
Roland Garros, la plaza que históricamente más se le resiste de toda su carrera, rinde homenaje hoy a Serena Williams, que alza su segundo título en la Philippe Chatrier, justamente once años después de haberlo conquistado por primera vez. Su indiscutible victoria 6/4 6/4 en algo más de 1 hora y 40 minutos, ante Maria Sharapova, vigente campeona y #2 del circuito, realza su condición de #1 del circuito femenino y aumenta la leyenda. Esa leyenda del 'hijo mío, yo un día ví a Serena Williams'.
Sólo hay hoy tres tenistas en activo en el circuito WTA que ostente una categoría de leyenda, cuyo nombre permanece grabado a fuego en la historia de este deporte... sus nombres son: Maria Sharapova, Serena Williams y Venus Williams, dos de ellas, las dos que continúan a su máximo nivel, se miraban hoy cara a cara en una final de Grand Slam. Llevaban sin hacerlo desde la del Open de Australia 2007. Y la campeona final fue la misma: Serena. Esa misma que con el título alzado habrá levantado ya 16 coronas de Grand Slam, a dos de Navratilova y Evert, y a cuatro de Graf. Imagínense la altura y calidad de la tenista de la que estamos hablando.
Unos construyen la hipótesis de que esta nueva Serena tiene su origen en aquella fatídica tarde de hospital en la que un trombo en una de sus piernas hace imaginar a Serena el día de su muerte, como ella confesó, otros fundan sus ideas en la nueva alianza junto a Patrick Mouratoglou, otros en que al fin se encontraba bien físicamente tras un largo calvario de lesiones... sea como sea, es indiscutible su cambio, su nuevo impulso, su fuerza renovada y su fresco liderazgo.
Con una movilidad muy muy mejorada, con un servicio que sigue funcionando como una pistola, con unos golpes precisos, potentes y bien elegidos, y sobre todo con una motivación desconocida y una profesionalidad ignota, Serena Williams lleva regalándonos un año de tenis sencillamente tremendo. Con ello se convierte en la actual doble campeona olímpica, campeona de Wimbledon, campeona de US Open, campeona del torneo de maestras, campeona también ahora vigente de Roland Garros. ¿Qué te queda por ganar?, le preguntaban a Serena. “Todo, uno nunca deja de ganar. Simplemente quiero salir a la pista y ganar. Jugar bien, sentir que mi tenis funciona... el año que viene quiero seguir jugando”, resumía Serena. "Todo" dice... su leyenda aún sigue abierta.
¿Quién nos iba a decir cuando Serena empezó a lesionarse y a perderse en los rankings hace un par de temporadas que estaríamos aquí? ¿Quién diría que Serena encontraría la forma justa y la motivación necesaria como para superar los 13.000 puntos en el ranking WTA? Hace ya mucho que tiempo que Serena alzó los brazos también en la Philippe Chatrier, que siendo una niña recién salida al circuito conquistó este lugar que al resto tanto les había costado. Cuando Richard Williams, su padre, imaginó (por motivos económicos) que era una buena idea tener hijas tenistas, y cuando comprobó lo que tenía entre manos, fueron momentos que marcaron la historia de una gran campeona como Serena, que tuvo su trayectoria pautada. ¿Imaginan ese mayo del '98 cuando Serena entró en pista por primera vez en Roland Garros, repeliendo aquella superficie donde tanto le tocaba sufrir para conseguir lo mismo que en otras pistas: ganar? ¿Por qué esforzarse para ganar? ¿Por qué sufrir ganando torneos en tierra pudiendo hacerlo sin apenas pensar en hierba o en pistas rápidas?
Con una historia curiosa, peculiar, extraña, dura, divertida, sufriente... que ha dado decenas de vuelcos, Serena Williams conquista el lugar donde la tierra exige el máximo esfuerzo, exige masticar los puntos y elaborar las estrategias. Allí donde sólo el saque y los golpes duros no valen, Serena también triunfa, lo que pone un mérito más en el zurrón de Serena Williams. Ni qué mentar entonces los 23 partidos ganados sobre tierra batida este año por Serena, su ‘peor superficie’, por simplemente cero derrotas. En el camino han caído Charleston, Madrid, Roma y Roland Garros. Ahora será el turno de la hierba, donde se puede esperar todavía más de Serena, que tiene allí ubicado su jardín de juego.
Un ace a 198km/h puso el punto y final a este último partido de Roland Garros 2013 para las chicas. Ese saque resume nuevamente lo que es Serena, lo que quedará de Serena y su dominio actual del circuito WTA. Serena Williams ya era una leyenda hace más de un año, pero sus últimos 12 meses con un balance de 74 victorias por sólo tres derrotas (Kerber en Cincinnati, Stephens en el Open de Australia y Azarenka en Doha), dejan un último sabor dulce a su carrera que visto lo visto seguirá extendiéndose. Más completa, más madura, más profesional... Serena Williams ha rendido a sus pies al circuito WTA, a Roland Garros y al mundo del deporte.