
Después de vivir las tres mejoras semanas de su carrera como profesional, Daniil Medvedev sintió la frustración de no poder más. Tras caer en las finales de Washington y Montréal, este domingo servía en Cincinnati para llevarse al fin un título antes del US Open. Tenía a David Goffin contra las cuerdas, sacaba con 5-4 para el triunfo, pero un 15-40 le provocó un cortocircuito que lo pagó con la raqueta. No la rompió, así que se agachó, la recogió y se fue a la línea de saque. Lo que sucedió es simplemente mágico, cuatro saques directos consecutivos que le dan su primer título de Masters 1000 y el accedo al top5 mundial.
Celebración discreta. “Si me hubiera preguntado al principio de la semana cómo celebraría un título aquí, hubiera dicho que tirándome al suelo, gritando, saltando y luego levantando las manos. Pero no, acabé agotado después de todo el partido, para ser honesto. A partir del 5-3 empecé a tener calambres en todas partes, pero traté de no mostrarlo. Con el 15-40 pensé en la posibilidad de irnos al 5-5, pero logré conectar cuatro saques directos. En ese momento ya no me quedaba fuerza para hacer nada”.
Tenis total, atacar y defender. “Supongo que soy un muy buen restador, lo hago todo el tiempo. Realmente, mi servicio no suele ser un arma tan poderosa, pero esta vez ha funcionado increíblemente a lo largo de estas tres semanas, en todos los torneos. Significa dar un gran paso adelante, siento que todo empieza a funcionar cada vez mejor, lo noto desde la pretemporada”.
La experiencia de Montreal. “Trato de afrontar cada partido siempre de la misma manera, aunque llegue con nuevas experiencias. Después de hacer esa primera final de Masters 1000 me veía inestable, era como un niño. Sobre todo al verme enfrente de Rafa, que tiene 55 finales de Grand Slam y otras 55 de Masters 1000. Estoy exagerando, por supuesto, pero sé que para él eso forma parte de su rutina. Yo estaba allí por primera vez, con el estadio lleno, una experiencia que pude usar hoy para estar más tranquilo cuando salté a la cancha y usar eso a mi favor. David nunca había tenido esa experiencia y tal vez por eso gané”.
Tres semanas inolvidables. “Aunque no hubiera terminado ganando este trofeo, hubiera sido igualmente tres semanas increíbles, las mejores de mi vida. Pero claro, con el trofeo es mejor. Perder tres finales seguidas no hubiera hecho que dudara de mí mismo, pero sí me hubiera preguntado cómo es posible que de tres finales las pierda todas. ¿Qué debo hacer para ganar? Por suerte hoy no tengo que hacerme estas preguntas porque gané la final. Sí, ha sido de las mejores semanas de mi vida, competí con la mejor mentalidad de mi vida. El saque fue el mejor de mi vida, mostré un tenis muy consistente, nunca tuve un mal partido. Estoy extremadamente feliz y espero seguir así toda mi carrera, al menos las próximas semanas”.
¿Preparado para ganar un Grand Slam? “Estoy seguro de que puedo ganar un Masters 1000 porque ya lo hice, pero un Grand Slam es diferente. De momento nunca pisé más allá de octavos de final, así que con unos cuartos de final ya estaría satisfecho, significaría que lo hice mejor que nunca. Satisfecho no significa feliz, primero habrá que ver le cuadro que me toca en el US Open. Si llego a mis primeros cuartos de final será algo bueno, pero lo tomo partido a partido. En este momento lo que necesito es recorrer mi camino paso a paso y convertirme en un mejor jugador todos los días”.
Billete al top5 del ranking. “Es algo muy bueno. Me di cuenta en las semifinales, estaba viendo el ranking en vivo, en la aplicación, y pensé: si gano el título me convertiré en Nº5 del mundo. Pero rápidamente dejé de pensarlo, no era bueno. Es un logro que probablemente no podría creer hace tres semanas, porque apenas acababa de meterme en el top10. Quizá pensaba que el objetivo era permanecer en ese top10, pero ahora me veo entre los cinco primeros. Por delante de grandes campeones como Zverev o Nishikori. Eso es enorme”.