
20 años atrás el divertido, extravagante, amante de la noche y talentoso jugador nacido en el barrio de Brooklyn (Nueva York) fue encontrado muerto en la cama de un amigo un domingo a la madrugada. Gerulaitis tenía 40 años, jugaba algunos partidos de veterano y comentaba el tenis por la televisión. Llevaba desde los 31 años retirado del tenis. Fue ganador del Australian Open en 1977, y también consiguió el título de dobles en Wimbledon dos años antes.
En 1977 también alcanzó su mejor posición en el ránking llegando al número 3 del mundo y durante más de 6 años, entre 1977 y 1983 estuvo siempre metido entre los diez mejores jugadores del mundo. Gerulaitis, sin embargo, pasó más desapercibido al estar siempre a la sombra de jugadores míticos como Björn Börg, John McEnroe o Jimmy Connors. Estos le eclipsaron a pesar de tener una gran velocidad de pies y un juego rápido y vistoso.
Gerulaitis era conocido dentro de las pistas pero también, y mucho, fuera de ellos. Le gustaba la vida nocturna, frecuentaba la conocida discoteca neoyorquina Studio 54 con su larga melena rubia y era normal verlo hasta altas horas de la madrugada. Era amante de la música, tocaba la guitarra y tenía una gran colección de coches. Durante su carrera sufrió muchas críticas debido a la vida que llevaba fuera de las pistas.
Era un hombre que siempre estuvo ligado a las mujeres, no le importaba estar con dos o tres de la mano e incluso ser fotografiado con ellas. Él era querido por los hombres y compañeros dentro del vestuario pero también amado por las mujeres que sentían gran atracción por ese ‘loco’ del tenis. Geulaitis llegó a tener problemas con la cocaína y hasta tuvo un juicio por tráfico de esta sustancia. Fue procesado por este delito pero finalmente salió libre de cargos.
Un polémico jugador que disfrutaba de la vida más allá del tenis pero que también deleitó a los aficionados con su juego, humor y forma de ser.