Alexandra Stevenson: una espina que dura 10 años

Una treintañera, otrora de futuro prometedor, que hoy recorre los ITF en busca de aquello que el destino le arrancó en 2003. Descubre su

Pedro Gutiérrez | 8 Apr 2013 | 19.35
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En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
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Alexandra Stevenson se ve que es de esas rockeras que nunca mueren. La nacida en La Jolla (California, EEUU), ha disputado ya tres pequeñísimos (enanos 10.000 y 15.000) ITF en Gran Bretaña, así como hace unos días se encontraba disputando la previa del WTA de Monterrey (México). Con 32 años, la extop20 mundial (terminó el 2002 como #18 de la WTA) y semifinalista de su primer Wimbledon, sigue intentando hacerse de nuevo un sitio en la élite mundial.

Hija de un romance entre uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia, Julius Erving (Dr. J), al que después conoció cumplidos los 27 años, y una de las más celebres reporteras de baloncesto en Estados Unidos: Samantha Stevenson, que la crió y cuidó durante su niñez y adolescencia y de la que heredó el apellido, como no podía ser de otra manera. Samantha terminó sus estudios secundarios y enseguida quiso probar con el tenis profesional. En su primer Wimbledon, no conformó con pasar la previa, sino que alcanzó hasta la penúltima ronda. Semifinales, en su debut. Las primeras semifinales de una tenista proveniente de la previa en un Grand Slam de la historia. Consiguió que el máximo representante de Nike Tennis se desplazara de San Diego expresamente a Wimbledon para acordar con ella un contrato para vestir su marca durante tres años. "Es la nueva estrella, se han fijado en este Wimbledon", dijo entonces.

Su espectacular servicio (la misma Serena Williams dijo que se fijó en ella como referencia en algunas ocasiones), todo lo aprendido de su entrenador Pete Fischer (también entrenador de Pete Sampras) y el devenir del circuito femenino aquellos años, le ayudó a ser una de las primeras tenistas en imprimir mayor dosis de potencia a su tenis. Junto con las hermanas Williams, Pierce o Davenport, era de las ‘pioneras’ en pegarle fuerte, aunque la cosa no funcionara.

A ella se le debe uno de los gestos más extendidos en el circuito y del que pocos conocen su origen. Tras quince años recibiendo clases de ballet, en aquél mítico Wimbledon de 1999, conseguida la victoria, dada la mano a la rival en la red y al juez de silla, se desplazaba hasta el centro de pista y saludaba una a una a las cuatro gradas de la pista. Uno de los que acogió con ganas el gesto fue Andre Agassi, y desde entonces se popularizó enormemente.

Alexandra, conocida en Estados Unidos más por su peculiar historia y por haber ‘conocido’ a su padre ante las cámaras de ESPN, dentro del programa ‘Reaching out’, que por su nivel de tenis, fue una de esas americanas irregulares no, lo siguiente; que pudo ser conocida y encandilar al público, como muchas no tienen ocasión de lograr, aunque después terminaba siempre decepcionándole. A lo largo de su carrera sólo consiguió 9 victorias en torneos de Grand Slam y eso que en bastantes ocasiones fue cabeza de serie. Y de esas 9 victorias, 5 pertenecen a su primer Wimbledon de 1999. Sin victorias en Roland Garros (en ninguna de sus 4 participaciones) ni en el US Open (que llegó a disputar en 7 ediciones). Estos números suenan a chiste, pues hablamos de una tenista que aparecía en los videojuegos y que estaba permanentemente en la prensa rosa.

En aquél mismo Wimbledon que le había visto brillar como en ningún otro lugar, esta vez en 2003, Stevenson experimentó que aquél dolor de hombro no era normal. Desde entonces su carrera no volvió a enderezarse. Trató de fortalecer de nuevo aquella zona de su cuerpo, mas no pudo. El desgarro cada vez que servía, iba en aumento. No se resignó, y volvió y volvió. Modificó su forma de sacar. Además el revés a una mano le requería demasiados esfuerzos y cuando el hombro pareció recuperarse, tuvo problemas con los pectorales. Arreglado aquello, volvieron los problemas en el hombro. Una senda tortuosa de lesiones que nos separó de Stevenson desde 2003. Vio y sintió cómo siendo una tenista exitosa a los 22 años, casi una niña, su carrera año tras año iba decayendo y no había ocasión de volver atrás.

Tras surcar como ha podido todos sus graves y duraderos problemas físicos, es desde 2010 cuando según ella y sus médicos ya se encontraba, ¡al fin!, completamente recuperada. Sin embargo, han sido siete años desaparecida. Siete años sin ritmo de competición. Siete años, echando en falta aquello que más le gustaba. Poco a poco Stevenson trata de remontar el vuelo. Siempre fue una tenista muy intermitente, incluso en su mejor temporada (2002) no fue capaz de ganar ni un solo partido en los cuatro Grand Slams, pero su irregularidad los últimos cursos está siendo excesiva. Es la #443, pero ella no se rinde. Quiere conseguir ganar de nuevo partidos en Grand Slams. Quiere volver a ser top100. Con 32 años, quiere recuperar todo aquello que el destino le arrancó siendo demasiado joven.

Alexandra Stevenson, una veterana reiniciándose en el circuito ITF. Buscando a la desesperada quitarse clavos de encima, que aún le pesan, no se puede descartar que tan irregular como brillante, algún torneo dé una gran sorpresa y sea capaz de derrotar a más de una favorita. ¿Querer es poder? Probablemente estemos ante la última intentona de esta pasada campeona. Si algún día descubren a Alexandra en algún orden de juego, en algún cuadro o en algún canal de TV, no se pregunten si esta chica les suena de algo, porque sí, es ella. 10 años después, rememorando un pasado dorado.

Una más de las historias perdidas que deja el tenis y que en Punto de Break, como en ningún otro sitio, recuperamos. ¿Qué les parece?

por @Pep_Guti en @PuntoDBreak