
El italiano Lorenzo Giustino y el español David Vega Hernández se disputaban un puesto en los cuartos de final en el Challenger de Sevilla cuando ocurrió un suceso poco habitual en el tercer set: el italiano cayó tendido al suelo por calambres y tuvo que ser atendido en medio de la pista. Como el reglamento no permite pedir tiempo médico por calambres y el jugador igualmente decidió atenderse, fue perdiendo puntos y el italiano pasó de estar 3-1 arriba a 3-4 abajo sin jugar un solo punto.
Toni Colom, entrenador del español Vega Hernández que se vio beneficiado por la normativa de la ATP, charló con Punto de Break para contar su versión de lo sucedido ayer en Sevilla. “Cuando el rival consigue el 'break' y se pone 3-1 le dan unos calambres en uno de los cuádriceps y queda tendido en el suelo. Como el fisioterapeuta no te puede atender por calambres en medio del punto, el supervisor entró a pista y le comentó al contrario que si quería recibir tratamiento tenía que ser durante el cambio. Y si lo necesitaba ya, perdería el juego y se pondrá 3-2”.
El partido pasó del 3-1 del italiano al 3-2 porque Giustino decidió usar los 25 segundos que hay por reglamento entre punto y punto para ser atendido. “El contrario aceptó, el fisioterapeuta le empezó a tratar en la pista, en el suelo, utilizando el tiempo del juego perdido y el del cambio que tiene entre juego y juego. Él no se podía ni levantar y creo que se le empezó a acalambrar el otro cuádriceps, entonces fue recibiendo ahí el tratamiento con un spray pero poco se puede hacer con los calambres”, comentó Colom a Punto de Break.
El entrenador de Vega Hernández también quiso explicar el porqué de esta confusa situación: “En los Challengers tienes un minuto y medio para hacer los cambios de lado. Además, esos 25 segundos que tienes entre punto y punto”. Al ser atendido en tiempo donde no está permitido el tratamiento y se debería estar jugando el jugador iba perdiendo puntos con el correr del cronómetro. Estuvo tirado unos 5 minutos por lo que la sumatoria dio para que perdiera 3 juegos y así pasar del 3-1 al 3-4 adverso en el marcador.
Colom encontró una actuación algo peculiar del juez de silla ya que no fue cantando el resultado de cada punto que iba perdiendo el italiano sino que directamente pasó del 1-3 al 4-3 dejando sorprendidos a todos los allí presentes.
“Lo único que me extrañó de ayer fue que el juez de silla no fuera cantando el marcador. Puede haber habido un malentendido porque el jugador, tal vez, en el estado que estaba, no interpretó del todo bien la información. Cuando cantaron el marcador de 4-3, el contrario se sorprendió. Pero era normal, hubo desconcierto, entró el referee a la pista, el fisio, el silla estaba por ahí también… hubo cierto momento de descontrol porque son situaciones confusas”, explicó el entrenador mallorquín.
Esta situación recuerda a lo recientemente ocurrido en el US Open entre Caroline Wozniacki y Shuai Peng donde la china tuvo que abandonar por fuertes calambres y terminó en silla de ruedas. En aquella ocasión la china estuvo unos diez minutos siendo atendida fuera de la pista sin que se la penalizara.
Punto de Break se puso en contacto con Félix Torralba, único juez de silla español de categoría oro, para que explicara esta situación. A pesar de no haber visto en directo ninguno de los dos casos comentó lo siguiente.
“Los calambres no se pueden tratar en un tiempo muerto. Ni en Challengers, ni en el US Open. Solamente se tratan en los cambios de lado. Es posible que (en el partido entre Peng y Wozniacki) los ‘fisios’ del US Open, al evaluar la lesión no consideraran calambres lo que tenía Peng sino una reacción de calambre debido a otro tipo de lesión muscular tratable”.
“Son los ‘fisios’ los que deciden si son o no calambres y en el caso del US Open, que son las fisios de la WTA, son excelentes trabajadoras que conocen muy bien a la jugadora y están al tanto de cualquier lesión que pueda arrastrar. Es decir, lo que a a la vista de muchos puede parecer calambres, puede ser la reacción a una sobrecarga, elongación, etc.”, explicaba el árbitro español.
“Ellas (las fisios) tratan a las jugadoras cada día y saben la condición física exacta en cada momento de la competición, por lo que supongo que al evaluar, no considerarían la lesión como simples calambres por fatiga”, zanjó Torralba.
El debate está abierto. ¿Debería permitirse a los jugadores atenderse por calambres durante el partido? ¿Hecha la ley, hecha la trampa si se puede alegar una lesión diferente a los calambres?