Rafael Nadal y David Ferrer protagonizan este miércoles el partido estrella de los cuartos de final de Roland Garros en la pista Suzanne Lenglen. Su rivalidad no esconde secretos. Será un día de sufrimiento sobre la tierra, de lucha sin descanso, de pensar cuando el oxígeno escasee, de golpear a la pelota con el corazón. Sólo uno de los dos finalistas del año pasado sobrevivirá a los cuartos. Nadal pone en juego su corona de Roland Garros y su número uno.
El sorteo del cuadro masculino de Roland Garros señaló un cruce prematuro entre Rafael Nadal y David Ferrer, los dos finalistas de la pasada edición, los números uno y cinco del mundo. Nadie ha puesto en entredicho su enfrentamiento en las rondas anteriores. Rafael y David han acelerado sin frenos hasta chocarse este miércoles.
El ‘factor francés’, en este caso Gael Monfils, hace que la organización del torneo desplace el duelo a la segunda pista en importancia: la Suzanne Lenglen. Pero más allá del gesto, el escenario puede afectar en lo tenístico: “En un torneo como este, no debería haber pistas tan diferentes. Tenía mucha menos arena y era mucho más rápida, no me lo esperaba. Es casi un torneo diferente", declaró Fernando Verdasco tras su enfrentamiento con Andy Murray en la Lenglen. A priori, la mayor rapidez de la pista, con un bote menos alto que en la Philippe Chatrier, favorece a Ferrer en este duelo directo.
En los últimos días, la espalda de Nadal también ha sido noticia después de que el tenista balear admitiera tener molestias que condicionaban su saque. Su última aparición, ante Dusan Lajovic, reflejó un aumento en la velocidad de su servicio respecto a los dos partidos anteriores, pero aún por debajo de la habitual.
En su último partido, la velocidad media del primer servicio de Nadal sólo fue dos kilómetros por hora inferior a la de Ferrer, pero su segundo saque fue diez kilómetros por hora más débil que el del alicantino. “Ha ganado 6-1, 6-2 y 6-1. Muy mal de la espalda, no creo que esté”, comentó Ferrer el pasado lunes. “Es un jugador que resta con mucha intensidad y agresividad. Si no eres capaz de, al menos, no perder ventaja con tu servicio, estás fuera”, declaró Nadal sobre su rival de hoy.
Los precedentes entre ambos son claramente favorables a Nadal (21-6), igual que sus tres enfrentamientos en Roland Garros (2005, 2012 y 2013), en los que Ferrer ni siquiera ganó un set. Pero David venció al Goliat de la tierra en el reciente Masters 1000 de Montecarlo, truncando una racha perdedora de diez años sobre esta superficie. Además, llevó al límite a Novak Djokovic en Roma. Sus condiciones y su estado de forma no permiten lagunas a ningún jugador del mundo, ni siquiera al mejor tenista de la historia sobre tierra.
Al margen del servicio, la solidez del revés de Nadal y la profundidad de sus golpes determinarán las posibilidades de que Ferrer tome la iniciativa con su derecha. De forma resumida, estas han sido las claves cuando el alicantino ha derrotado al balear.
La importancia de este duelo trasciende Roland Garros. En caso de derrota, Nadal perdería el número uno por un amplio margen en favor de Djokovic, mientras Ferrer caería al séptimo puesto del ranking. Demasiadas cosas en juego en esta tarde de París (alrededor de las 16:00), cuando Simona Halep y Svetlana Kuznetsova finalicen el primer duelo de la jornada en la pista Suzanne Lenglen.