Djokovic frena los cañonazos
El serbio se impuso a base de gran tenis a Milos Raonic en tres sets seguidos y se clasificó para las semifinales del Open de Australia.


Novak Djokovic sigue avanzando a paso firme en Melbourne, cumplió pronósticos y eliminó a Milos Raonic por 7-6(5), 6-4, 6-2 para plantarse en las semifinales del Open de Australia. El serbio fue un frontón y estuvo capaz de responder los misiles provenientes del canadiense. Raonic aflojó en los momentos clave y no supo mantener una gran regularidad a lo largo del encuentro. El número uno del mundo chocará en la siguiente ronda ante el vigente campeón Stan Wawrinka.
Tiene la solidez de un muro pero es elástico como ninguno. Es el número uno del mundo, el jugador que baila en una pista de tenis, el hombre impenetrable, el tenista que cubre espacios, se abre de piernas y fuerza a los rivales a jugar siempre una pelota más. Novak Djokovic es un frontón y un dolor constante de cabeza. Hoy quien lo sufrió fue el auténtico cañonero Milos Raonic que no encontró la manera de desbordar al mejor jugador del planeta.
Ambos jugadores sabían que tenían que estar impecables con sus servicios y esperar la chance de que el otro fallara algunos primeros saques para poder empezar con buen pie el punto. A pesar de que Raonic se llevó más aces (15 por 7 de Djokovic) e impactó saques a 229 kilómetros por hora, Djokovic fue quien se encargó de romperle en tres ocasiones durante el partido. Ventaja suficiente para hacer los deberes perfectamente con su saque y asegurarse estar siempre por arriba en el marcador.
Djokovic estuvo impecable con el saque. No concedió ni una sola ocasión de rotura de saque a Raonic. No concedió ni una sola ocasión de rotura de saque a Raonic.(0/0) y ganó el 90% de puntos disputados con el primer servicio. Unos números ampliamente mejores a los de su rival. Pero no solo estuvo a un nivel supremo al servicio sino también desde el fondo de pista. Sólido como suele ser habitual, fallando muy poco, cometiendo apenas 15 errores no forzados en todo el encuentro y conectando 29 tiros ganadores.
Raonic estuvo lejos de su mejor juego. No encontraba la manera de hacerle daño a Djokovic ni a misilazos a casi 230 kilómetros por hora. Su movilidad era bastante peor a la de su rival y la necesidad de forzar a Djokovic le hacía fallar más de la cuenta y terminar con más errores no forzados (36) que tiros ganadores (34).
El serbio es el número uno del mundo, está por vigésimo quinta vez en semifinales de Grand Slam (quedó a tan solo una de Andre Agassi) y es el máximo candidato al título. No parece tener agujeros viene de menos a más, sin titubeos en el torneo. Djokovic es capaz de frenar los bombazos pero también de lanzar sus propias granadas.