Lucas Pouille era anoche uno de los tipos más felices del mundo. Había conseguido la victoria más importante de su carrera ante Rafael Nadal, para colarse en los cuartos de final del US Open. Cuando entró en rueda de prensa, la sonrisa no se le podía borrar de la cara.
El partido se decidió en el tiebreak, y Nadal salvó tres pelotas de partido para luego, tener una derecha a mitad de pista sencilla que le hubiera dado a él la posibilidad de tener bola de partido. "No podía creer que fallaría eso", comentó Pouille. "Él es como todo el mundo, también siente la presión. Incluso si es uno de los mejores, también la siente", añade.
"Después de eso, quería tener oportunidad de ser agresivo. Intenté jugar con mi derecha, y eso es lo que hice en el match point", revela el francés, que no sabe explicar su éxito en esta temporada, que empezó siendo el 78 del mundo, sin demasiados buenos resultados anteriormente. "Me encuentro bien físicamente. Estoy más fuerte que antes. Puedo jugar muchos partidos a cinco sets seguidos. Creo también que mentalmente soy más fuerte, así como físicamente. Antes del partido sabía que si quería ganar, esto iba a ser largo, que no iba a ser 6-1, 6-2, 6-2. Estaba 100% preparado", asegura.
Pouille fue apalizado por Nadal el año anterior en Montecarlo. Aquella derrota le hizo aprender. "Él jugó muy rápido aquél día. Jugaba muy cerca de la línea de fondo y yo hoy he restado mucho más cerca. Sabía que si no restaba largo, él entraría con la derecha y me haría muchos winners. Decidí hoy tirar largo y pegarle duro a la pelota y entrar en pista. Creo que hice bien", afirma.
"No estoy acostumbrado de jugar en pistas como esta. La Ashe es muy grande. A veces no me oía ni a mí mismo diciendo 'Vamos, vamos, vamos'. En ocasiones no te escuchas ni a ti mismo", confiesa Lucas, sobre la atmósfera que se vive dentro de la pista central de Flushing Meadows.
El tenista francés cree que este podría ser el partido que haga 'click'. "Quizá, podría ser el partido que cambie mi carrera. Te lo diré dentro de unos meses o en unos años. Lo que sí, me dará mucha confianza para la siguiente fase y para el resto del año".
Lucas explica los cambios que ha hecho en su vida en este 2016. "Me mudé a Dubai. Allí he trabajado de forma diferente. He trabado, creo, más duro. Durante la pretemporada he hecho muchos cosas. Contraté a un entrenador físico personal que viaja conmigo casi todo el año, de forma que pueda entrenar cada día. Incluso en los torneos trabajamos", reconoce el francés. "La forma en la que encaro los partidos es diferente también. Mentalmente soy más fuerte. Creo que por eso soy mejor que antes", agrega.
Preguntado sobre qué tenista es el mejor con el que ha entrenado y qué ha aprendido de ellos, contesta que "todos son increíblemente buenos. He entrenado con todos los mejores y entrenan muy duro, por eso están allí. Entrené con Roger en pretemporada y fue increíble. Él era mi ídolo de pequeño. Entrenaba muy duro, como cuatro horas y luego al día siguiente más". "En Wimbledon entrené con Djokovic y le pude ganar un set. Es un entreno, pero me dio pruebas de que puedo jugar a su nivel", sentencia.