Roger Federer debutaba en Indian Wells y eso significaba que todos los focos estarían presentes en California. El suizo venía de conquistar Dubái hace una semana y la expectativa sería tan alta como siempre, la única duda era ver hasta dónde podría llegar a dar problemas Peter Gojowczyk. El alemán pasó de ser zarandeado al principio a ser una amenaza real en los últimos instantes, pero muy lejos de encontrar una versión regular que pudiera dar hoy el campanazo en Indian Wells. Ganó el mejor (6-1, 7-5), su sexta victoria consecutiva y respiró Tommy Haas desde la primera fila de asientos. En un par de días, Palm Springs podría tener la reedición de la final de 2017 en una tercera ronda.
El speaker presentó a los jugadores en el Estadio 1 de Indian Wells y algunos tuvieron que esconder la mirada por decoro. En un lado, el hombre de los 100 títulos como profesional; en el otro, alguien con 99 títulos menos. Vale que cualquier comparación hubiera sido injusta entre estos dos, pero esta resultó especialmente cruel. Ya con las presentaciones realizadas, era momento de hablar con la raqueta. ¡Y vaya si hablaron! Bueno, concretamente habló el suizo, un monólogo, sin preguntar. Como si se tratara de unas semifinales donde ya todos los parámetros están en su lugar, el de Basilea aplastó a su rival en 24 minutos de primer set con un 6-1 contundente que abordaba cualquier duda sobre su estado físico.
Hay veces que las estadísticas de un partido o una manga no te dicen mucho de lo que está pasando, no iba a ser este caso. Roger había ganado 30 puntos por 15 de su rival, pero lo realmente importante, el secreto de su éxito, estaba en su primer servicio. Cada vez que jugaba con primero, el punto era suyo: 100% de efectividad. Con estas cartas no solo se hacía imposible perder, sino que lo raro era vez a Gojowczyk con alguna opción de hacer un par de puntos seguidos. Parecía que su octava conquista en Dubái le servía al helvético para algo más que llegar a las cien coronas en la élite: la confianza, ese bien tan preciado que viene y va, estaba de nuevo en su poder.
Pero claro, mejor no se podía jugar, así que todo lo que ofreciera en el segundo parcial iba a ser igual o peor. Sin dejar de ser bueno, acabó siendo peor. El alemán pasó de la desesperación al trance, sabiendo que el único camino era salir ahí fuera y arriesgar más de la cuenta. Eso puso nervioso al número 4 mundial, que en su primer juego al saque tuvo que salvar dos bolas de break y, al segundo, terminaría cediendo su terreno más sagrado. Peter dominaba 3-1 y aquel simple marcador ya era noticia, sobre todo después de lo que habíamos visto en el primer capítulo del encuentro.
No fue un set tan brillante para Federer, pero puede que le sirviera más que el anterior. Porque cuando todo va bien es muy fácil buscar la línea y sacar el puño, pero cuando las cosas se tuercen no todos son capaces de mantenerse competitivo en pista. El suizo fue por debajo la mayor parte del parcial, tuvo que salvar varias bolas de break, incluso un 0-40 cuando sacaba con 3-4 abajo. Aquello le hubiera dado la oportunidad al alemán de sacar para llevar la guerra a una tercera contienda. Pero nada de esto ocurrió, ya que el de Basilea salvó todas las bolas con una master class de primeros servicio y luego encontraría la llave del partido en los dos últimos juegos. El pentacampeón de Indian Wells ya espera rival en tercera ronda.