
Gastão Elias es la esperanza de Portugal. A sus 22 años se va a convertir, pase lo que pase de aquí al domingo, en el jugador de su país mejor clasificado en el ranking ATP. Sus victorias en el torneo 250 de Oeiras ante Zeballos e Istomin le han valido además situarse virtualmente como #101 de la tabla mundial, a escasos puntos de convertirse en top100 por primera vez en su carrera. Parece que el nuevo líder luso se desenvuelve bien ante su público.
El protagonista de nuestro artículo de hoy es un producto de la Academia IMG de Nick Bollettieri con todo lo que eso conlleva. Es el jugador prototipo de la escuela que se encuentra en Bradenton, Florida. Jugador con golpes muy potentes, con movilidad, luchador, con garra. Si a eso le añades el carácter que se le presupone a un tenista ibérico, el resultado puede ser una bomba de relojería. El inicio de su carrera en el deporte de la raqueta empezó de manera precoz, ya que disputó su primer partido en eventos ITF Juniors con solo trece años. En tal categoría llegó a ser #6 del mundo en enero de 2008, pero a esas alturas ya llevaba tiempo jugando partidos con los profesionales.
Elias aparece por primera vez en un cuadro ATP en mayo de 2006, cuando disputa con una invitación el torneo de Estoril, el único evento portugués encuadrado dentro del calendario tenístico. Con apenas quince años poco puede hacer ante el ruso Dmitry Tursunov, ante el que solo puede sumar tres juegos. A inicios del curso siguiente debuto en Copa Davis para Portugal y gana al georgiano George Khrikadze un partido ya sin trascendencia. Inmediatamente después de su primera participación en la competición por equipo más prestigiosa del panorama de este deporte, accede a su primera final Future en España. Aunque cae en el partido por el título ante Adrián Menéndez, se ve que hay mimbres para fabricar un muy buen jugador.
Estrena su palmarés a finales de 2007 en un Future en México, batiendo en semifinales al holandés Thomas Schoorel. Un tenista que le ganó en época junior ahora cedía ante el empuje del de Caldas de Rainha. A partir del año siguiente, Gastão empezó a jugar mayoritariamente en Estados Unidos, forjándose en eventos de pista dura, ya que a pesar de su entrenamiento en Florida, seguía siendo un tenista de tierra batida. Se adentró en el mundo del ATP Challenger Tour fajándose en las duras previas, pero salvo unas semifinales en Moncton, los resultados fueron más bien desilusionantes.
Durante años se criticó la decisión de Elias y su entorno de iniciar su carrera profesional demasiado joven. No eran pocos los que pensaban que se hubiese jugador el circuito junior en 2008 hubiese estado algo más preparado en los años venideros para enfrentarse a los profesionales. Lo cierto es que tampoco la temporada siguiente fue a mejor. De hecho, finalizó el curso como #774 del mundo, muy alejado de sus mejores registros y solo un oasis en el desierto. En Estoril, estuvo a solo un juego de pasar la fase de calificación al caer ante el brasileño Hocevar en el desempate del tercer set.
La temporada 2010 se iba a convertir en clave para su carrera. No quería convertirse en otro proyecto de gran jugador fallido. Volvió a jugar más en Europa, pero ni en el Viejo Continente ni en EEUU llegaban los resultados, así que a final de curso se fue a Brasil a disputar una serie de Futures consiguiendo un balance de ocho victorias y solo tres derrotas. Esos buenos registros le espolearon y comenzó 2011 como un tiro. A la larga, sería el mejor año de su carrera, con un balance en victorias-derrotas de 45-24 y dos finales de torneos Challenger en eventos brasileños como botín más destacado.
Instalado ya cómodamente en el top200, y con Jaime Oncins como entrenador, el objetivo pasaba por combinar los Challengers y las previas de los eventos ATP. El top100 a final de año no era algo obligado, pero sí algo más o menos factible. No consiguió jugar ningún cuadro final de torneo grande pero en eventos menores no lo hizo mal ganando el título en Río de Janeiro y jugando a final de año las ATP Challenger Tour Finals, que se disputaron en la ciudad en la que se residía, Sao Paulo. Cerró su mejor temporada con una victoria ante el #64 del mundo, el rumano Hanescu y a menos de ciento cincuenta puntos del top100.
El buen inicio de 2013 le ha situado ya muy cerca de las cien mejores raquetas del mundo. Título en Santos y ahora los cuartos de final en el ATP 250 de Oeiras, ante su público, siete años después de su debut en el circuito, le han catapultado virtualmente al puesto 101 del ranking mundial. Además, este resultado le convertirá el próximo lunes en el número uno de Portugal, quitándole ese honor a Joao Sousa. Sin lusos en el top100, parece que la que fuese precoz estrella ya ha llegado. Elías quiere llegar a la élite y quedarse. Y es que su potencial va mucho más allá del de ser un mero comparsa.