Es la número 1 más veterana de la historia sin ponerse fecha de caducidad. Una mujer que, a sus 32 años, está rompiendo sus propios registro. Ninguna temporada como la actual, diez veces campeona, le vio coronada con tanta frecuencia. Ningún año como el presente, apretando el puño en más de 70 ocasiones, le vio cerrar encuentros con semejante voracidad. Serena Williams se prepara para asaltar el WTA Championships de Estambul, jamás protegió tal corona, con un halo de eternidad entre los rizos.
¿Quién sabe. Tal vez juegue hasta esa edad" responde sobre la posibilidad de calzarse las zapatillas hasta cumplir los 40 años. Para desgracia del resto de competidoras, ante las que promedia un terrorífico balance de 104-5 desde el pasado verano, la sombra de Serena puede ser alargada. "He aprendido de los últimos diez años. Nunca puedes saber qué sucederá".
Habla una mujer que vio de cerca el final de la película cuando un trombo pulmonar le llevó a la caminar del hospital durante el año 2010. En esas circunstancia, con tal fotograma percutiendo su retina, Williams medita con una perspectiva diferente. "No me importa lo que me suceda en un momento dado, yo nunca me rindo. Si tienes una oportunidad para sobrevivir, sobrevives" afirma aplicando su experiencia vital al terreno deportivo.
Un camino profesional que contempló cómo la misma mujer que parecía marchitarse años atrás entre las sábanas del clínico resurge con una fuerza inusitada. hasta ocupar el ático de la disciplina y no soltarlo desde el mes de febrero. Nadie gozó a tal edad del trono femenino.
"Tuve sensaciones indescriptibles cuando regresé al número 1. Nunca esperé volver a conseguirlo. Llegué a pensar que no volvería a jugar de nuevo. Simplemente quería tratar de sobrevivir. Esa experiencia puso mucho carácter en mi persona y me convirtió en una mujer mentalmente más dura. Me hizo darme cuenta de haber superado un montón de cosas. Me sirvió de enorme ayuda. Pienso que todo aquello me sirvió para sentir que puedo hacer las cosas".
"Nunca pensé que este año llegaría a tener una de las mejores temporadas de mi vida. Y ahora tengo una oportunidad para hacerlo todavía mejor".
De cara a 2014, pese a acumular múltiples Grand Slam por segundo año consecutivo, extendiendo su colección hasta los 17 o tener a un major de distancias a figuras como Evert y Navratilova, el hambre no está saciada. "Estoy esperando el inicio de la próxima temporada. Creo que puedo llevar mi juego a otra dimensión. Pienso que soy capaz de hacerlo" asevera en inquietante convencimiento.
"Incluso si llegó a ganar 23 Grand Slam" lo que le permitiría suceder a Steffi Graf como la mujer más laureada de la Era Abierta" será muy duro. Especialmente con tantas jugadoras maravillosas. Hay muchas tenistas nuevas emergiendo. Todo el mundo es tan joven, todas están tan hambrientas. Todo el mundo quiere convertirse en número 1" indica la estadounidense.
"Va a ser durísimo incluso llegar a los 18 títulos. Obviamente ése es mi objetivo, pero voy a tomarlo partido a partido".
Sobre la vitola permanente de principal candidata, un estatus asumido. "Pienso que es algo positivo ser considerada favorita en cada torneo. No pienso en ello. No me gusta pero no lo odio. Es mejor ser considerada como favorita. También lo hago bien cuando soy considerada la aspirante. Nunca me considero a mí misma la favorita. porque cada rival a la que me enfrento tiene la opción de hacerlo bien".