Los tenistas franceses convocados para la gran final de Copa Davis, Jo-Wilfried Tsonga, Richard Gasquet, Gael Monfils y Julien Benneteau, se entrenan a conciencia en Francia desde hace días con un objetivo común: conseguir la ensaladera. Los galos llevan horas de entrenamiento en sus piernas sobre tierra batida, tienen la obsesión de proclamarse campeones del mundo y están viviendo un sueño que siempre soñaron desde pequeños.
"Todos tenemos diferentes expectativas. Por mi parte, es un sueño de infancia. La Copa Davis me ha llevado a jugar al tenis. Lo pude ver en la televisión, ya que fue transmitido por la TV estatal. Para mí, el tenis es la Copa Davis", explica Jo-Wilfried Tsonga al periódico francés L’Equipe y en declaraciones que levanta ESPN. "Estamos frente a un gran evento, que da cierto temor pero a la vez genera emoción. Espero hacer frente al desafío", añadió el número uno de Francia.
Según los últimos entrenamientos de los capitaneados por Arnaud Clement y basándonos en las anteriores eliminatorias, parece probable que Richard Gasquet (27º), actual jugador número cuatro de Francia, sea el singlista que acompañe a Tsonga (12º) el primer día de competición. Si se confirma esta situación deberá chocar ante Roger Federer.
Gasquet no cree que tenga una ventaja por el hecho de jugarse en polvo de ladrillo. "Es un genio para adaptarse. No creo que la superficie haga la diferencia. Tendré que tener un partido de muy alto nivel. No hay otra manera de vencer a Federer. Debes estar al 100% para vencer a un jugador como él”, explicó el galo.
Si hay algo que tiene Francia es que sus jugadores conforman un gran equipo. "Todos nos llevamos bien, del número uno al cinco. Todos somos parte del grupo. Esa es nuestra fuerza. Hoy en día, especialmente en esta época, yo sueño ganar el torneo con mis amigos. Jugué con Jo en menores de 12 años, menores de 14 años, menores de 16 años y ahora aquí, con 28 años. Es increíble encontrarnos", comenta Gasquet.
Francia tiene ante sí la posibilidad de coronarse después de 13 años y de que una gran generación de tenistas pueda alzarse con la codiciada ensaladera. "Ha pasado un largo tiempo desde que ganamos por última vez la Copa Davis. Sería la consagración de tenis francés en su totalidad. Es tan poderoso como un Grand Slam, pero con amigos y por el país", tiró Gael Monfils.
Los franceses tendrán todo un estadio con capacidad para 15.000 personas apoyándolos. Tienen una gran oportunidad jugando en casa, con el público volcado y con uno de los mejores equipos de la historia del tenis galo. Enfrente, unos tipos llamados Federer y Wawrinka. Casi nada. Una de las mejores finales de Copa Davis de los últimos años se disputa en tan solo unos días.