2014, un año repleto de problemas físicos para Rafael Nadal
Analizamos todas las lesiones que el español ha tenido durante este 2014, maldito para él por la cantidad de problemas físicos sufridos.


El 2014 ha sido un año bastante malo para Rafa Nadal en cuanto a lo que lesiones y problemas físicos se refiere. El mallorquín ha sido un tenista que a lo largo de toda su carrera siempre ha sufrido lesiones y es común verle jugar con dolor o sufriendo algún tipo de problema pero lo de este año ha sido algo especial ya que han sido varias y muy varipintas las distintas lesiones del mallorquín que le han impedido además estar en torneos muy importantes. Las analizamos a continuación.
Cuando se tiene muy mala suerte se suele decir algo del tipo "monto un circo y me crecen los enanos", pues algo parecido le ha pasado a Rafa en este 2014 en tema lesiones y es que aunque el mallorquín comenzó el año siendo número 1 y consiguiendo el título en Doha la primera semana de competición, algo que nunca antes había logrado, pronto empezaron los problemas para él.
Fue durante la final del Open de Australia. El mallorquín había hecho un torneo impresionante derrotando a rivales peligrosísimos por el camino como Monfils, Nishikori, Dimitrov o Federer. Y todo ello con una ampolla en la mano del tamaño de una moneda que le provocaba mucho dolor a la hora de empuñar la raqueta.
Pero fue pasando las rondas mostrando una superioridad muy grande sobre sus rivales y se plantaba en esta final como claro favorito ante un Wawrinka debutante en este tipo de actos. Y pasó que durante el calentamiento, Rafa tuvo un tirón en la espalda. Bien por no haber calentado bien la zona o por la propia tensión del momento, Nadal sufrió un fuerte pinchazo que le privó de competir el partido en plenas condiciones. "Mi espalda quedó clavada durante el calentamiento", declaró en aquel entonces. El español apenas podía jugar y fue tratado durante los dos primeros sets, que cayeron del lado del suizo. Se sintió algo mejor tras recibir tratamiento pero no pudo hacer nada para evitar una clara derrota. Nadal se quedó con la espina clavada de qué hubiera pasado si hubiera estado en condiciones.
Tras realizarse las pruebas pertinentes, se dio a conocer que Rafa tenía un edema en una de las vertebras. Un problema que requería de reposo por un tiempo que Nadal decidió no tomar. Descansó casi un mes para volver a competir en Río de Janeiro, torneo que se llevó a casa pero tal y como él mismo confesó, teniendo molestias durante toda la semana, sobre todo al sacar. El de Manacor se exponía a un problema mayor, pero decidía no parar y seguir compitiendo.
Y es que en aquel tiempo, Rafa era número 1 y quería seguir manteniendo ese rol siendo acechado por un Novak Djokovic que venía fortísimo y en clara línea ascendente. La espalda fue un problema que le perjudicó mucho a su juego (sobre todo al saque) durante las siguientes semanas haciendo que completara la peor gira de tierra desde el año 2003. Aún así, parece que llegó a Roland Garros -casi- totalmente recuperado y pudo alzar el trofeo de ganador superando ampliamente a todos sus rivales.
Las lesiones y molestias le dieron un pequeño respiro por un mes y cuando Rafa se preparaba para afrontar la dura gira norteamericana de pista dura (donde defendía título en Canadá, Cincinnati y US Open) queriendo recuperar el número 1 que le arrebató Djokovic en Wimbledon, sufrió una "pequeña desinserción de la vaina del cubital posterior de la muñeca derecha", un nuevo problema que según se dijo le haría alejarse de las pistas unas dos o tres semanas, que finalmente fueron más.
Nadal se perdió los Masters 1000 de Canadá y Cincinnati y no llegó a tiempo para el último Grand Slam del año. El mallorquín entrenó todo este tiempo con una férula que le inmovilizaba la mano derecha pero cuando se la quitó e intentó golpear el revés, seguía sufriendo dolor en la zona lo que le impidió su participación en el US Open. Su objetivo era volver para la gira asiática en las mejores condiciones posibles para encarar los últimos torneos del año.
Rafa participó en una exhibición en Kazajistán ante Tsonga y aunque le costó coger ritmo al comienzo del encuentro, mostró un buen nivel. Parecía que dejaba atrás las molestias en la muñeca y afrontaba con ilusión su participación en Beijing, torneo donde a pesar de perder en cuartos de final, le sirvió para tomar contacto con las pistas tras tres meses parado. Su idea era ir cogiendo ritmo para llegar lo mejor posible al World Tour Final de Londres que se disputará del 9 al 16 de noviembre, uno de los torneos que aún no ha podido conseguir Nadal pero un nuevo contratiempo hizo acto de aparición en Shanghai.
Comenzó a sufrir fuertes dolores abdominales. En principio se pensó que podía ser un virus pero tras unas pruebas realizadas se descubrió que tenía un cuadro apendicular. Los médicos de Shanghai le dieron un tratamiento de antibióticos "directamente en vena" que le calmaron el dolor pero que ponía en duda su participación en el torneo. Descartando cualquier operación, Nadal compitió aunque sin mucha suerte. Mucho se ha hablado a lo largo de estos días sobre si debería operarse o no pero su doctor, Ángel Ruiz-Cotorro, declaró que hay que esperar a ver cómo responde al nuevo tratamiento de cinco días de antibióticos al que se estaba sometiendo. Después, decidirían qué hacer pero todo apunta a que el mallorquín no se operará hasta después de la Masters Cup de Londres.
La espalda, la muñeca y el apéndice. Tres partes de su cuerpo que han impedido a Rafa competir al 100% y caer hasta la tercera posición del ranking. Distintas lesiones y problemas que han hecho de este 2014 un año de bastante mala suerte para Nadal. Lo bueno para él, es que ya no queda mucho para que acabe y podrá afrontar una pretemporada en condiciones que le permita volver en 2015 a pleno rendimiento y, con suerte, a tope de salud para que la temporada que viene "si llueve sopa, no le pille con un tenedor en la mano".