Carla Suárez no pudo alcanzar la final en el WTA de Katowice al caer derrotada ante Camila Giorgi en dos sets por 6-7(2), 4-6. La canaria se quedó a un paso de la sexta final de su carrera que le hubiese dado la opción de conquistar su primer título como profesional. Por su parte, la italiana se estrenará en una final del circuito WTA ante la francesa Alize Cornet.
La italiana pegó más fuerte y estuvo más acertada que la española que no estuvo cómoda ni mandando en ninguna fase del encuentro. Carla, tercera favorita del torneo, no se encontró a gusto en ningún momento del partido y termino cediendo ante el ritmo explosivo de Giorgi.
Se enfrentaba a un prototipo de jugadora que no le gusta, que no le hace desplegar su mejor juego, que la obliga a ir a remolque y a la defensiva. La canaria, que es propicia a los largos intercambios, a que haya ritmo en el partido y a que no le rompan con tiros explosivos, estuvo más errática que su contrincante y no supo encontrar la manera de suponerle un real dolor de cabeza a Giorgi.
Porque Camila a la que puede revienta la pelota. La descose. Avanza unos pasitos hacia adelanta, prepara la mira, apunta y dispara. Si la pelota entra, bien. Si no a la próxima será. Es parte de la filosofía que reina a día de hoy en el tenis femenino y la italiana lo lleva a la máxima expresión con su velocidad endiablada y el poco –nulo- ritmo que impone.
Carla está más cómoda cuando tiene tiempo desde el fondo de pista para abrir bien la raqueta, para prepararse y pegar sin el ritmo asfixiante en pista de una terremoto como la italiana. Su tarea consistía, en parte, en mostrarse siempre activa y ágil de piernas. Era necesario que Giorgi viera que la canaria estaba dispuesta a pelear, a correr y luchar cada pelota. Un mensaje mental que tenía que intentar transmitir a la italiana para que no desplegara su mejor tenis, ese patrón que Carla tanto padece.
La táctica, según Xavi Budó, entrenador de la primera raqueta española, era clara: variar velocidades para intentar dormir y acelerar el partido a su manera. Consistía en intercalar diferentes alturas, direcciones, velocidades y lo que fuera posible para descolocar a la italiana.
Las dos comenzaron firmes al saque. Sin apenas ceder puntos en los momentos de servir, fueron manteniendo y cumpliendo son su saque durante todo el primer set que transcurría con intercambios cortos.
La igualdad era máxima y en una situación tan pareja no había otra escapatoria que el desempate para decidir quién se llevaba la primera manga. Y aquí fue cuando la canaria estuvo despistada. Se quedó algo estática a la hora de restar, cometió su primera doble falta, concedió un mini break que le costó caro y otros errores no forzados que allanaron el camino de Giorgi.
“El tie break es el punto más criticable del partido. Giorgi estuvo mucho más convencida, más valiente y Carla estuvo negativa. Faltó convicción y agresividad. Al final en este tipo de superficie con estas jugadoras que juegan tan rápido todo es cuestión de detalles” comentaba Budó a Punto de Break nada más acabar el partido.
Con el primer set en el bolsillo todo fue más fácil para Giorgi ya que se sintió cómoda y no bajó la intensidad en ningún momento.
“Carla sacó muy bien pero estos partidos se deciden por detalle. La clave del partido estuvo en los detalles. A Carla le costó restar y tenía que haber puesto más pelotas en juego para hacerla sufrir, competir. Hoy hemos restado mal” hizo autocrítica Budó.
Pero sin embargo la valoración del torneo no es negativa para Suárez ya que afrontaba una semana incómoda y con las condiciones menos propicias para su juego. Pista dura e indoor suponían un reto y una manera de crecer tenística y mentalmente.
“Con Carla hemos llegado el viernes de la semana pasada para preparar con garantías el torneo. Hemos llegado a hacer doble e incluso triple jornada de trabajo para adaptarse de la mejor manera posible a la pista y a las condiciones del torneo” explica Budó.
“Estoy muy contento del trabajo, el nivel y el compromiso de Carla. Salimos del torneo reforzados pero el nivel medio del circuito a nivel físico y mental es muy alto. Cogimos a Giorgi en un momento de confianza muy alta y nos ha faltado un plus de competitividad en momentos concretos del partido”.
Pero su entrenador va más allá y no solo valora la semana sino el final de los primeros tres meses y medio de competición sobre pista dura: “Es muy correcto. Carla consiguió una regularidad muy grande en el circuito gracias a que tiene una disciplina y una capacidad de trabajo muy grande. Unida a su talento, claro. Esto te garantiza que sus mínimos a día de hoy son muy altos”.
Con el torneo concluido en Polonia se cierra la temporada de torneos en pista dura y se abre, sin respiro, la corta época de tierra batida. Esas semanas donde la canaria puede desplegar su mejor tenis para seguir mejorando sus máximos de intensidad, de agresividad y de constancia mental en los partidos.
Carla no pudo alcanzar la final pero sigue dando pasos de campeona. Consolidada en el top 20 busca aún más reafirmar ese ranking que se lo ganó a pulso y con carácter.