Hugo Dellien y el sentido de la segunda oportunidad

El boliviano Hugo Dellien reconoce que en 2016 le dijo a sus padres que se retiraba ante la falta de ingresos. Tres años después, está asentado en el top-80.

Alejandro Arroyo | 20 Dec 2019 | 20.13
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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En 2016, Hugo Dellien, con 23 años, le dijo a sus padres que se retiraba del tenis profesional. La hucha no daba para más viajes ni estancias. No podía permitirse más inversiones mientras no podía subir de nivel. Se lo ha contado a la ATP en una entrevista reciente, donde reconoce que sufrió mucho cuando se lo comunicó a sus padres. Tres años después, el boliviano, número 75 del mundo y con su propio equipo de trabajo, disfruta de un lugar privilegiado que quiere abandonar pronto para seguir progresando en el ranking.

“Se pusieron muy tristes", admite Hugo cuando recuerda aquel momento en el que decidía dejar el tenis. "Habían invertido mucho dinero en mí, habían hecho muchos sacrificios. Y de repente veían que a su hijo se le terminaba la ilusión, se le acababa el sueño. Para mí fue muy duro verlos así. Lloré junto a ellos”.

Pero no tardó mucho en darse una segunda oportunidad, alentado por sus fanas y exentrenadores. "Todo pasa por algo. A los meses de retirarme me di cuenta de que tenía que volver a darlo todo. Primero porque una vez de regreso en mi país supe que le había devuelto la ilusión a muchos niños, algo que no veía viviendo en Argentina. Además, muchos entrenadores que siempre confiaron en mí, me decían que tenía que volver. Entonces sentí que debía hacer todo lo que estaba en mis manos para llegar al máximo."

"Por falta de dinero, estaba cansado ya de luchar tanto"

Dellien explica más detalladamente por qué decidió tirar la toalla. "Por falta de dinero, estaba cansado ya de luchar tanto. El momento más duro fue cuando estaba empezando la pretemporada de 2016 en Buenos Aires. Una persona importante del ámbito del deporte en Bolivia me contactó para decirme que me quería apoyar. Que para eso debía viajar y firmar. Dije que si era 100% seguro, yo iba porque no tenía plata para volverme. Me aseguraron que era así. Entonces vuelvo a mi país y cuando llega la hora de pedir el billete de avión para seguir con mi pretemporada, me dicen que ya no pueden ayudarme. Ahí dije: ‘Ya está. No puedo seguir así’.

Una filosofía de vida tras haber pasado por todo. "Mi familia tenía dinero al principio, y por distintos aspectos pasamos a estar muy apretados, estuvimos bastante mal. Eso hizo que yo me diera cuenta que debía ser feliz, con o sin dinero. La felicidad es la familia, tener personas queridas a tu alrededor. Y poder compartir el dinero con ellos. Así que yo sigo siendo igual, dejando el dinero a un lado, estando pendiente de mi seres queridos".

¿Cómo comenzó a cambiar su situación tenística y económica?. "Estar dentro de los 100 mejores hizo que me apoyaran económicamente. Y eso te posibilita elegir a tu equipo, sumar más piezas a él y que sea más completo. Después, el entrenamiento tiene que ser igual más allá de que estés o no dentro del Top-100. Tienes que seguir exigiéndote al máximo".

Su experiencia dentro de un vestuario en el que se acostumbra a las grandes figuras. "Ya me había sorprendido al verlos en mi época de juniors. Los jugadores del Big-4, por ejemplo, eran dioses para mí. Yo entrené con Rafa en Roland Garros cuando tenía 17 años. No lo podía creer. Y a Roger me lo presentaron en el US Open del mismo año; era un admirador más. Pero va pasando el tiempo y ya te acostumbras, en el buen sentido. Eso sí, los sigo viendo como ejemplos. Rafa y Roger son los únicos que me generan algo distinto al verlos, como un positivismo especial".