Las italianas resolvieron con autoridad las bolas decisivas del partido para hacerse con la final. Erran y Vinci derrotaron a Suárez y Muguruza por 6-4, 6-3 y se alzaron con el título de campeonas en la modalidad de dobles en el Premier Mandatory de Madrid. A pesar de la derrota de las españolas, una semana más que positiva donde disputaron su primera final juntas.
Era un partido para ser valientes, para continuar con la línea de juego de toda la semana y para seguir poniendo en práctica ese patrón de juego agresivo. Muguruza y Suárez sabían lo que era ganarle a una de las mejores parejas del mundo -lo habían hecho en Miami tan solo unos meses atrás- y querían dar un nuevo pelotazo que pusiera la guinda a una semana redonda.
Pero del otro lado encontraron la experiencia, la solidez y la astucia de dos italianas que se agarran a la pista como pocas jugadoras en el circuito. Carla y Garbiñe no mostraban sorpresa alguna al comienzo del partido. La primera jugando con variedad, con ángulos, con diferentes efectos y sólida desde el fondo. La segunda, en cambio, proponiendo el tenis directo, agresivo y más planito.
El partido comenzó de cara para las españolas. Salieron más enchufadas y lograron romperle el saque a Errani para colocarse con un break arriba y la posibilidad de ir por delante en el marcador. Tuvieron la chance de poner tierra de por medio cuando en el 4-2 y bola de oro para 5-2 no se aprovechó y se terminó cediendo el juego. Del posible 5-2 a favor se pasó directamente y sin escalas al 4-6 en contra.
Un parcial de 4 juegos seguidos de las italianas que tiraron de oficio, de experiencia y de sabiduría para empezar a fallar menos y a tomar control del partido. Jugando con más astucia, obligando a volear a las españolas y con un espíritu de competitividad innato se pusieron el mono de trabajo para dejar sin chances a las españolas que quedaron tocadas por la reacción italiana.
Carla y Garbiñe, que venían sacando los juegos y errando poco, comenzaron a fallar más, a no encontrarse tan a gusto en la pista y a sumar una cantidad importantes de errores no forzados tanto desde el fondo de pista como en la red y los saques. Además, apareció la lotería de los dobles. Esa regla que con el deuce en el marcador el game se decide con el Golden Point. Un punto que define un juego, que puede condicionar un set y hasta decantar un partido. Tal y como pasó en el primer set.
En la segunda manga, las españolas dieron un cambio abrumador en su juego. Alejo Mancisidor bajó a charlar con las dos jugadoras tras acabar el primer set y pareció que su charla tuvo el efecto deseado en las jugadoras. Hubo un cambio de chip, una mentalidad más ganadora, se volvieron más sólidas desde el fondo, más decisivas en la red y pasaron a dominar el encuentro. Había precisión en los golpes y estrategia en los puntos. En pocos minutos se pusieron arriba 3-0 y parecía el set más o menos encarrilado.
Sin embargo se volvió a repetir la historia de la primera manga. Del 3-0 y punto para el 4-0, se pasó directamente y sin frenos al 3-6 en el marcador. Parcial de 6 juegos seguidos para las italianas que solventaron con autoridad. Las españolas pincharon en el juego, volvieron a encontrar errores no forzados y se despistaron mentalmente ante rivales que si se le concede la mínima oportunidad, te pasan por arriba.
El punto de partido terminó con una cruel doble falta de Muguruza que pareció más tocada tras el encuentro. A pesar de la derrota una semana fantástica la de la pareja española que dan avisos que están para cosas grandes. Tienen margen de mejora y es una apuesta a futuro pero los resultados ya se palpan. Carla Suárez y Garbiñe Muguruza a día de hoy están entre las 10 mejores parejas del año.