Rafael Nadal cayó ante Fabio Fognini en la tercera ronda del US Open (6-3, 6-4, 4-6, 3-6 y 4-6). Una noche plácida del tenista español acabó en pesadilla histórica. Por primera vez en su carrera, Nadal pierde un partido de Grand Slam tras ganar los dos primeros sets.
Nadal dominaba el marcador con claridad: dos sets y tres juegos a uno en el tercer parcial. Un momento en el que algunos aficionados abandonaron el estadio o apagaron su pantalla en busca del descanso. Sin embargo, la batalla entre el balear y Fognini aún tenía muchos capítulos por delante.
Antes de ese momento, Nadal mostraba la intensidad y la consistencia de las mejores ocasiones. Estas virtudes, junto a un saque abierto que apartaba al italiano de su zona de confort, eran suficientes para que el español tuviera éxito.
Los precedentes de esta temporada entre ambos (2-1 a favor de Fognini hasta el encuentro de hoy) reflejaban las dificultades que el perfil del italiano plantea a la versión 2015 de Nadal. Pocos tenistas sufren tan poco desgaste cuando se enfrentan a Rafa como Fabio, un talento puro que confía ciegamente en sus condiciones técnicas y no teme la ejecución de ningún golpe. Anclado en la línea de fondo, apenas retrocede su posición en la pista. Elige el bote pronto frente al golpe liftado y defensivo. Esta mentalidad ofensiva, junto a la profundidad de su resto, han resultado incómodas para Nadal en sus últimos enfrentamientos.
Sin embargo, el tenista de San Remo no tenía la consistencia ni la actitud necesarias para erosionar a su rival. El manacorense, acertado con su primer servicio y minimizando sus errores no forzados, tomaba el mando del partido con una intensidad y un sacrificio superiores a los del italiano. Pese al marcador claramente favorable, la raqueta de Nadal apenas mostraba la mayor agresividad que el balear persigue a estas alturas de su carrera.
Cuando Nadal logró un ‘break’ de ventaja en el tercer set (3-1), Fognini maldecía, mientras los testigos del encuentro le sentenciaban. Pero la situación desesperada de Fabio hace que aflore su versión más agresiva, la brillantez de sus golpes. En ese momento, empiezan los problemas para Nadal.
Rafa, sorprendido, encuentra al otro Fognini, al que le ha derrotado dos veces este año. El marcador todavía no resulta alarmante para Nadal, pero el partido ha cambiado. El italiano juega con una inspiración oculta hasta el tercer set.
El jugador español logra una valiosa rotura de servicio en la cuarta manga (2-0), pero Fabio vuelve, y Nadal vive una agonía. Aparecen las dudas en su cabeza y la inseguridad en los intercambios. Unos minutos después, Fognini iguala el partido y levanta el puño.
Quinto set. Superada la medianoche en Nueva York, la batalla se endurece. Es una lucha por la supervivencia a pecho descubierto. Una cuestión de orgullo. Nadie pestañea. El italiano golpea de nuevo al conquistar el servicio del español. A partir de ese momento, al drama se añade la locura. Siete roturas de servicio consecutivas hacen del partido una montaña rusa de emociones.
Nadal va a remolque, y con 5-4 a favor de Fognini, el italiano culmina una gesta con dos consecuencias de calado histórico. Por primera vez en su carrera, Nadal pierde un partido de Grand Slam tras ganar los dos primeros sets. Además, finaliza su ciclo de diez años consecutivos como campeón de un grande.
Rafa, triste y derrotado, firma autógrafos antes de abandonar la pista, mientras Fabio saborea la gloria a las 1:30 horas en Nueva York.