“Es muy difícil tener un torneo así. Hay muy poquitos torneos a lo largo del año en los que tengamos tan buen hotel al lado de las instalaciones, y también playa, y piscina, y estas condiciones de jugar por la tarde-noche... vamos yo creo que las que no vienen es porque no lo conocen”, resumía muy gráficamente en Acapulco la española Carla Suárez, ya clasificada para la final femenina de esta XX edición del torneo mexicano. Acapulco es un torneo especial, por su ubicación ideal en un entorno paradisiaco sinigual, por su gran acogida por parte del público y por toda su bonita historia, cada día más extensa, repleta de grandes nombres del tenis como Rafael Nadal, Guga Kuerten, David Ferrer, Elena Dementieva, Arantxa Sánchez-Vicario, Carlos Moyá, Flavia Pennetta y otros muchos.
En esta edición de 2013, el Abierto Mexicano de Tenis Telcel, cumple su vigésimo aniversario, 20 después tienen mucho que celebrar. Un torneo mexicano excelente. Esta especial edición la van a poder festejar nada más y nada menos que con el mejor tenista de la historia sobre tierra batida, Rafa Nadal, que cerrará la última celebración del torneo sobre pistas de tierra, pues para 2014 entre los muchos nuevos cambios del calendario se incluye que este torneo se mudará de las lentas pistas de tierra a las rápidas pistas duras, logrando una histórica reclamación del comité directivo (con Raúl Zurutuza a la cabeza), con el objetivo de conseguir un todavía mejor plantel de jugadores y jugadoras y crecer como evento ATP 500 y WTA International ideal previo a los importantes eventos de Indian Wells y Miami por otra parte cercanos geográficamente. Eso sí, prometen que la esencia de Acapulco no cambiará. Esa esencia de torneo especial, casi mágico, que es de lo más cercano que un torneo de tenis puede estar del paraíso. Un trocito de cielo hecho tenis.
No es un torneo común. Eso sí que no, de todo menos eso. Ningún tenista sale cabreado de Acapulco, un lugar ideal para desplegar tu tenis a la altura del mar y con un clima que nunca falla; aunque en algunas ocasiones el calor es excesivo. Una mezcla curiosa para muchos entre competición y vacaciones. Le diferencia el ser un torneo mixto, disputándose tanto de hombres como de mujeres, lo que le aporta mucha más riqueza y variedad, así como permite que incluso los últimos días la actividad siga siendo intensa y las gradas permanezcan repletas. Las finales de este año, protagonizadas por auténticos especialistas en esta superficie como Rafael Nadal y David Ferrer, así como Sara Errani y Carla Suárez, son un auténtico lujo que prometen un broche final ideal al torneo en esta XX edición.
Perteneciente al conocido Triángulo del Sol, Acapulco es una de las zonas más turísticas de México, que entre sus momentos más importantes del año encuentra esta última semana de febrero en que acapara la atención del tenis mundial. No obstante, no hablamos sólo de un torneo de tenis. Hay muchas más cosas que hacen grande a este torneo. Durante esta semana en la ciudad mexicana también se celebró un instructivo congreso de entrenadores, con las ponencias de reconocidos coaches como Javier Piles (David Ferrer), Pablo Lozano (Sara Errani) o Luis Mediero (Team Wilson), entre otros; así como se han celebrado bastantes clínics con niños, curiosas actividades de promoción en las que hemos podido ver a los tenistas sobre motos de agua o probando salsas picantes, así como tuvo lugar también la celebración de la llamada Noche Blanca, una player’s party en plena playa con música en directo y todo el mundo vestido de blanco (incluido el propio Rafa que no se lo quiso perder). Una fiesta a la que pocos se negarán. En definitiva, hablamos de un torneo muy perfeccionado; una semana redonda de tenis.
Un torneo en el que los tenistas tras terminar el partido se pueden ir a duchar a su propia habitación, a escasos metros, o si les apetece ir a tomarse un refresco andando en plena playa para relajarse tras un duro día de entrenamientos, allí se levantan rodeados de palmeras y con un amanecer inigualable al asomarse a la ventana que proporciona unas vistas que ya quisieran para sí muchos otros torneos del circuito mundial... son detalles que diferencian a Acapulco, y que uno tras otro hacen de éste un evento singular y muy apreciado. Ejemplo a seguir en organización y que cada año se cierra con gran éxito, siendo un ejemplo que los propios jugadores valoran y que precisamente por ello ha sido galardonado ya en varias ocasiones como el mejor torneo de su categoría tanto por la ATP como por la WTA.
Desde que arrancara en 1993, el torneo de tenis mexicano ha pasado por muchas etapas distintas, creciendo en todas ellas; pero por destacar una, su gran cambio tuvo lugar en 2001 cuando se desplazó de Ciudad de México a Acapulco y dio con ello el paso de convertirse en un torneo mixto y no solo masculino. Grandes aciertos que le permitieron despegar hasta el lugar preeminente que ocupa ahora, aunque el calendario no lo valore tanto como debería. La gira dorada latinoamericana que llaman, llega a su culmen en esta ciudad costera de clima cálido. Un torneo final espléndido para llegar a la cima de una gira que, sin duda, necesita recobrar su importancia en el calendario, al menos tanto como lo ha hecho en este 2013 gracias a la vuelta de Rafa Nadal. Sin duda, el entorno, el crecimiento, el seguimiento y la pasión al tenis que hay en este tierra, lo merecen.
Por tener, el torneo de Acapulco es especial y conserva detalles peculiares aún sin pretenderlo como le ocurrió con el célebre trofeo del Guaje de Plata que se entrega al ganador masculino, clásico artilugio mexicano que servía hace tiempo para almacenar el agua fresca, y que ahora con la compañía de una pelota de tenis de oro incrustada, es una de las imágenes referencia de este torneo, aunque pocos oonocen la verdadera historia del mismo. No crean que hubo una discusión ni una reflexión en cuanto a lo adecuado que sería un trofeo peculiar que distinguiera al torneo mexicano, ¡qué va! Hablamos de un trofeo pensado a última hora pues en la primera edición del torneo, al comité organizador se le pasó caer en la cuenta de que precisaban de un trofeo que entregar al campeón y tuvieron que hacerse con lo más similar que encontraron a esto en una joyería de la ciudad en el último momento. No tenían copas de títulos, ni un plato decorado que pudiera servir, así que terminaron seleccionando aquél Guaje de lujo, bañado en plata, que al final se ha convertido en toda una tradición y ahí lleva ya 20 años sin falta siendo recogido de mano de los campeones. En el torneo femenino, por su parte, el trofeo es más clásico y representa una pelota de tenis gigante plateada.
Con los partidos disputándose en la tarde-noche para evitar el calor, la enorme central de 7.000 espectadores es testigo cada tarde con la competición en marcha del atardecer mexicano que confunde el color rojizo de la superficie y el amarillento de las pelotas, con las tonalidades cálidas que proporciona la víspera de la jornada. Este horario, por otra parte, también surgió inesperadamente en la X edición del torneo, como una opción para permitir que acudiera más gente a la final y finalmente se ha convertido en otros de los signos distintivos del ATP y WTA de Acapulco. Un torneo paradisíaco que puede seguir creciendo aún en repercusión y cobertura televisiva, dos de sus asignaturas pendientes, así como en un papel algo más digno de los tenistas locales que añadirían un picante más de emoción.
Un torneo de los que merece la pena visitar para disfrutar del tenis y de un entorno increíble y espectacular. México y Acapulco se vuelvan con el tenis y se nota, desde las largas colas hasta en la multitud de pequeños detalles y de enormes facilidades existentes para los profesionales, los medios y los aficionados. Por eso, hoy, en Punto de Break, les hemos acercado un poco más a uno de esos torneos diferentes, queridos y añorados del calendario que hacen de este deporte de la raqueta algo tan universal e incomparable. Hace 20 años que se empezó a construir esta gran obra, y que para su siguiente edición sufrirá un severo cambio despidiéndose de la arcilla como superficie. Si la esencia se mantiene, nada cambiará. Confiemos en que Acapulco, como siempre ha hecho, siga creciendo.
Sin duda, lo más cerca que está un torneo de tenis del paraíso: Acapulco.
por @Pep_Guti en @PuntoDBreak