Nada más ilusionante que descubrir un nuevo talento en ciernes. Amanda Anisimova desafía las leyes de la lógica con su asombroso aplomo sobre la pista con tan solo 16 años. Junto a la rusa Anastasia Potapova, conforma la dupla que debería marcar el ritmo del circuito WTA en un futuro a medio plazo, manteniendo entre ambas una rivalidad íntima incrementada por su origen coincidente.
Y es que aunque Anisimova naciera en Rusia, compite bajo bandera estadounidense y lo hace con sincera entrega y pasión. "Nunca he considerado representar a Rusia. Me gustaría visitar el país pero mi lugar está aquí", señala a sus 16 años una mujer que ha desarrollado toda su vida en el país norteamericano. Asesorada por su padre, Konstantin Anisimov, la buena de Amanda ya ha batido récords de precocidad, como el haber disputado el cuadro final de un Grand Slam siendo la jugadora más joven en hacerlo desde que lo lograrla Alizé Cornet en 2005.
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Debutó con derrota pero buenas sensaciones ante Kurumi Nara en Roland Garros 2017, y en esta nueva temporada se ha marcado retos ambiciosos. La flamante ganadora de una invitación para el cuadro final del Premier Mandatory Indian Wells 2018 merced a sus semifinales en el torneo WTA Indian Wells 125K, debutará contra Pauline Parmentier. "Mi esposa tenía parientes aquí y nos invitó a venir a visitar el país. Nos gustó tanto que decidimos quedarnos", señala el padre de la niña prodigio, antes de reconocer que estuvieron a punto de afincarse en España.
La pasión por el tenis de Amanda se desarrolló a la sombra de su hermana mayor, María, que destacó en el tenis universitario y despertó las ganas en una Anisimova cuyo juego deslumbra por su naturalidad. Con sus 180 centímetros de altura, se desplaza por la pista con tremenda agilidad, erigiéndose en una jugadora más propia del siglo XXII que de nuestra era. "Tengo que sacrificar mucho para conseguir mi sueño, que es ser número 1 del mundo y ganar todos los Grand Slams. Me gusta mucho lo que hago", destacó la adolescente en NYTimes.
Campeona en el US Open Junior 2017, Anisimova ya ha dado muestras de lo que puede llegar a ser, y mucho más siendo asesorada por una leyenda como Nick Saviano. "Destroza la pelota desde el fondo de pista. Es una chica muy comprometida con lo que hace, una atleta muy potente. Necesita mejorar la movilidad y el segundo servicio pero tiene una gran facilidad para progresar. Es muy sensata y tiene un equipo de trabajo que le ayuda mucho", señala un Saviano que estará muy pendiente de las progresiones de su pupila.
Ganarse un puesto en el cuadro final del WTA Premier Mandatory Indian Wells 2018 ha resultado toda una hazaña y será muy interesante ver cómo se desenvuelve ante una tenista como Pauline Parmentier, que le dobla en edad. La francesa quiere seguir siendo competitiva a sus 32 años y venderá muy cara su piel. Amanda Anisimova está ante un ilusionante reto y nada mejor que empezar a escribir su historia en su propia casa.