Durante los últimos años, hemos tenido auténticas torres en el circuito ATP. Jugadores que conforme fueron pasando los años, iban siendo más y más altos, especializados en pistas rápidas siendo grandes sacadores. Hablamos de Kevin Anderson (203 cm), Juan Martín del Potro (198 cm), Marin Cilic (198 cm), John Isner (208 cm) o Ivo Karlovic (211 cm). Algunos de ellos incluso han ganado algún Grand Slam y es que han tenido que habituarse a los tiempos modernos, mejorando su movimiento desde el fondo. Mientras en el pasado era habitual verles perder muchos puntos en cuanto la pelota se ponía en juego, en la actualidad, tenistas como Anderson, Isner o Cilic se sienten muy cómodos jugando desde el fondo.
En la última década, era muy habitual ver en el Ranking junior a muchísimos chicos altos y fuertes. Parecía casi que las Academias querían crear este tipo de jugadores, sabiendo que el circuito se encaminaba hacia un tipo de juego donde el saque y la derecha era lo que más predominaba. De entre todos ellos, hubo un chico que llamó especialmente la atención. Él es Reilly Opelka. Por su físico, este estadounidense recordaba inevitablemente a John Isner. Era casi como una nueva versión del de Greensboro, pero con 12 años menos. Su irrupción en el circuito se está produciendo en este 2019 donde ya ha ganado un título (Nueva York) y está demostrando que va a llevar el saque a un nuevo nivel, nunca antes visto.
Según los datos oficiales, Opelka mide 213 centímetros (aunque en la ATP todavía sigue fijado 211). Esto le hace ser más alto incluso que Karlovic, lo que le permite tener una ventaja de inicio respecto a muchos de sus rivales, siendo 30 o 40 centímetros mayor. El de Michigan ha conseguido 654 aces en los 32 partidos oficiales que lleva en el circuito. Eso hace una media de 20,43 aces por encuentro. Casi 21 puntos gratis, lo que supone más de cinco juegos.
En su columna para la ATP, Craig O'Shannessy ha radiografiado el saque de Reilly, cuidado al detalle y creado para hacer el mayor daño posible. Con un físico más característico de un jugador de la NBA, este chico aprovecha lo "ligero" que es a pesar de su altura y es que "solo" pesa 102 kilos (para comparar, Isner pesa 108) para ayudarse de su mecánica de saque y producir uno de los saques más bestias que pueden haberse visto en este deporte.
O'Shannessy divide el movimiento de servicio de Opelka en cinco fases. En la primera, el tenista se apoya sobre su pie delantero y apoya su raqueta en la mano izquierda. Eso le permite tener la raqueta preparada y el brazo derecho libre. Luego, se inclina hacia atrás y se balancea en su pie trasero para ir creando el movimiento que le permita generar la potencia necesaria a la pelota a la vez que sube su brazo derecho. En la tercera fase, lanza la pelota con sus dos brazos estirados hacia arriba. Cuando la pelota está casi arriba, coloca toda la carga de peso en la parte delantera de su cuerpo y golpear balanceado hacia adelante. Así, la fuerza que generará será aún mayor. Para finalizar, golpea la pelota suspendido en el aire y al aterrizar en pista, no se encuentra demasiado metido ni con las rodillas demasiado flexionadas, preparado para restar en el caso de que la pelota regrese.
Es imposible dibujar un movimiento de servicio más perfecto y que alguien sea capaz de llevarlo a la práctica tan bien. Su altura y su potencia física le permite hacerlo y sus rivales ya empiezan a temerle si se lo tienen que encontrar enfrente ya que además de tener que devolver los cañonazos que tira Opelka, posee la fuerza de la juventud y un movimiento desde el fondo que irá mejorando poco a poco, conforme vaya sumando partidos en sus piernas. Si siempre hemos hablado de los saques de Karlovic o Isner como los mejores que se han visto, puede que Reilly los acabe desbancando con el paso de los años.