En todos los deportes la gloria solo aguarda a unos pocos. Los focos, reconocimientos y fama van destinados a aquellos que son capaces de levantar el trofeo que les acredita como campeones. Sin embargo, el deporte tiene otra cara, la cara de la derrota. Si uno gana, hay otro que pierde. Se dice que de estos últimos nadie se acuerda, pero simplemente son deportistas que no han visto recompensado su esfuerzo. Llegar a una final es un triunfo como cualquier otro debido al tiempo y trabajo que se invierte en alcanzarla. Es más, si creen que un segundo puesto en cualquier evento deportivo no vale nada, pregúntense si les gustaría jugar una final de Wimbledon o una final de Champions. Sólo jugarla, no ganarla. Está claro que las finales hay que ganarlas pero tampoco es ninguna deshonra perderlas. Aunque siempre es desagradable la derrota.
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Durante este 2017 Caroline Wozniacki, Kristina Mladenovic y Julia Georges son las jugadoras con mayor número de finales perdidas, cinco, tres y tres respectivamente. El caso de la danesa es el más sorprendente. Ha llegado a cinco finales y no ha sido capaz de vencer en ninguna de ellas. De hecho, no ha podido ganar ni un set. A principios de año enlazó las finales de Qatar y Dubai, donde Karolina Pliskova y Elina Svitolina fueron el verdugo de la ex número uno. Como consecuencia de las lesiones, Wozniacki ha quedado apartada de la lucha por los grandes torneos del circuito en los últimos años, por ello sorprendió su presencia en la final del Premier Mandatory de Miami. Sin embargo, una contundente Johanna Konta privó a la danesa de sumar su tercer título de esta categoría. En Eastbourne, una extra motivada Karolina Pliskova en su lucha por el número uno venció de nuevo a la danesa. Ni siquiera la tierra batida de Bastad fue aliada de Wozniacki para sumar su primer título de la temporada.
“Kiki” Mladenovic es otra de las mujeres que ha dado un salto de cualitativo este curso y se ha postulado como la gran esperanza francesa en la especialidad de singles, dejando a un lado su faceta de doblista. La de Sant-Pol-sur-Mer también se ha quedado con la miel en los labios, pues cuenta con un bagaje negativo de tres finales perdidas y tan sólo una ganada, la de San Petersburgo. Las finales perdidas en Acapulco y en Stuttgart fueron especialmente duras debido a las claras opciones que tenía de llevarse la victoria. La muestra de mejora de Mladenovic se vio sobre la tierra batida y en Madrid disputó su primera final de un Premier Mandatory. Los problemas físicos le impidieron poder plantar cara a Simona Halep hasta el final.
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Quizás sea desconocida para muchos, pero este año la alemana Julia Georges está firmando una buena campaña. Teniendo en cuenta que no es una habitual en la disputa de los torneos, este año está en el puesto 26 de la clasificación a Singapur. Su ascenso de 19 apuestos en el ranking WTA también es un indicador del buen hacer de la alemana en este 2017. No obstante, en cuanto a finales se refiere, Goerges cuenta su año por derrotas. Ha disputado tres y en las tres se ha tenido que conformar con el subcampeonato. Mallorca, Bucarest y Washington han sido los torneos donde Georges no ha podido inscribir su nombre como campeona. Aunque estuvo muy cerca en la final del torneo norteamericano donde dispuso de ventaja en el segundo set, con el primero ya ganado, pero acabó cediéndolo en el desempate y su rival, Ekaterina Makarova, le endosó un rosco en el tercero para llevarse el título.
Las sensaciones son las vías por donde se mueve el rendimiento de los tenistas. Estas tres tenistas no encontraron sus sensaciones en los momentos claves y perdieron. Aunque la demostración de caer y volver a levantarse es lo admirable de tenistas como Wozniacki, Mladenovic y Georges, de las que se puede decir que también carecieron de un poco de suerte para convertir un buen año en uno excelente. El contrapunto a estas tenistas son Karolina Pliskova y Elina Svitolina, las jugadoras con más trofeos logrados este año. La checa ha cosechado tres títulos (Brisbane, Doha, Eastbourne) además de alzarse con el número uno, mientras que la ucraniana es la tenista con más títulos este año con hasta cuatro entorchados (Taipéi, Dubai, Estambul y Roma), lo que le ha permitido asentarse en el top ten.