
Hacía 5 años que el nombre de Rafael Nadal no aparecía en la lista de ganadores del Masters 1000 de Roma. Demasiado tiempo para alguien de la talla del balear, que en los últimos tiempos había pagado un poco el descanso acumulado en los torneos previos y el buen hacer de tenistas como Djokovic o Murray sobre tierra batida. Alexander Zverev, campeón allí el año pasado, fue un hueso duro de roer en una final con un set para cada tenista y con una última manga de alta tensión donde el alemán tuvo break de ventaja hasta que la lluvia hizo acto de aparición y ese factor mental lo aprovechó Nadal para sumar cinco juegos seguidos.
"En un principio, cuando paré no pensé que me podría ayudar", revela Nadal en una entrevista para El Español. "A mi cuerpo le cuesta un poco más volver a activarse cuando se enfría. Parar en medio del encuentro no es algo que me encante pero poder ir al vestuario, hablar con Francis (Roig) y analizar lo que estaba pasando me ayudó. Volví al partido con una intención mucho más marcada de lo que queríamos intentar hacer. Todo salió mejor imposible", continúa diciendo el de Manacor, que hoy lunes regresa a la cima del tenis mundial.
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Rafa es un jugador que sabe como nadie leer los partidos y cambiar lo que no está haciendo tan bien para usar otra táctica. Incluso se podría decir que tiene esa suerte de los campeones y en aquellos días en los que ni el plan B funciona y parece que todo está perdido, unas nubes pasajeras interrumpen el partido y esa charla con su entrenador en el vestuario juega un papel importante en el devenir de la final. Nadal jugó mejor el factor mental de un parón de tal calibre en un momento de máxima tensión. "Ganar Roma significa mucho para mí. Es un torneo importante que llevaba tiempo sin ganar y volver a hacerlo me hace muy feliz", asegura.
El circuito no para y Roland Garros, el torneo más importante del año para él y donde quiere seguir escribiendo la historia con letras de oro, llega la semana que viene iniciándose el domingo 27 de mayo. Antes de volar a París a tomar contacto con la tierra del Bois de Boulogne, Nadal se refugiará en la tranquilidad de su hogar para recargar pilas junto al mar. "Ahora mismo me apetece volver a casa y ver un poco a mi familia", reconoce Rafa. "No he mirado cómo está el tiempo en Mallorca para saber si voy a poder salir a pescar pero llevo tiempo sin estar allí ya que tras Montecarlo y Barcelona, sólo pude pasar dos días antes de Madrid. Iré tres días a casa y luego espero estar mucho tiempo en París. Intentaré disfrutar de mi tiempo en Mallorca", sentencia.