista que una madre enferma pueda dejar de sufrir en el trabajo. Clasificado como 305 del ranking ATP, Tseng no ha cumplido los objetivos más ambiciosos en 2019 e intentará seguir progresando en 2020.
Ha sido el primer jugador junior en ganar dos Grand Slam el mismo año, después de que lo hiciera Filip Peliwo en 2012, canadiense que no ha podido transferir esos buenos resultados al circuito profesional. No es el único caso de junior de oro que no se llega ni a asomar a la élite, teniendo en cuenta los casos de Uladzimir Ignatik o Yuki Bhambri, recientemente. Tseng tiene una particularidad tan anecdótica como significativa: su cumpleaños es el 8 de agosto, el mismo día que Roger Federer y Félix Auger-Aliassime. Asesorado por Patrick Mouratoglou al acogerse a la disciplina de su academia, el galo opina acerca del asiático. "Va a ser un gran jugador, trabaja muy duro y hay que darle tiempo. Le falta algo de fortaleza física, pero puede suplirlo con otras virtudes", asevera Patrick.
La situación empieza a ser crítica y la familia plantea cerrar el negocio en la primera de este 2020. La ley del país asiático no permite venderlo ni traspasarlo, así que esta decisión inaplazable por más tiempo, genera aún más presión en el joven Chun Hsin Tseng, que tendrá que intentar aislarse para no caer en la ansiedad. Tiene condiciones de sobra para triunfar en el tenis, pero resulta imposible afrontar con frescura mental un desafío de tal calibre con la situación familiar que presenta. ¿Podrá dar el salto cualitativo esperado en 2020? Habrá que estar muy atentos a su progresión.