Dos brazos como troncos ocultan un rostro desconsolado. Allí, sobre la pista más grande del mundo, el mallorquín yace entre lágrimas tras volver a tocar la cima. Rafael Nadal gana el segundo US Open de su carrera, decimotercer Slam en el zurrón, y se desploma en un laberinto de emociones contenidas. Con los ojos cerrados, con el murmullo de más de 20.000 gargantas como nana, se acuesta sobre el cemento de Nueva York. Allí, recostado en el suelo, recuerda la lesión más larga de su carrera, las dudas del retorno, las horas de trabajo empleadas para volver a competir,... En definitiva, el camino recorrido hasta ese llanto incontenible como culminación del esfuerzo derramado.
Sao Paulo, Acapulco, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Roma, Roland Garros, Montreal, Cincinnati, US Open. Un palmarés que parece un calendario. No es una hoja de ruta, son las coronas alzadas por el mallorquín en 2013. Trece torneos disputados. Doce finales jugadas. Diez títulos levantados.
En rueda de prensa posterior al partido, con las sensaciones del decimotercer Grand Slam aún a flor de piel, el mallorquín expresó sus sensaciones sobre lo logrado en Flushing Meadows.
"Por multitud de razones esta temporada es probablemente la más emotiva de mi carrera" relata el balear, de vuelta al pináculo de la disciplina tras un trasiego en el desierto. Una lesión de siete meses que, en lugar de inclinarlo, le genera la voluntad necesaria para revertir la situación. "Siento que hice todo lo correcto para tener mi oportunidad aquí. Jugaba un partido ante uno de los mejores tenistas de la historia como es Novak, número 1 del mundo, probablemente en su superficie favorita. De manera que tenía que ser casi perfecto para ganar. Significa mucho para mí tener este trofeo. Es simplemente maravilloso. Estoy muy contento".
¿Qué sensación recorría su interior al retornar al circuito tras la baja deportiva más grande de su carrera? ¿Cómo gestiona un espíritu competitivo, devorador de adrenalina, el estar postrado en la inactividad? "Nunca estuve hambriento porque nunca pensé que algo como esto pudiera suceder. Estaba emocionado por estar de regreso en el circuito tratando de ser competitivo. Nunca pensé en competir por todo lo que competí esta temporada. Todos los Masters 1000, dos o tres Grand Slam. Es más que un sueño para mí. Me siento realmente afortunado por todo lo que sucedió desde mi regreso. Es cierto que trabajé, pero aun así necesitas suerte para estar donde estoy hoy" argumentó.
Es un hombre de patrones más agresivos, dando prioridad al mecanicismo de finalización antes que al motor de construcción inherente a su figura en años precedentes. ¿Cómo se ve Rafael en este proceso? "Lo cierto es que estoy jugando bien. Eso es todo. Al estar jugando bien estoy siendo capaz de ser competitivo y seguir teniendo opciones para ganar ante todos. Es cierto que estoy jugando con algo más de agresividad que antes, más dentro de la pista, más cerca de la línea de fondo, yendo más a por mis tiros. Pero esto es posible porque estoy jugando bien y tengo confianza en lo que hago. Simple confianza. Jugando con pasión, peleando por cada bola. Eso trae el éxito. El único cambio en mi juego es que estoy jugando más dentro, con más agresividad y la correcta determinación. Pero el resto sigue todo igual" matizó.
¿Con qué se queda Nadal de todo lo superado en la temporada? "Cuando ganas, es muy importante. Es lo que me hace feliz. ¿Este trofeo me da la felicidad? Por supuesto? Pero lo que realmente me llena es todo lo que hice para tener este trofeo conmigo. Eso es lo que realmente me lleva a estos momentos emotivos, trabajar duro en los momentos difíciles, intentar ser positivo. Un montón de gente ha estado conmigo en este periodo de tiempo, y no eran momentos sencillos. Un montón de días me mantuve trabajando por ellos. Cuando vas al gimnasio cada día y no ves un resultado positivo, entonces pierdes un poco tu energía. Tener a estas personas a mi alrededor en ese tiempo fue decisivo. Me daban energía para seguir trabajando duro. Sin ellos, sería imposible estar aquí" razonó.
"Quiero disfrutar este momento. Para mí, es mucho más de lo que nunca llegué a imaginar, mucho más de lo que soñaba poder lograr" cuenta el tercer hombre con más Grand Slam de la historia, a tan sólo uno de igualar las 14 coronas de Sampras y estrechando el cerco sobre las 17 del suizo Federer. "Dije esto cuando tenía unos cuantos Slam menos. Este en particular significa mucho para mí. Lo único que puedo decir es el mensaje que siempre transmito: voy a seguir trabajando duro. Voy a continuar con mis rutinas para tener más opciones de ser competitivo en el futuro y poder optar a ganar torneos como este. Eso es lo que voy a intentar. Nunca sabes donde terminarás, pero 13 es un número maravilloso" apuntó.
Doce meses atrás, una hoffitis y una rotura parcial del tendón rotuliano de su rodilla izquierda lo mantuvieron clausurado, lejos del ojo público, en el archipiélago balear. Esta vez, al otro lado del charco, era el centro de los focos. "El año pasado estuve disfrutando del partido. Fue un gran encuentro entre dos tenistas fantásticos. Soy un gran aficionado al deporte, del tenis, y gocé el partido en el sofá de casa. Fue duro no poder competir, pero ver la fina por televisión no fue duro. He competido en muchos Grand Slam. También he visto muchas finales por televisión mientras competía" rememora.
¿Hasta qué punto confiaba el mallorquín en volver a la cima de la disciplina? "La duda reside en si estoy sano o no. Cuando volví en Chile para jugar el primer torneo dije que lo más importante era mantener la salid. En siete meses no me iba a olvidar de jugar al tenis. Al final, lo más importante es tener salud. Si estás en condiciones de jugar y has estado antes en puesto de arriba durante ocho o nueve años, ¿por qué te iba a eliminar estar parado siete meses? Si estás sano, sigues jugando con ilusión y pasión por el juego, ¿por qué no vas a tener opciones de volver allí? Tengo confianza en que, si estoy sano, voy a poder seguir jugando por los torneos. Ganar dos Grand Slam en un año es algo que nunca pensé. No pensé que pudiera coger la forma tan pronto, ganando un Masters 1000 en mi cuarto torneo. Pero tras cuatro o cinco meses, he sentido que podía volver a un buen nivel" analizó.
Para tumbar al serbio Djokovic, requisito en la final del US Open, una tortura. Un hombre ante quien el promedio indica batallas que superan la cuarta hora. Rafael, que llegó a ceder siete finales consecutivas ante el balcánico, viendo cómo le arrebataba el número 1 del mundo, ha retomado la iniciativa en la rivalidad. En el que ya es, con 37 episodios, el cruce directo más repetido de la Era Abierta, el mallorquín encuentra una camino al límite. Se hacen, como apunto el balear en el discurso de coronación, mejores el uno al otro. Una simbiosis deportiva intensa.
"Jugar contra Djokovic es realmente difícil si ambos estamos compitiendo bien. Física y mentalmente, es muy duro todo el tiempo. Nos llevamos al límite todo el tiempo. Cuando gané el primer set 6-2 estuve, en mi opinión, jugando a un gran nivel. Fui a la silla y me dije, comencemos de nuevo. Porque estaba seguro de que no podría mantener ese nivel durante dos sets más. Imposible. El oponente jugará mejor. Tendrás algunos errores. No jugamos un estilo tan distinto. Es algo diferente a cuando jugamos contra Roger. Él tiene un estilo distinto. Eso lo hace más duro a nivel físico. Todos los puntos son similares. Cuando encaramos a Roger enfrentamos distintos tipos de puntos. No tienes intercambios tan largos como con Novak. Si uno de nosotros está jugando bien, las opciones ante Roger son mayores que ante Novak. Porque hay una manera clara de ganar los puntos. Entre Novak y yo, cada punto requiere más lucha, intercambios más largos, mucha más estrategia. Esto es durísimo. Cada partido es muy especial. El jugador que es capaz de mantener un poco más la concentración y tener más determinación en momentos importantes ganará el partido. Hoy tuve ese sentimiento. En 2011 me batió, una siete u ocho veces seguidas. Depende del momento y de qué jugador esté jugando mejor y siendo mentalmente más estable".
El próximo compromiso del mallorquín es el playoff de Copa Davis que enfrenta a España y Ucrania del 13 al 15 de septiembre en la Caja Mágica de Madrid. Allí, La Armada busca mantener la categoría en Grupo Mundial para optar a la Ensaladera en 2014. Rafael vuelve a una convocatoria por primera vez desde la final de 2011. Con la arcilla en el horizonte, tiene tres días para prepararse. "A la Copa Davis intentaré llegar de la mejor manera. Llegó el miércoles por la mañana, así que entrenaré el miércoles por la tarde. Veremos cómo responde el cuerpo. Tengo el jueves para practicar de nuevo. Me siento bien y si el capitán considera que soy el indicado para competir el viernes, lo haré. Si no, estoy disponible para el sábado".
Superada cualqueir expectativa en el año, comandando la Race de tempoada con una renta superior a los 3.000 puntos, ¿cuál es el objetivo inmediato de Nadal? "Mi desafío es terminar bien la temporada, intentar seguir jugando con buenas sensaciones, siendo competitivo hasta el cierre del curso. Y prepararme para el próximo año. Este año ha sido impresionante, de modo que tengo que seguir trabajando bien para tener opciones de ser competitivo. Ganar los cuatro Grand Slam en un mismo año creo que es algo imposible hoy día para cualquiera. Esa es mi sensación. Veremos, pero hoy los mejores jugadores están ahí todo el tiempo. Para ganar un torneo como este tienes que batir a Roger, David, Andy, Novak,… Estos jugadores no pierden en rondas prematuras. Es imposible estar al 100% en cada torneo. De manear que cuando tu nivel baja un poco, perderás antes estos jugadores. Es así. Mi objetivo es seguir teniendo opciones de jugar, de divertirme y estar sano. Es lo más importante".
Arañado a más no poder, caído una y mil veces pero de nuevo erguido, ¿dónde encuentra Rafael la clave? Federer, cada vez más limitado a nivel físico, apunta con frencuencia a la pasión por el deporte para seguir remando y detener el implacable paso del tiempo. "No hay duda de que Roger ama el deporte, como lo hace Novak. Y Andy ama este juego, por supuesto. Todos amamos el deporte. Porque si no lo sientes, es imposible ser regular, estar ahí arriba tantos año peleando y siguiendo trabajando duro para mantener opciones de victoria. Si no tienes ese sentimiento especial y esa pasión, no es posible estar arriba. Ésa es la razón por la que somos capaces de manteneros en la pelea por los torneos hasta las últimas rondas todo el tiempo" argumentó.
Invicto sobre pista dura en 2013, convertido en tricampeón de Grand Slam en la superficie, ¿es momento para considerar un dominio el recinto cubierto? En tal entorno se suele jugar la Copa de Maestros, uno de los grandes títulos que escapan al palmarés del mallorquín. "Es algo con lo que me siento poco afortunado. Todas las Copas Masters que he jugado han tenido lugar en pistas cubiertas. Es la superficie más dura para mí. No es el día para decirlo, pero es algo que no siento como justo. Porque al final, te clasificas para el último torneo de la temporada habiendo jugador en indoor, dura al aire libre, hierba y arcilla. Entonces, ¿por qué el último torneo del curso debe ser siempre en dura bajo techo? Entiendo que en el momento del año en que se juega, se tenga que jugar en indoor. Pero por qué no podemos hacerlo en una superficie distinta cada año? No siempre en el mismo suelo. Eso daría probablemente las mismas oportunidades a todos los jugadores que se clasifican jugando en todas las superficies" sentenció.