25 años sin Arthur Ashe

Ayer, día 6 de febrero, se cumplieron 25 años de la muerte del gran Arthur Ashe, uno de los grandes iconos del tenis estadounidense

Alejandro Arroyo | 7 Feb 2018 | 17.33
facebook twitter whatsapp Comentarios
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.

El 6 de febrero de 1993 fallecía uno de los jugadores más importantes de la historia del tenis. Un icono en sí mismo, deportivo, social y cultural. Arthur Ashe falleció a los 49 años habiendo sido ya reconocido por multitud de logros. Seguramente, su figura, dentro del tenis masculino, sea la más relacionada con la capacidad de derribar muros y servirse, en el buen sentido, del deporte para mejorar la vida de los demás. En cualquier sentido y dirección, se hable como se hable de Arthur Ashe, el elogio es uno de los caminos más importantes para rendirle tributo.

"No quiero ser recordado por mis logros tenísticos, eso no es ninguna contribución para la sociedad. Eso fue puramente egoísta; eso fue para mí". Esta frase resume fehacientemente la carrera de quien terminó poniéndole nombre a la pista más grande del mundo, tras haber conquistado tres títulos de Grand Slam y dejar por legado un tenis plagado de auténtica excelencia. Y sin embargo, la frase no fue ninguna frivolidad. Arthur Ashe fue igualmente recordado por sus continúas batallas por mejorar las cosas, por mejorar su sociedad.

Para recordar sus méritos hay que detenerse en su capacidad para ser el primero. En un deporte realmente elitista, de clases acomodadas, Ashe fue el primer jugador estadounidense de raza negra en ser convocado para la Copa Davis (1963), también el primer jugador de raza negra en ganar el Abierto de los Estados Unidos. Comprometido con la desigualdad que imperaba a nivel racial en los Estados Unidos de los años 60, comenzó a traspasar su imagen de deportista para ser un activista.

Pieza clave en la transición entre la era antigua y la moderna del tenis (1968), Ashe fue en todo un momento un impulsor. Junto a Donald Dell, capitán de Copa Davis y posterior manager de Ashe, creó el torneo de Washington y ayudó a darle cuerpo a la ATP que se fue creando poco a poco. Ashe entendió que si hacía crecer a su deporte, sería mayor su impacto en la sociedad. En aquellos años fue quien más luchó contra el apartheid en Sudáfrica, solicitando su expulsión de la ATP e intentando en numerosas ocasiones jugar en suelo sudafricano para luchar contra el racismo.

Por debajo de todo eso, pues no deja de ser lo verdaderamente importante, como el propio Ashe afirmaba, estaba su calidad como jugador, un tipo espigado que hacía todo realmente sencillo, con una naturalidad para mover la madera como poquísimos jugadores en aquel momento. Ashe fue uno de esos talentos nacidos para practicar el tenis, en una época en la que había que tener un don sumamente especial para transmitir una gracilidad y velocidad que los materiales no permitían como ahora.