Sucede en Tarbes 14 años atrás. Rafael Nadal y Richard Gasquet batallan en Les Petits As, el prestigioso torneo francés que mide la proyección de los jugadores del mañana. Es un combate entre niños cargados con las etiquetas de futuras promesas. La victoria, que cae del lado del jugador de Béziers, es el primer episodio de una rivalidad juvenil desarrollada entre los dos durante los años en el circuito profesional. La realidad, sin embargo, es una importante losa para afrontar el duelo que mide a ambos mañana por la final del US Open: diez veces se enfrentaron Nadal y Gasquet desde aquel duelo en Tarbes. Las diez ganó el mallorquín. A eso se enfrenta mañana el galo.
"He visto el vídeo de aquel partido en YouTube", reconoció Gasquet, clasificado por primera vez para las semifinales de Nueva York. "Sólo le he ganado una vez en mi vida, tenía 13 años y fue en Tarbes", siguió. "Él ya luchaba y corría mucho", contó. "Luego, después del partido, le dije a mi padre que Nadal era un gran luchador. Y no mentí, es la verdad", sonrió. "Fue bueno ganar allí, en uno de los torneos más grandes para niños menores de 14 años, pero sería mejor haberle ganado en nuestra etapa como profesionales y no lo hice", asumió. "Tengo 27 años y la vida es larga. ¿Por qué no voy a poder ganarle? Ya veremos".
Las palabras de Gasquet explican la historia de un jugador engullido por las expectativas de un país ávido de gloria. Uno que arrasó en categorías inferiores y despertó la atención de los técnicos. Uno que observó como su país veía en él las cualidades necesarias para ganar Roland Garros y devolver a Francia el estatus dominador arrebatado con el paso del tiempo. Uno que se fue apagando, mezclando actuaciones irregulares con otras brillantes. Uno que tiene mañana la oportunidad de cumplir finalmente con todas esas esperanzas depositadas sobre sus hombres.
"Y nadie va a decir que soy el favorito", avisó el francés, semifinalista de un torneo del Grand Slam por segunda vez en su carrera. "Obviamente, es muy difícil jugar contra Rafa. Sé que él es el favorito para pasar a la final, pero quiero jugar un gran partido. Yo no soy el único que puede perder", prosiguió. "Quiero tratar de hacer todo lo que sé para ganar. Si no es así, no pisaría la pista el próximo sábado".
Gasquet llega a las semifinales a lomos de una inercia inédita. La hoja de navegación previa a Nueva York arrojaba dudas sobre su acierto en duelos decididos en la quinta manga (5 ganados y 12 perdidos). En Flushing Meadows, sin embargo, encadena dos partidos superados en esa incierta frontera ante Raonic y Ferrer, un sacador y un luchador incansable. "La clave es que trabajo mucho físicamente", argumentó Gasquet. "Estaba un poco cansado después del partido con Raonic. Jugamos más de cuatro horas, pero yo sabía que podía jugar otro gran partido. Me sentía muy cansado, pero sabía que debía ser agresivo. Mi revés funcionó muy bien ante Ferrer", argumentó. "Creo que fue la clave del partido. He jugado mucho encima de la línea, jugué muy agresivo. Yo sabía que tenía que empezar bien y me las arreglé para hacer que los intercambios terminasen en dos disparos. Cuando estoy sirviendo, como ahora, y puedo tener este revés, que funciona tan bien, creo que puedo jugar genial".
El francés, en consecuencia, afronta el reto de derrotar a Nadal con la mente renovada. "Me las arreglé para luchar en la quinta. Fue una gran victoria para mí", dijo. "Estaba un poco cansado", admitió Gasquet sobre su estado físico tras ganar a Ferrer. "Pero he tenido dos días para recuperarme y eso es una gran diferencia. Creo que mañana estaré fresco". En Nueva York, con la final del último grande de la temporada en juego, un duelo de talentos encendidos.
Gasquet: "Tengo más opciones de batir a Nadal con la Playstation"