A un mes de cumplir los 26 años, Dominic Thiem ya puede decir que tiene victorias en todos los Grand Slams y los Masters 1000 del calendario profesional. De los trece grandes torneos, solamente la falta inaugurar su casillero en Canadá, ya que arrastraba un 0-5 de parcial independientemente de haber competido en Montreal o Toronto. Este año tocaba Montreal, pero el azar quiso que su primer rival fuera uno de los ídolos locales, Denis Shapovalov. Una prueba de fuego que el austriaco pudo completar para colarse en los octavos de final y demostrar que su brillantez no se limita solo a la tierra batida. Tras el triunfo, el pupilo de Nicolás Massú atendió a los medios en una rueda de prensa más corta de lo habitual.
Primera victoria en Montreal. “Es una gran sensación. Quiero decir, no solo es mi primer partido ganado aquí, sino que lo he logrado ante un gran jugador. La cancha es bastante rápida, ha sido una gran transición de la arcilla hasta aquí. Estoy muy contento por la forma en que saqué, sobre todo por volver a sacar plano, ya que durante la gira de arcilla estuve usando el kick. Me encanta sacar así de fuerte y plano, estoy feliz de usarlo nuevamente, funcionó bien. Cada victoria en estos torneos es especial porque siempre son antes grandes jugadores”.
Balance de 0-5 en Canadá ante de entrar a pista. “Cada Masters 1000 representa un torneo muy fuerte, incluso en las primeras rondas con emparejamientos más pequeños. Casi seguro que te tocará jugar ante un tipo que está top35 o top40, siempre hay miedo de mirar en el sorteo quién te ha tocado. Contra Denis fue un poco más especial porque es el héroe local, toda la grande le estaba apoyando, así que fue difícil. Como ya he dicho, cada oponente es difícil aquí, cada victoria sienta realmente bien”
El partido. La mayoría de los puntos fueron de uno, dos o tres tiros, creo que ambos sacamos muy bien. He podido sentir la sensación de estar ya en una cancha de pista rápida, muy lejos ya de la tierra batida. Luego, cuando todo comenzó a funcionar mejor, como con el servicio, empecé a ir un poco más a la red de lo que suelo ir sobre polvo de ladrillo, sentía que la transición estaba en marcha. Sé que todavía no estoy al 100%, que no siempre estoy en la zona correcta, pero sientan muy bien partidos así. Esa adrenalina y esa tensión nunca se olvidan”.
Su movimiento a la hora de restar. “El secreto está siempre en la mirada del sacador. Denis estaba sacando muy bien y yo tenía que varias un poquito la posición. Si me mantengo mucho rato en el mismo lugar o en cierta posición lo que hago es que él tenga una buena visión y así consiga muchos saques directos o muchos puntos gratis. Por eso intentaba cambiar, mantenerme más cerca de la línea para luego regresar cuatro o cinco metros y así provocar que fallara más primeros servicios”.