US Open 2013: Nadal sigue intratable

El tenista balear anuló a Robredo y se cita con Gasquet en las semifinales de Nueva York

Rafael Nadal sigue intratable y sin dar opciones a sus rivales. En esta ocasión le tocó el turno a un Tommy Robredo que no pudo repetir hazaña tras ganar a Roger Federer y se vio obligado a doblar la rodilla ante el empuje del tenista balear que dominó el partido de principio a fin. Una auténtica exhibición, tanto física como tenística que dejó a su oponente sin respuesta alguna. Sin ceder ni un solo servicio en sus cinco partidos precedentes se presenta el número dos del mundo en las semifinales del US Open 2013. Su siguiente rival es el francés Gasquet, al que ha ganado en sus diez enfrentamientos anteriores. Hay muchas razones para el optimismo.

Cien minutos ha necesitado Rafael Nadal para deshacerse del verdugo de Roger Federer. Tommy Robredo salió con el brazo encogido, consciente de que debía jugar al límite para tener una mínima opción de inquietar a su rival. Su primer saque le abandonó en el parcial inicial, y con él la poca ventaja que podía tener para conseguir ventajas y dictar el punto con su golpe de derecha. Al otro lado de la red le llegaba un aluvión de tiros a los que el de Holstaric no podía siquiera responder. El miedo al resto del balear se manifestaba con dobles faltas por parte de Tommy. Y el primer set en el bolsillo de la segunda raqueta mundial en apenas veintidós minutos de juego. Visto y no visto.

Sin embargo, Robredo no se rindió en ese momento. Tampoco lo hizo tras ceder los dos primeros juegos del siguiente parcial. Consiguió romper la sangría de puntos y juegos de Nadal y empezó a jugarle de tú a tú, a pesar de que sus esfuerzos iban a ser en vano. Tommy no posee las características para hacer sufrir a un jugador que Nadal, y menos a la versión que estamos viendo del manacorense en este US Open. Los tiros del gerundense, bien dirigidos pero poco profundos, poco pueden hacer ante la rapidez, la velocidad y el ritmo de bola del actual líder de la Carrera de Campeones.

Rafael Nadal reparte desde el fondo de pista en una auténtica exhibición tenística. Desnuda a todo un top20 del ranking ATP. Le deja sin opción de réplica. Sus golpes paralelos se convierten en tiros ganadores. Y cuando a Rafa le funciona el pararelo, más vale que el rival se eche a temblar. A pesar de la constancia y la fe de Robredo, Nadal no concede ni una sola bola de break en todo el partido, y en un único juego con su servicio se llega al iguales. Es la constatación del absoluto dominio de un tenista sobre el otro.

Nadal y Robredo son amigos. Campeones del torneo de Montecarlo en dobles, en el ya lejano 2008. Se conocen bien. En apenas ocho días serán compañeros de equipo en la Copa Davis. Juntos afrontarán el reto de medirse a Ucrania por un puesto entre los dieciséis países que formarán parte del Grupo Mundial en la próxima temporada. Pero en el día de hoy, en la alta competición, y con el pase a semifinales del US Open en juego, no hay amigos. Hay que destrozar al rival sin contemplaciones. El balear ya pudo ver como Tommy se aprovechaba de las debilidades de Roger para vencerle. Por eso no quiso dar opciones.

El partido termina y en el zurrón de un más que digno Robredo -que jugó a un nivel muy aceptable tanto en el segundo como en el tercer acto- solo hay sitio para cuatro juegos. Escaso bagaje para un tenista que ha realizado un torneo que roza lo memorable, sobre todo sabiendo de dónde viene. Pero Nadal no da concesiones. Ya avisó en Montreal y Cincinnati. Está en una forma increíble. A día de hoy, tan solo Novak Djokovic parece estar a un nivel similar al suyo, y un gran sector de los aficionados espera que ambos protagonicen la final del próximo lunes.

Pero antes de pensar en finales, hay que alcanzarlas. Y para ello Nadal tendrá enfrente a un jugador que conoce bien. El francés Richard Gasquet aparece como el último escollo que el manacorense tendrá que superar antes de meterse en su tercera final en el US Open. El tenista de Beziers, compañero de generación del balear y que ha caído hasta en diez ocasiones contra Nadal en sus enfrentamientos en el circuito ATP, no gana al español desde el año 1999. Y es que desde la adolescencia llevan enfrentándose estos dos jugadores. Ahora, pasados los años y con ambos instalados entre la élite del circuito, se disputarán nada más y nada menos que entrar en la final de un Grand Slam. Cada a uno a su manera, pero dos talentos brillantes. Dos amigos cara a cara y solo una plaza.

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