
El liderazgo de Nike en el tenis en las últimas tres décadas ha sido prácticamente incuestionable. Grandes campeones -Pete Sampras, Andre Agassi, Jim Courier, Rafael Nadal, Roger Federer, Serena Williams, Maria Sharapova- han sido vestidos por la raya en todos sus éxitos. Sin embargo, en Melbourne, ningún integrante masculino presente en semifinales tenía contrato con Nike -Murray (Under Armour), Djokovic (Uniqlo), Berdych (H&M), Wawrinka (Yonex).
La última vez que sucedió algo similar fue en las semifinales de Roland Garros 2004, cuando Gastón Gaudio (Diadora), David Nalbandián (Yonex), Tim Henman (Adidas) y Guillermo Coria (Adidas) vistieron marcas diferentes a la norteamericana. 43 Grands Slams después, Nike no estuvo en la penúltima ronda de Gran Slam en categoría masculina.
La marca estadounidense sabe que el talento hay que anticiparlo, verlo antes que nadie. Con un mercado cada vez más disgregado, con muchas marcas intentando acceder a los mejores jugadores (Under Armour, Uniqlo, H&M, Lacoste, Adidas), Nike ha de adelantarse. Por estrategias de mercado, Nike no puede abarcar a todos los jugadores del top-10, pues perdería la identificación y la distinción. De ahí que su apuesta, a la postres ganadora, se fijara en Federer y Nadal, dos jugadores estilística y tenísticamente antagónicos, lo que les ha permitido crear mercados independientes, con logos propios para suizo y balear.
En ese sentido, entre los Nishikori (Uniqlo), Raonic (New Balance tras vestir antes Lacoste) y Dimitrov, Nike se decantó desde muy temprano por el de Haskovo, sabedor de que su potencial carismático, mercadotécnico y estilístico es mayor que el de japonés o canadiense. Es en las próximas generaciones donde han podido captar, por el momento, pues el rendimiento debe refrendar la confianza y la renovación del contrato, a los cuatro talentos más emergentes nacidos después de 1995: Nick Kyrgios, Thanassi Kokkinakis, Alexander Zverev y Borna Coric.
Un caso que ha de servir como ejemplo es el de Carlos Boluda, a quien un multianual contrato de seis años en su etapa pre-cadete no pudo ser renovado por no cumplir las expectativas, ingresos que suponían parte fundamental de los ingresos del tenista español en su etapa de formación. Veremos si los cuatro jóvenes talentos de Nike logran seguir con Nike y si la empresa estadounidense prosigue con su dominio en las próximas décadas.