Tras ir cediendo 2 sets a 0 ante Janko Tipsarevic, Pablo Carreño afronta punto de partido a favor. Su discurso tenístico, constructivo desde la línea de fondo, consistente por las dos alas de golpeo, es un aval a la hora de jugar momentos comprometidos. Sabe trabajar los puntos y hace de la consistencia su principal rasgo. Pero en ese momento, da un paso al frente y pega delante un paralelo de derecha sin apenas masticar el punto para cerrar el encuentro sin depender de nadie. Eso, unido a la celebración, a su rendimiento reciente y a hacerlo sobre pistas rápidas, confirman que el asturiano, a sus 25 años, parece haber llegado definitivamente a la élite.
No muy lejanos quedan los tiempos en los que Carreño armaba su calendario en el circuito Challenger y sobre tierra batida, síntomas de que el circuito ATP, con amplia predominancia por las pistas duras y rápidas, no eran para él, a pesar de presentar un ránking y una edad propias para intentarlo. Su proceso de maduración parecía tardío pero el verano ha transformado a Pablo, visiblemente más hecho a nivel físico y quemando etapas a nivel mental. Su triunfo en Winstom Salem, bautizándose en títulos ATP sobre una superficie ajena a su estilo, explica ese cambio.
Pablo acumula 11 victorias consecutivas sobre pista rápida, cuando en las tres últimas temporadas sumaba 12 en total. Su potencia de golpeo se ha incrementado y la respuesta a los problemas parece preparada. Su ánimo, su carácter y su juego son creíbles y acordes a su renovado mejor ranking personal (nº 39). “Sí que es verdad que me estaba costando jugar en pistas rápidas" resalta Carreño en ATPenEspañol.com. "No conseguía jugar más de un torneo seguido bien, o dos partidos seguidos bien y bueno, estas semanas me estoy encontrando muy cómodo, con mucha confianza y se está demostrando que en pista rápida también puedo jugar y ganar a grandes jugadores”.
Ante Thiem tendrá muy complicado seguir vivo en el torneo pero hay visos de pensar que el verano estadounidense ha supuesto, quién se lo diría, un punto de inflexión a uno de los jugadores llamados desde hace tiempo a relevar en el top-30 a generaciones anteriores del tenis español. Ha costado tiempo pero ver jugar a Carreño es comprobar que los frutos están cosechándose. En 2017 debería de comenzar a rendir bien durante todo el año y ser uno de los grandes especialistas sobre tierra batida.