El tenis. El deporte mental por antonomasia. Donde la cabeza juega un papel capital a la hora de triunfar sobre un adversario. El diálogo que uno tiene consigo mismo es uno de los factores más relevantes dentro de un partido, por encima muchas veces de la técnica y el estado físico. Y esto es algo que se nos presenta invisible, ajeno al ojo humano. Por eso es importante desentrañarlo y aprender más sobre un pilar fundamental del tenis. El experto en psicología deportiva Alessandro Mora ha sido entrevistado por el portal Ubitennis.com donde nos cuenta todo ese proceso que se da en la cabeza del tenista y por qué es tan importante para el rendimiento en un partido.
Desde el principio deja clara una cosa, el ritmo del tenis. De otra manera, no puede entenderse bien la complejidad mental y psicológica que guarda en su interior este deporte. "El tenis es un deporte en el que existen alternancias de fases en el juego. Uno debe prepararse mentalmente para estar a tope en la fase de juego, sabiendo que cada cierto tiempo vienen fases de recuperación a las que siguen nuevos momentos de activación mental", comenta Alessandro Mora. Y marca la distinción con otras disciplinas. "En el golf, en cambio, hay un breve momento de activación donde se pone en marcha la técnica pero viene seguido de mucho tiempo muerto, en el que hay que saber manejar los pensamientos, muy propensos a vagar por todas partes, llevando con frecuencia a estados de frustración y ansiedad", cuenta.
Mora habla sobre las diferencias entre hombres y mujeres en este sentido. Siempre se ha hablado de la mayor debilidad mental del tenis femenino, donde se ven partidos más fluctuantes e irregulares. "Tantos en los hombres como en las mujeres el factor mental es crucial. Ambos tienen fortalezas y debilidades. Ellos simplemente llenan su cabeza de cosas negativas de una forma diferente. Las mujeres tienen un fuerte diálogo interno y tienden a ejecutar lo que la mente les dice sin asegurarse de si está bien o no. En general, ejecutan así todas las comunicaciones que reciben tanto de ellas mismas como de los entrenadores, etc. Los hombres sin embargo, tienen más problemas para mantener la concentración o manejar más información al mismo tiempo", asegura.
El 'mental coach' aporta las claves de un adecuado diálogo mental con uno mismo. No es la panacea, pero sin duda supone un excelente punto de arranque para salir a la pista con la actitud precisa. "Si uno piensa en ello, todos calentamos físicamente antes de jugar: las articulaciones, los músculos, etc. Pero no la actitud, la parte mental. Esto va desde principiantes hasta profesionales. Un principiante puede pensar: 'Estoy muy limitado con el juego de revés a dos manos', o 'nunca me saldrá ese golpe de passing paralelo'. Es importante tomar el control del diálogo interno de cada uno y empezar a dejar de decirse a uno mismo cosas negativas", expone Alessandro Mora.
Y prosigue con la preparación mental antes de un partido. "Tenemos que comenzar 'calentando' la actitud. Nos debemos centrar en lo que podemos hacer mejor con los recursos que tenemos disponibles. Así, el principiante irá ejecutando mejor cada vez sus golpes mientras que el profesional irá aumentando su nivel con más frecuencia, de forma más continuada. Cada vez que la cabeza diga 'no puedo hacerlo' hay que responder 'de momento' y añadir 'hoy quiero empezar a hacerlo'", nos cuenta Mora. Tremendos consejos para cualquier tipo de tenista, ya sea en un club o polideportivo municipal o en la central de Wimbledon en la gran final.
Preguntado sobre las grandes figuras del circuito y algunos aspectos mentales, Alessandro Mora ha destacado los puntos de inflexión que pueden darse en algunos casos, como en el partido entre Serena Williams y Roberta Vinci en las semifinales del pasado US Open. "A veces un partido es suficiente para motivar un cambio mental. Lo que cambia en la cabeza después de un partido. A partir de ese momento te hace pensar en el juego de una manera diferente, se implementa una identidad diferente en tu cabeza y te hace cambiar. Vinci nunca habría pensado en ganar ese partido, no tenía nada que perder. A menudo es la mejor forma de abordar un partido. Mientras que Williams sí tenía todas las de perder, lo que probablemente le vino a la cabeza", asegura.