Pliskova está en otro nivel
La checa cierra una semana de escándalo en Eastbourne perdido 19 juegos en cinco partidos. Tercer título de la temporada para la pupila de Conchita Martínez.


En dura, en tierra batida o en hierba. No importa. El año de Karolina Pliskova, de la mano de Conchita Martínez, sigue rozando el sobresaliente. La checa se impuso este domingo en la final de Eastbourne ante Angelique Kerber (6-1, 6-4) para capturar su tercer título del año. Tras ganar Brisbane (cemento) y Roma (arcilla), era el momento de brillar en pasto. Con una superioridad abismal en todo momento, la de Louny superó a su rival y también los 300 saques directos en el presente calendario, dejando claro que su candidatura para Wimbledon es ahora mismo una de las más fuertes.
Con 4-0 arriba en el marcador, Karolina Pliskova se puso con bola para colocar el 5-0 en el primer set. Ese sería el único momento del partido donde veríamos flaquear a la checa, por eso merece la pena resaltarlo. Kerber encontró aire en el final de ese juego e inauguró su marcador, ¡además con un break!, aunque aquel sería el único juego que ganaría en esa manga. En poco más de media hora habíamos visto un auténtico repaso de una tenista que encontró la conexión con el pasto londinense desde el primer momento. Conchita, mientras tanto, sonreía desde la silla.
Son de esas actuaciones ante las que solo se puede aplaudir. Igual que aplaudieron en las rondas anteriores tenistas como Gasparyan (6-3, 6-3), Mertens (6-1, 6-2), Alexandrova (6-2, 6-0) o Bertens (6-1, 6-2). El huracán Pliskova empezó a azotar fuerte desde el primer día de competición, para muestra vale el historial de víctimas que fue dejando por el camino. Hoy le tocó a Kerber enfrentarlo, la última campeona de Wimbledon, un perfil que se adapta muy bien a la hierba, pero ni siquiera ella encontró la manera. Es cierto que le tenía ganado el H2H (7-4), también el H2H en finales (3-1), incluso la superó en su único duelo en hierba (Birmingham 2015), pero ninguno de estos datos sirvieron esta tarde. Con Karolina jugando así, no había solución posible.
La única solución era dar tiempo a que la exquisitez bajara y entonces encontrar el hueco para darle un mordisco al marcador. Lo primero sucedió, como era normal, aunque Pliskova siguió ofreciendo un nivel altísimo. Ahora la pelota estaba en el tejado de la alemana, quien llegó a tener un 30-30 cuando restaba con 3-4. Sí, ya iba break abajo desde el inicio del parcial, pero es que a veces un arranque fulgurante significa medio título. En esta ocasión, significo el título entero. Concretamente, el tercero de la temporada para Karolina (Brisbane, Roma), quien ya ha salido campeona en las tres superficies en 2019. El lunes, cuando empiece Wimbledon, su nombre sonará más fuerte que nunca.