Federer: "Me convertí en un jugador que no sabía lo que era perder"

En una entrevista para Vogue, el suizo repasa los éxitos de su temporada 2006, su debilidad por Rod Laver y la importancia de su mujer desde que ambos son padres.

Fernando Murciego | 25 Mar 2015 | 17.20
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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El magazine de moda más influyente a nivel mundial ha entrevistado en su última edición a Roger Federer. El campeón de 17 Grand Slams, 23 Masters 1000, 84 títulos ATP y más de 300 semanas liderando el ranking ATP dejó caer su elegancia habitual en la revista Vogue hablando de manera distendida sobre su predilección por los tenistas australianos, sus inicios en pareja junto a Mirka Vavrinec, su labor como padre en los últimos años e incluso recordó su mejor época en el circuito donde reconoce que llegó a olvidarse de lo que era perder, concretamente, durante el calendario de 2006.

"Aquella temporada gané 12 torneos de 16 posibles, era como Pac-Man, saltando de un gran torneo hasta el siguiente. Era un buen jugador pero entonces me convertí en ese jugador que no sabía qué era perder. Fue algo que jamás hubiese imaginado, tuve grandes vivencias y emociones aquel año", rememora el suizo de una temporada en la que terminó con un récord de 92 victorias y tan solo 5 derrotas, además de alcanzar las cuatro finales de Grand Slam, quedándose tres en sus vitrinas. Casi nada.

La entrevista, realizada durante el Open de Australia de este mismo curso, se centra también en el vínculo del helvético con Tony Roche, quien fuera su entrenador desde las Navidades de 2004 hasta mayo de 2007. "Durante nuestra relación aquellos años, Tony me contó muchas cosas sobre los héroes australianos de las décadas de los 60 y los 70, sobre todo de Rod Laver y lo que hizo por este deporte, ofreciendo más de 150 exhibiciones por todo el mundo". El de Basilea garantiza que aquella generación de jugadores fueron los que provocaron la evolución en el tenis y a los hay que que dar las gracias por llegar donde hemos llegado: "Ahora disfrutamos de nuevos techos, nuevas pistas, nuevos materiales, gradas repletas de espectadores... y todo eso es gracias a ellos, no solo a Laver, sino a toda una generación de jugadores a las que estaré eternamente agradecido", sentencia el suizo.

Dentro de su memoria de lo acontecido hace ya una década, Federer guarda un momento con especial cariño respecto al resto. "Ocurrió en la pista central de Melbourne, después de ganar mi segundo título allí y poder conocer a mi ídolo Rod Laver, quien sería el encargado de entegarme el trofeo. Yo no tenía ni idea de que él estaba allí, fue totalmente una sorpresa, mi cabeza pensaba 'Dios mío, ésta es su pista, él está aquí y me va a dar su trofeo'. Lo último que hice fue abrazarle bien fuerte, igual que él a mí, empecé incluso a sollozar. Fue muy emocionante para mí", relata el campeón de cuatro cetros en Australia.

Precisamente Australia es un lugar que le trae muy gratos recuerdos al oriundo de Basilea, allí donde en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 conoció a la que hoy es su esposa y madre de sus cuatro hijos, Mirka Vavrinec. "Recuerdo que ella llegó tarde a los Juegos debido a una llamada de última hora anunciándole que había pasado el corte. Pasamos dos semanas juntos paseando alrededor del complejo junto a mi entrenador y mi equipo, empezamos a conocernos y, justo el último día antes de marcharnos -ella ponía rumbo a Tokyo y yo volvía a Suiza- nos besamos por primera vez".

Quince años después, Roger y Mirka forman una de los matrimonios más reconocidos del panorama internacional, disfrutando de una feliz paternidad junto a Myla, Charlene, Leo y Lenny, los cuatro hijos hasta el momento de la pareja. "Mi mujer es la verdadera campeona de esta historia", titula el número dos del mundo tras preguntarle por la eslovaca. "Al principio, cuando solo estaban las gemelas, me levantaba muchas noches para atenderlas en todo lo que podía, pero aquello me dejaba muy cansado y al día siguiente tenía que jugar por la mañana, así que ahora con cuatro necesito un poco más ayuda", reconció el reciente finalista de Indian Wells, quien reitera que sin Mirka nada sería lo mismo. "Gracias a ella puedo disfrutar del regalo de ser padre sin abandonar mi profesión de tenista".

Una pequeña parte de la gigantesca historia de Federer que la revista Vogue se ha encargado de desgranar, tendremos que esperar a que el suizo se retire para que escriba su autobiografía y poder enterarnos de más secretos y detalles. Ojalá que ese libro tarde mucho en ver la luz.