
Novak Djokovic firmó el trámite, pero a título personal estuvo lejos de serlo. En su debut sobre la temporada indoor, el número 1 del mundo evidenció falta de rodaje y ajustes ante el zurdo Thomas Bellucci en el Masters 1000 de Paris-Bercy. Sin la luz con la que ha prendido cada pista de sus últimos 13 torneos, Djokovic tiró de estatus para avanzar a segunda ronda. Más sólido que líquido, Novak estuvo más incómodo de lo normal.
Esa irregularidad se observó principalmente en la primera manga. Bellucci fue capaz de romper el servicio, de mostrarse competitivo en los intercambios más largos y de aprovechar el pírrico 47% de primeros de un Djokovic que en el servicio ha venido mostrando como una de sus mejores armas en este 2015. Con su habitual capacidad para imponer las normas, el serbio rompío de inmediato a pesar de ir 40-15 abajo. Con 5-5 Djokovic marcó de nuevo las diferencias y mantuvo el orden establecido.
Salvo el revés cruzado, el de Belgrado apareció por la pista central de Bercy con todo por mejorar, teniendo en cuenta que su más alto nivel dista mucho de su rendimiento en el día de hoy. Sin sensaciones óptimas desde el fondo, Nole buscó subir con continuidad a la red (11 de 14) en el primer set, y realizar muchas dejadas con las que interrumpir el rally e incomodar la envergadura del brasileño. El resultado fue bastante dispar. No obstante, ostenta muchas variantes para solventar incomodidades.
En el segundo capítulo del encuentro, con set a favor, Djokovic manejó el ritmo del encuentro con mayor soltura. Creaba dificultades con su resto sobre el segundo servicio de Bellucci y fue capaz de abrir distancias suficientes para no ver peligrar el segundo parcial. Lejos aún de la frescura mental y tenística del mes pasado en Asia, Djokovic cumplió en un debut avisado por él mismo en días anteriores. Acompañado por Becker, explicó que "sera difícil mantener el ritmo y la inspiración de la mejor temporada de mi vida". Incluso remando es el máximo favorito.