Djokovic avanza a las semifinales de Roland Garros

El serbio se cita con Nadal en semifinales tras batir en tres ajustados sets al veterano Tommy Haas

Novak Djokovic ya está en semifinales de Roland Garros. El tenista serbio accedió a la penúltima ronda del evento parisino tras dejar en la cuneta a Tommy Haas, que planteó un partido de tú a tú en el que se mostró muy valiente pero demasiado errático como para arrebatarle parcial alguno al número uno del ranking ATP. El principal objetivo para el gran dominador del panorama tenístico en los últimos dos años es el de ganar por fin la Copa de los Mosqueteros y tras la victoria de hoy solo le restan dos pasos más. El próximo, quizá el más difícil de todos, tendrá lugar el próximo viernes: Rafael Nadal, el heptacampeón del torneo galo, ya espera con el cuchillo entre los dientes.

La Suzanne Lenglen ha sido testigo hoy de una de sus últimas batallas. Durante semana y media, ha visto a auténticos gladiadores dejándose el alma en cada golpe. Observó como Tommy Robredo dinamitaba las opciones de Gael Monfils antes de la llegada del fin de semana o como Stanislas Wawrinka resurgía de sus cenizas para renovar de nuevo la etiqueta de artista maldito que lleva siempre en su espalda el bueno de Richard Gasquet. Esta pista también ha visto grandes duelos en la modalidad de dobles, donde Mahut y Llodra hicieron enloquecer a la grada tras batir a Mirnyi y Tecau, o intercambios infernales entre Serena Williams y Svetlana Kuznetsova, que demostraron que no todo en el tenis femenino son tiros planos y movilidad reducida. Y en el día de hoy, saltaban a la arcilla Tommy Haas y Novak Djokovic para cerrar los cuartos de final del evento masculino individual.

Novak Djokovic, el gran dominador del tenis mundial, el hombre que ha sumado cinco Grand Slams en poco más de dos años, está ante un reto titánico: despojar a Rafael Nadal, el rey de la tierra batida, de su cetro en Roland Garros. El caprichoso sorteo les emparejó -como primer y tercer preclasificado respectivamente- en el mismo lado del cuadro, obligándoles a cruzarse en la ronda de semifinales. Antes de eso, ambos tenían que ganar un total de cinco partidos. El español comenzó dubitativo, cediendo sets ante Brands y Klizan en sus dos primeros envites, pero su nivel de juego ha ido creciendo conforme se iba acercando la segunda semana y ha terminado colándose en el penúltimo escalón del torneo con mucha autoridad.

El serbio, por su parte, ha tenido un camino algo más regular y menos convulso. Su primer partido ante David Goffin fue una dura prueba que le acabó curtiendo para futuros cruces. Guido Pella y Grigor Dimitrov cayeron arrancándole un total de diez juegos entre ambos. Djokovic ya avisaba tras apalizar a un jugador en forma como el argentino y al que fue su verdugo en el Masters 1000 de Madrid. El pupilo de Marian Vajda sufrió más de la cuenta ante Philipp Kohlschreiber, pero supo solventar el encuentro sin demasiados apuros al final del mismo. Con ese bagaje, aparecía otra figura germana en el horizonte: el sempiterno Tommy Haas.

A sus 35 años, con un revés a una mano que parece de seda, se plantaba Haas en los cuartos de final del Slam parisino, siendo el primer alemán en conseguirlo desde 1996. Con mucho kilometraje en las piernas -durísima batalla ante John Isner en tercera ronda- pero con un tenis sólido y efectivo tras dejar en apenas cinco juegos a Mikhail Youzhny en octavos de final, se presentaba un veterano herido mil y una veces por las lesiones. Varias operaciones estuvieron a punto de arruinar la carrera de todo un ex número dos del mundo y múltiple semifinalista de Grand Slam.

La buena noticia para el serbio era que Tommy Haas no se encontraba ante su mejor superficie. En la tierra batida no puede desplegar de forma tan directa su juego y desde el principio la manija del encuentro la llevó el serbio. Djokovic, que cayó ante el aleman en el pasado Masters 1000 de Miami, no quería sorpresas y conocía del peligro que podía causarle su oponente si llegaban igualados a ciertas fases del partido. Con set arriba para el balcánico y cinco iguales en el desempate del segundo set, en un intercambio intenso, 'Nole' decidió que ya era suficiente, que iba a ejercer de número uno. En una sucesión de golpes infernales, el de Belgrado acabó la faena con un magistral revés cruzado ante la atenta mirada de toda una estrella de Hollywood como Leonardo Di Caprio -enfocado hasta la saciedad por la realización francesa- que se acercó a ver este bonito duelo.

A partir de ahí, y a pesar de la tenacidad del tenista de Hamburgo, Novak Djokovic iba lanzado hacia la victoria. Sirvió para el partido y erró, dándole la oportunidad a Haas de forzar otro tie-break en el tercer parcial, pero no hizo falta. El serbio volvió a quebrar el servicio de su rival y se medirá en semifinales a Rafael Nadal. Era la oportunidad que estaba esperando. La que le negó Roger Federer hará ya dos años, en ese irrepetible 2011, y la que el año pasado la lluvia le arruinó en cierta medida cuando parecía que la remontada ante el de Manacor empezaba a tomar forma.

El próximo viernes, Rafael Nadal y Novak Djokovic se medirán en las semifinales de Roland Garros, pero no lo harán solo para dirimir quién es el rival de Ferrer o Tsonga en la final del domingo, sino para discutir la supremacía del balear sobre la tierra batida. El número uno le ganó la partida al español en Montecarlo, y las tempraneras derrotas del serbio en Madrid y Roma le dejaron el camino libre al rey del polvo de ladrillo para alzarse con otros dos grandes títulos. Si contamos con el factor psicológico de la victoria en el Principado de Mónaco, estamos ante un empate técnico. Nadal, luchando por su octavo título en París, algo histórico. Djokovic, que quiere completar el Career Grand Slam y hacerse con la Copa de los Mosqueteros que tanto tiempo lleva persiguiendo. Y todo esto antes de la final. A buen seguro será un duelo apasionante, así que solo queda disfrutar de una batalla entre auténticos titanes.

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