¿Se infravalora a Roger Federer en tierra batida?

El suizo lleva desde 2002 disputando por lo menos una final de tierra batida cada temporada

Julio Muñoz | 25 Apr 2013 | 09.00
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Roger Federer es un gran jugador de tierra batida. En su palmarés figuran seis Masters 1000 ganados sobre arcilla y cuatro finales de Roland Garros, además de un título. Sin duda, méritos más que de sobra como para considerarlo una seria amenaza en el segundo grande de la temporada.

En los últimos días ha corrido el rumor en base a unas declaraciones de Guy Forget, miembro del Comité de Dirección de Roland Garros, de que el segundo Grand Slam del año podría estar pensando alterar el orden de los cabezas de serie, no atendiendo exclusivamente al ranking, sino también a otros méritos. En parte, porque el torneo quiere evitar a toda costa lo que podría ser un enfrentamiento prematuro entre Rafa Nadal y Novak Djokovic, los dos grandes protagonistas del año en el tenis masculino. El primero porque ha retornado en este 2013 a la competición de una manera espectacular alcanzando la final en los cinco torneos disputados hasta el momento. El segundo, porque ha logrado alzar el Open de Australia por cuarta vez en su carrera y ha acabado con el dominio de Nadal en Montecarlo después de ocho años.

La tierra batida no se le da mal a Roger Federer.

Presentes ambos en las portadas de la mayoría de prensa especializada en tenis, ¿qué ocurre, sin embargo, con Roger Federer? Ausente de las pistas desde el pasado torneo de Indian Wells, nadie parece contar con él en las quinielas que se hacen por ver quién se llevará los próximos títulos sobre tierra batida. Cinco semanas apartado de la canchas, sus 31 años, sus decepcionantes últimos resultados o quizás el parón voluntario al que se ha sometido, el caso es que el helvético ha pasado a un segundo plano en el que incluso parece infravalorarse sus aptitudes en tierra batida.

Así por ejemplo, lo corroboran las casas de apuestas, siempre un buen termómetro para saber las tendencias del momento. La práctica totalidad de ellas lo sitúan a años luz tanto de Novak Djokovic como de Rafa Nadal en las opciones de ganar Roland Garros. Bwin.es otorga a sus apostantes 15 euros por euro apostados por la victoria del suizo, muy lejos de lo que ofrece por Nadal (1.95) o Djokovic (2.10). La misma tónica se puede obsevar en Miapuesta.es que paga 17 euros por euro jugado en favor del helvético cuando apostar por la victoria de Nadal se paga a 1.90 y por la de Djokovic a 2.60. Incluso, Betfair.es lo sitúa quinto por detrás de Andy Murray y al mismo nivel que Juan Martín del Potro.

Números en mano, quizás sea conveniente advertir que Roger Federer presenta unos números realmente extraordinarios en una superficie en la que está acostumbrado a jugar desde bien pequeño por lo que sorprende la poca confianza hacia él, cuando además ha dado muestras de resurgir en no pocas ocasiones cuando ya se le había dado por muerto antes de tiempo.

De los jugadores en activo, Federer es el tercer tenista tras Nadal (38)y Nico Almagro (12) con más títulos en tierra batida con un total de 10, empatado con Tommy Robredo y David Ferrer y superando a Novak Djokovic (9). Desde 2002, lleva ininterrumpidamente 11 años jugando al menos una final por año en tierra y si no fuera por la presencia de Nadal en el circuito, el palmarés de Roger sería uno de los mejores de la historia hablando sólo de tierra batida.

Federer ganó en 2009 Roland Garros.

No en vano, es el segundo jugador con más Masters 1000 sobre arcilla (6, empatado con Thomas Muster), es campeón de Roland Garros y otras cuatro veces finalista, y un jugador capaz de vencer dos veces a Rafa Nadal en esta superficie y otras tres a Novak Djokovic, con quien presenta un equilibrado 3-3 en sus enfrentamientos sobre arcilla. Sus prestaciones son tan óptimas que es el tercer tenista de los que están en activo con mejor relación de victorias-derrotas en polvo de ladrillo (178-53, 77,1% de efectividad).

Pero más allá de los números, están los precedentes. En 2009, cuando eran muchos los que auguraban su cuesta abajo, ganó Madrid después de seis meses de sequía sin títulos y poco después se alzó con Roland Garros. En 2011, cuando Novak Djokovic aspiraba a seguir aumentando su increíble racha, unas semifinales de ensueño contra el serbio en lo que es su mejor partido sobre la superficie- y uno de los mejores de su carrera- le sirvieron para clasificarse para su quinta final en la tierra parisina.

Por supuesto, ahora la situación es distinta. Los años pasan y el tiempo no perdona, pero precisamente por ello ha estado limitando sus presencias en las últimas semanas con el fin de llegar lo más fresco posible y hacer frente a los partidos largos a cinco sets que le puedan venir. Su repertorio de golpes sigue siendo inmenso, su talento incuestionable, y la ilusión, la de siempre.

En Madrid, se ve favorecido por la altura de la capital española, en París por unas pistas que cada vez son más rápidas y premian el juego más agresivo y directo. Decir que es el gran favorito es excesivo, pero no contar con él, parece ser un pecado. Y un último detalle, si finalmente Roland Garros considera oportuno alterar el orden de los cabezas de serie, ¿qué lugar ocupará el suizo?, ¿el segundo, el tercero, o se le rebajará al cuarto? Interesante enigma.

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