La redención de Feliciano López

El tenista toledano quiere redimirse en el césped británico tras una primera parte de la temporada decepcionante

Llegó la hierba. Territorio de Feliciano López. Lugar de redención para su tenis. El toledano, el jugador español con más cualidades para hacerlo bien en hierba, se encuentra muy motivado de cara a Wimbledon y así lo está demostrando en los torneos previos a The Championships. Si en Queen's llegó hasta los octavos de final y tuvo bola de partido para eliminar a Marin Cilic, en el ATP 250 de Eastbourne ya se encuentra en semifinales sin ceder un set. En el día de hoy batió a Fernando Verdasco, otrora gran amigo, y con la sangría de cabezas de serie que se cobraron las primeras rondas, puede ser el gran favorito para hacerse con el título.

Feliciano López tiene una relación especial con la hierba. Como si desde sus inicios la fortuna le hubiese asignado un lugar en el tapete verde. En la edición 2002 de Wimbledon, alcanza los octavos de final contra todo pronóstico. Con solo 20 años, un tenista alto y delgado, de Toledo, consigue meterse entre los dieciséis del mejor torneo del mundo. Un tipo con un gran servicio y con una volea intuitiva. Limitado hasta cierto punto desde fondo de pista, sobre todo con el revés, el cual utiliza solo para cortar la bola. Una rara avis en el tenis español.

Un jugador de las características de López no era lo que el aficionado español estaba acostumbrado a ver. Un tenista bregador, que consigue sus mejores resultados sobre tierra batida, y que no se cansa de jugar desde el fondo de pista. Y eso es lo que se esperaba de un tenista nacido en nuestro país. Y Feliciano era todo lo contrario. Nacido para el ataque, para morir en la red, acorde a sus principios. Capaz de abrir ángulos con su derecha de zurdo para sacar de pista a su rival y así rematar el punto en la media pista.

De esa forma llegó hasta en tres ocasiones hasta los cuartos de final de Wimbledon. En 2008 quizá tuvo su gran oportunidad para alcanzar la penúltima ronda. Enfrente estaba Marat Safin. Todo un ex número uno al otro lado de la red pero al que nunca se le había dado especialmente bien el césped. En ese encuentro, López se equivocó. Intentó ganar la batalla de tú a tú, en vez de disputar el partido desde la trinchera, amparado en sus potentes servicios y en el juego en la red. Su opción ante el ruso pasó, pero no su hambre de victoria.

Durante años se criticó su falta de ambición, e incluso hasta su ética profesional. Que nadie dude que Feliciano López se entrena y trabaja tan duro como cualquier otro. Lo que ocurre es que simplemente, se le ha llegado a sobrevalorar. Y es que el toledano no es un jugador completo. Posee un gran servicio y cubre bien la red, pero desde fondo de pista tiene demasiadas carencias. Quizá en los noventa, cuando las pistas aún no se habían ralentizado, hubiese tenido un papel más protagonista que secundario. Pero eso, desgraciadamente, es algo que nunca sabremos.

Mientras tanto, López intenta sobrevivir al tenis moderno y a su propia irregularidad, esa que le lastra cada año. Comenzó el 2012 en el top-20 y llegó a ser el decimoquinto jugador del mundo tras alcanzar los octavos de final en el Open de Australia, pero ahí quedó su techo. Ahora, tras conseguir lo que muchos ni siquiera llegaron a vaticinar, sobresale en citas muy puntuales. En hierba, se siente como en casa. La rapidez de la superficie tapa sus carencias, y la velocidad de su servicio hace estragos en sus rivales.

En Queen's empezó algo dubitativo ante Berankis, pero superado el encuentro ante el lituano, rindió a gran nivel. Venció primero a la lluvia y luego a Benneteau y se citó ante Cilic, defensor del título en Londres, en los octavos de final. Durante la mayor parte del partido fue por delante, pero en un final apretado acabó sucumbiendo ante el empuje del croata. Sin embargo, era solo un aviso de lo que podía ofrecer en los otros dos torneos que debía disputar.

Con Wimbledon en el horizonte, Eastbourne se presentaba como un banco de pruebas. Sin embargo, según han ido pasando las rondas, Feliciano López se ha visto con opciones de hacer algo grande. Su palmarés, que solo cuenta con dos títulos ATP, no refleja la calidad tenística del toledano. Nieminen, Mónaco y Verdasco, todos tenistas de caché en el circuito, han sucumbido en la ciudad británica ante el tenis de la raqueta española más preparada para jugar en hierba. Además, las condiciones tan húmedas de Eastbourne dificultan mucho más devolver sus bolas bajas. Con Ivan Dodig y el All England Lawn Tennis Club en el horizonte, López busca su redención.

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