
Roger Federer ha derrotado con suficiencia a Lukas Lacko en la primera ronda de Roland Garros (6-2, 6-4 y 6-2). El tenista suizo no ha encontrado oposición en el eslovaco, que no gana un partido sobre tierra batida desde hace tres años y apenas compite en esta superficie. Federer supera un examen del que apenas se pueden sacar conclusiones.
Roger Federer ha sido la estrella más madrugadora en el torneo masculino de Roland Garros. En un mediodía nublado, el público parisino, tan bullicioso cuando el partido le da una oportunidad, apenas pudo emocionarse con el legendario tenista suizo.
Federer cumplió su misión con eficacia, pero sin adornos. Su rival, Lukas Lacko, nunca le amenazó con una batalla. El eslovaco, técnicamente correcto y con un notable revés a dos manos, no tuvo armas para dañar al suizo. Lacko se encontró en una superficie extraña, en la tierra, donde no había jugado esta temporada y no gana un partido desde hace tres años en el torneo Challenger de Praga. A nivel ATP, su última victoria en tierra batida data de 2010.
El sorteo del cuadro volvía a situar a Lacko ante una estrella en un Grand Slam. El eslovaco ya había afrontado este escenario ante Rafael Nadal, Novak Djokovic, Andy Murray y el propio Federer. Roger, con un solo partido a sus espaldas en las últimas cinco semanas, buscaba kilómetros en sus piernas con los que preparar mayores desafíos, pero la falta de ritmo en el partido de hoy apenas le ayudó a elevar su tono competitivo.
Lacko sobrevivió a los primeros juegos gracias a un saque plano y abierto que Federer no pudo contrarrestar, pero el paso de los minutos destapó la abismal diferencia entre ambos. El suizo encontró situaciones cómodas para dominar los intercambios sin desgaste y cerró el primer set en 24 minutos. Fueron sus mejores momentos en la Philippe Chatrier.
La falta de tensión y exigencia llevó a una fase gris del partido, en la que Roger se acomodó en la suficiencia y cometió demasiados errores de precisión. Pero el eslovaco no tuvo fe ni argumentos para mejorar la versión más terrenal de Federer. El número cuatro mundial reaccionó en la recta final del partido y subió su nivel de juego, apoyándose en el servicio y la derecha.
Tras una hora y veintidós minutos, el tenista suizo volvió al vestuario con una victoria sin oposición (6-2, 6-4 y 6-2). Le espera en la segunda ronda el ganador del duelo entre el argentino Diego Schwartzman y el portugués Gastao Elias, ambos procedentes de la fase previa.