ATP: Decepciones del año

Las decepciones del año en el tenis dependen bastante de la subjetividad. Sobre todo por las expectativas y la trayectoria del jugador. De lo que se espere del talento y el momento de su carrera se pueden incluir a unos o a otros. De este modo sí ha habido decepciones claras y otras que dejaron una temporada irregular y agridulce que finalmente pueden incluirse en la siguiente nómina.

Jerzy Janowicz

Ha pasado de un récord de 27-20 en 2013 al recién 24-26 de 2014. Tras su final en París-Bercy 2012 y las semifinales de Wimbledon de 2013, el polaco comenzó el año en el puesto 21 -llegó a ser Nº14 en septiembre de 2013-. Con Jerzy ocurre que cuesta pensar en qué momento encontrara el equilibrio, a todos los niveles. Sigue pareciendo jugador de semanas sueltas, con un patrón de juego de todo o nada, con picos y valles que se alejan de afrontar fríamente una temporada larga y exigente dentro del top-15. Con problemas en su brazo, su año dejó 13 derrotas en 1ª ronda, cifras difícíimente sostenibles en cualquier progresión. Aún así, su rango y calidad le dio para ser finalista en la rapidísima pista de Winston-Salem. Terminó el año en el puesto 43. Siempre rondará el escepticismo alrededor de un jugador tan vertical y temperamental, pero su potencial para asustar está ahí. Sin defensas importantes en el calendario, arrancará 2015 sin demasiados focos.

Richard Gasquet

​El francés terminó el año en el top-10 en 2013, por segunda vez en su carrera. Logró romper su molde de la mano de Riccardo Piatti, logrando un 50-23 y despeñándose en esta temporada hasta el 31-19. ¿Qué esperar del de Beziers a estas alturas de carrera? Más progresión era complicado pero sí parecía haber encontrado una dinámica para establecerse entre los 15 primeros de nuevo. Su físico, mejorado pero de base escasa, y una mentalidad frágil para mantenerse tras llegar, fueron de nuevo sus mayores escollos. La final de la Davis terminó de rematar un año muy pobre. A sus 28 años, deberá jugar a un nivel muy alto para igualar a las dos generaciones que vienen progresando. La primera (88-90) ya le ha pasado, y la segunda (94-96) parece que viene en estampida.

Vasek Pospisil

El canadiense es un jugador que siempre da la sensación de que no cree en sus posibilidades. Siempre se dice que la diferencia entre los 50 mejores la marca principalmente la cabeza y la gestión de los 10-15 momentos igualados del año que generan dinámicas positivas. Y Vasek siempre ha tenido ahí su déficit. Tras instalarse en 2013 entre los 25 mejores ha caído durante estos últimos 12 meses fuera del top-50. Se hizo un nombre junto a Jack Sock, ganando Wimbledon en dobles pero su trayectoria single ha sido francamente decepcionante. Tras las semifinales en Chennai y la 2ª ronda en Melbourne, acumuló ocho derrotas consecutivas de febrero a junio. Mejoró en la segunda parte del año con la final de Washington pero nunca fue capaz de encadenar dos victorias seguidas tras ese gran resultado. Tiene muy buenos golpes pero en su conjunto siempre da la sensación de que no transmite confianza.

Andy Murray

​Una lesión de espalda y una ruptura con el hombre que mejor te entendió nunca es fácil ni rápida es la recuperación. Y con eso navegó Murray en todo el primer semestre de competición. El escocés nunca pudo cambiar de marcha. Sus resultados demostraron que se había hecho humano y estuvo meses sin entrenador hasta que anunció a Mauresmo como coach. No pudo defender corona en Wimbledon y su juego perdió muchísima energía y distinción. Tuvo que hacer un agotador y tremendo rush final para meterse en una Copa de Maestros cuyo billete parecía complicado tras el US Open. Su calidad y estatus clamó presencia en los últimos meses pero no pudo dar la talla en Londres. El doble anuncio de boda con su novia y ruptura con su equipo técnico confunde lo suyo sobre cómo se siente pero la decisión está tomada y Murray debería recobrar su mejor tenis.

David Ferrer

La decisión más difícil en este ranking. Cambió de entrenador por dos veces y terminó el año con un tremendo orgullo, quedándose a una derrota de Milos Raonic ante Roger Federer de meterse entre los ocho mejores del año. En un circuito en constante demostración de tu nivel, en el que todo debe de funcionar cada semana, a David le pesaron varios momentos de bajón rítmico y algunas derrotas ante jugadores de muy diferente nivel (Gabashvili, Granollers, Lu, Brands, Berlocq, Kuznetsov en Wimbledon, Troicki). Compensó con grandes resultados en Canadá y Cincinnati y una notable gira euroasiática. Quizás fue su año de menos lucidez tenística, con varias semanas de pinchazos y juego bastante irregular.