Estamos hartos de leer que España tardará mucho en volver a ver a un tenista de la talla de Rafael Nadal o incluso, un chico que pueda llegar a ser top 10. Se habla de que no existen jóvenes que puedan servir de relevo a esta generación que tanto éxito nos ha dado y lo cierto es que toda la culpa de esto la tiene la Real Federación de Tenis Española y su pésima planificación del tenis base y su distribución de recursos. Contamos la historia de Alex de Miñaur, el último y más relevante caso sucedido en los últimos tiempos.
Hace ya un par de años, los tenistas españoles, encabezados por Rafael Nadal y David Ferrer, firmaron una carta conjunta denunciando la situación que se vivía con la RFET. En ella, a lo largo de varios puntos, mostraban su descontento con la mala gestión realizada en los últimos años por José Luis Escañuela donde hablaban de "falta de transparencia en la distribución de recursos", de "carencia de planificación de tenis base y falta de un proyecto sólido", de "pocos medios destinado al tenis base" y "mala gestión que ha impedido una capitalización del buen desarrollo del deporte y éxitos en el futuro". Todo esto, como consecuencia, ha traído un "alarmante descenso de número de licencias y practicantes". Es decir, todo el dinero que se ha generado en los últimos 11 años, donde se han ganado cuatro Copas Davis, entre otras cosas, se ha destinado a saber en qué, pero nunca en proyectos de tenis base.
Está muy bien decir que el tenis español carece de futuro y que ya nos lamentaremos cuando se retire esta gloriosa generación pero es hora de alzar la voz y denunciar lo que sucede y es que a pesar de la gran cantidad de dinero que ha entrado en la Federación, no se está ayudando a crear proyectos para apoyar o becar a chicos con talento que podrían ser los cracks del futuro. Es decir, si un chico apunta maneras y tiene talento, pero sus padres no pueden costearse raquetas, zapatillas y ropa deportiva, así como pagar unas pistas de entrenamiento cada día para que el niño progrese, se encuentran con un portazo en toda la cara si acude a una Federación local en España, o incluso la nacional. "No hay recursos", es lo que les dirán. Así, difícil crear cantera. El último caso y el más llamativo, el del jovencísimo Alex de Miñaur del que ya hablaron hace unos años en Marca.
Para el que no le conozca, Alex nació en Sydney y a los tres años, su madre le puso una raqueta en la mano, que casi era más grande que él y lo apuntaron a clase de tenis. Tal era su talento que el propio entrenador del club llamó un día a sus padres pare decirle que no tenía nivel para enseñar a su hijo y que tenía maneras para ganar el Open de Australia. Alex, de madre española y padre uruguayo, se mudó a Alicante con cinco años y se convirtió en número uno Sub'10 de España en los años posteriores tal y como cuenta Marca.
Sus padres no podían seguir costeándose los gastos que suponían las clases de tenis y la carrera de Alex comenzó a peligrar. Fue entonces cuando su madre acudió a las Federaciones valenciana y española pidiendo ayuda económica para seguir formando la carrera de su hijo. Esto, ocurrió en 2011, en pleno apogeo del tenis español. Recibió un rotundo 'NO', un "no hay recursos para su hijo" que hizo que la familia tuviera que volver de nuevo a Australia.
Allí, los padres llevaron a Alex ante la Federación que tras ver el potencial del chico decidió costear todos sus recursos. Le pusieron un profesor para él y le facilitaron raquetas y material. No le faltaron mimos. Desde entonces, de Miñaur no ha hecho otra cosa que no sea crecer y a cada torneo al que iba, con tan sólo 14 años, todos los que le veían destacaba la calidad que tenía este chico ante el que los medios en Australia se rinden. Fue subcampeón de la Orange Bowl, el prestigioso torneo de promesas y en el pasado US Open junior, llegando desde la previa, alcanzó las semifinales del torneo donde cayó por un doble 6-0 ante Tommy Paul, dos años mayor que él, aunque se cargó por el camino a Michael Mmoh, un año mayor que él, top 500 y una de las esperanzas del tenis estadounidense. Esta semana también es noticia al haber caído en la final del prestigioso Eddie Herr, torneo de juniors, ante Aliassime en tres apretadísimos sets.
Aunque tiene la doble nacionalidad, de Miñaur no tiene ninguna intención de jugar por España. Nació en Australia y el apoyo recibido por parte de la Federación australiana le ha hecho sentir los colores de la bandera aussie. "Soy australiano y a mí me encantaría ser parte de la historia del tenis de este país", declara en el artículo Alex.
Está claro que en la historia de Alex existen varios culpables: los miembros de las Federaciones española y valenciana, que no supieron ver el talento del chico, algo que en Australia supieron vislumbrar en un sólo entrenamiento. Y es que nos preguntamos cómo es posible que en España no existan recursos para costear la carrera de jóvenes con este talento cuando luego se despilfarra el dinero en cosas inútiles como 700.000 euros en un Observatorio, 100.000 euros en viajes o 12.000 euros en caramelos tal y como publicamos hace cuatro meses.
Como tantas y tantas cosas es este país, se prefiere destinar el dinero para otras cosas en lugar de apoyar o becar a los jóvenes y crear cantera. Así nos va. ¿Cuántos casos como éste de Alex no habrán sucedido en los últimos 10 años? Cuando vean a de Miñaur ganar títulos en un futuro, acuérdense de que alguien en España no supo ver lo que valía.