Hay un dicho que dice que "un partido de tenis se sabe cuándo empieza, pero no cuándo acaba". John Isner y Nicolas Mahut dieron buena prueba de ello tal día como hoy hace unos años sobre el verde Wimbledon. Los dos protagonizaron 'El partido de todos los récords'. Un encuentro que se tuvo que jugar en tres días diferentes, que duró 11 horas y 5 minutos, donde se disputaron 183 juegos, 980 puntos, donde se conectaron 215 saques directos y 490 winners. Un duelo que pasó a la historia del tenis y que difícilmente se podrá repetir.
22 de junio de 2010. Partido de primera ronda de Wimbledon, pista 18. Nicolas Mahut y John Isner saltan a pista. El francés viene de pasar la previa donde su último partido ante Alex Bogdanovic ya fue una auténtica maratón que duró más de cuatro horas y que se decidió a su favor con 24-22 en el tercer set. Isner, por su parte, era el cabeza de serie número 23 del torneo. Lo que iba a suceder a continuación no se lo imaginaba ninguno de los dos ni los pocos aficionados que se presentaron en la pequeña pista 18 del All England Tennis Club.
El partido comenzó a las 6:13PM hora local y justo se suspende por falta de luz tras Isner ganar el cuarto set en el desempate e igualar el encuentro a dos mangas. La duración hasta ese momento era de 2 horas y 54 minutos. Hasta ahí, todo normal. Al día siguiente, se reanuda el partido a las 2:05PM con el comienzo del quinto set y es aquí donde el encuentro pasa a la historia del tenis. De nuevo, el duelo tuvo que suspenderse por falta de luz después de más de siete horas ininterrumpidas de juego cuando el marcador señalaba empate a 59 juegos. Durante ese quinto set, Isner desaprovechó cuatro bolas de partido al resto, una con 10-9, dos con 33-32 y una justo con 59-58, segundos antes de que se aplazara el partido para el día siguiente. Como curiosidad, ninguno de los dos tenistas pidió el fisio ni el trainer durante esas más de siete horas. Ni siquiera fueron al vestuario. Tan sólo el descanso de dos minutos cada dos juegos. Admirable.
Para cuando a las 3:40PM del tercer día volvieron a saltar a pista, los dos jugadores fueron recibidos como héroes por la gran cantidad de público que se agolpó en los alrededores de la pista 18, intentando ver por cualquier resquicio un partido que respiraba historia en cada punto. Una legión de guardaespaldas acompañaron a Isner y Mahut hasta sus asientos mientras personalidades famosas se hacían hueco entre la abarrotada grada e incluso la propia Reina Isabel II acudió al estadio después de más de tres décadas sin asistir al torneo. Nadie quería perderse este partido.
Mahut tenía la desventaja que Isner sacaba para desnivelar el marcador por lo que siempre sacaría con la presión de hacerlo para mantenerse en el partido. El francés tuvo que soportar esa losa psicológica durante todo lo que duró el quinto set. Hasta 65 veces sacó para seguir en el encuentro. Aún así, después de 10 horas de intensa lucha y dejando atrás dos días de competición, era Nicolas quien parecía más fresco físicamente aunque ninguno de los dos conseguía lograr el tan ansiado break y es que llegados a ese punto, tan sólo se habían producido dos roturas en 182 juegos disputados.
Fue en el 183º donde llegaría. Mahut sube a la red con 30 iguales y sufre un tremendo passing de Isner que vuelve a disponer de bola de partido. Era su quinta. El francés saca y sube a la red. Isner pega un buen resto y obliga a Mahut a devolverla como puede y la deja muerta para que John pegue un passing de revés que le da la tan ansiada victoria. Isner tira al suelo sus 2.08 metros de altura y celebra la victoria de manera más efusiva que si hubiera logrado el propio título de Wimbledon.
Mahut le espera en la red con la misma cara de aquél que sabe que pasará a la historia por haber perdido 'El partido de todos los récords'. Isner le abraza y es ahí donde surge una especial relación de amistad entre los dos. No es para menos.
Los dos tenistas, así como Mohamed Lahyani, el juez árbitro que aguantó estoicamente las más de 11 horas sentado en la silla, recibieron un premio homenaje tras el encuentro y los dos tenistas fueron entrevistados en pista ante el público con sus premios en la mano, tal como si fuese la ceremonia por el título tras la final del torneo. "Estoy un poquito cansado", comenzó diciendo Isner entre las risas del público. "Mahut es un auténtico guerrero. Compartir este momento con él es un absoluto honor", añadía el norteamericano. Nicolas no estaba tan de buen humor y justo antes siquiera de comenzar a hablar, los aplausos del público le interrumpieron y no pararon de sonar durante más de 30 segundos. "Ahora mismo, todo esto es muy doloroso para mí pero es todo un honor haber disputado el partido más largo de la historia en el mejor torneo posible, Wimbledon", atrevió a decir Mahut.
Y para acabar, los dos se dirigieron al marcador para hacerse fotos con él y que quedara grabado para la posteridad ese resultado de 6-4, 3-6, 6-7, 7-6 y 70-68. Isner y Mahut pasaron a la historia como los protagonistas del partido más extraordinario jamás jugado sobre una pista de tenis. Como nota curiosa, el destino o el azar, como prefieran, deparó un nuevo encuentro entre estos dos tenistas al año siguiente en la misma ronda de Wimbledon. Volvió a ganar Isner pero en aquella ocasión lo hizo en sets corridos y sin tanto dramatismo.
Récords que se rompieron en el partido:
- Partido más largo de la historia (11 horas y 5 minutos).
- Mayor juegos en un set (138 en el quinto).
- Más juegos en un partido (183).
- Mayor cantidad de aces en un partido (215).
- Mayor cantidad de aces por un solo jugador en un partido (Isner, 112).
- Mayor duración de un set (el quinto, con 8 horas y 11 minutos).