"Se compran y se venden wild cards desde hace mucho tiempo. Desde la organización, obviamente, se intenta tener los menos gastos posibles o ganar dinero con el torneo y vender las invitaciones tanto de previa como de cuadro principal son una muy buena opción", comenta a este portal un hombre que prefiere mantener el anonimato y que llevada toda la vida ligado al tenis. Es entrenador de un grupo de competición en una prestigiosa academia profesional de Catalunya y también organizador de torneos.
"Los precios de los WC, en ocasiones, son desorbitados. Yo conozco historias en Europa del Este donde se han pagado más de 3.000 euros por una invitación. Eso es una locura, es más que lo que pueden llegar a meter algunos patrocinadores en todo el torneo", expresa con indignación sobre una práctica que es muy frecuente en muchos de los torneos que se disputan en España y en el resto de Europa. "En Catalunya lo máximo que vi fueron 1.500 euros por invitación".
Sin embargo, esos son cifras poco frecuentes y elevadas. "El precio normal de un wild card en un cuadro principal oscila entre los 500 y 1.000 euros pero depende de las circunstancias. A un ruso le pedirán unos 1.500... pero todo esto varía", matiza el entrenador.
"Es el negocio que se mueve. No creo que sea lícito, por más que lo compres si tú no tienes el nivel es engañarte y estás promoviendo un negocio interno que es preocupante para el tenis", explica ante un movimiento que está a la orden del día en gran parte de los torneos. Los jugadores no solo se interesan por pagar por invitaciones para el cuadro final sino que también es una práctica extendida en la fase de clasificación. "También se compran para la previa, es un dinero exra que entra para la organización".
No en todos los torneos sucede este tipo de arreglo ya que hay muchos directores que optan por conceder las invitaciones por mérito deportivo real o por cuidar a los jugadores de casa y no por intereses monetarios. "No se pueden vender todos los wild cards, es muy difícil porque hay Federaciones de por medio, jugadores de casa u otros intereses en el camino. Depende de las necesidades del director del torneo, claro", explica el hombre a Punto de Break.
Uno de los grandes motivos por lo que se compran invitaciones es para poder también arreglar el primer partido del cuadro principal, donde ya hay apuestas de por medio. "El tema de las apuestas va acorde a la compra y venta de invitaciones. Muchas veces se compra el WC y también el partido de primera ronda". Un negocio redondo para recuperar el dinero invertido en la compra del wild card.
Otros jugadores optan por comprar el WC pero sin la idea de prostituir ningún partido. Lo hacen para intentar obtener el primer punto ATP y decir que ya han sido 'jugadores profesionales' y quedan registrados en la ATP como que tuvieron ranking. "Eso da una especie de caché", agrega.
"En Grecia, el año pasado, estábamos en un Resort y hubo un turista que estaba de vacaciones y compró el WC para la previa. Tuvo que pagar el ipin... ¡y jugó la previa! Era acojonante. No podía meter la pelota, estaba de risas con la familia. Pensé que era cachondeo, pero lo tengo hasta grabado".