
Tras contar Punto de Break, esta madrugada, la muy próxima desaparición del torneo WTA de Barcelona, hemos podido conocer que el asunto se encuentra ya inmerso en un procedimiento judicial en el que los antiguos propietarios del torneo reclaman a sus compradores, a través de los tribunales, que les devuelvan el torneo. A continuación todos los detalles, tras charlar con José Luis Rivera, antiguo director del torneo y durante casi una década, en que lo transformó de un pequeño ITF 10.000 a un WTA International.
La WTA tiene un determinado número de semanas en su calendario y de licencias para celebrar torneos. Tras esa lógica existe un mercadeo peligroso y negativo para el tenis. El torneo de Barcelona desde que se hiciera con su licencia había venido recibiendo ofertas de muchos interesados en comprarlo. Entre ellas los propietarios habían avanzado con una de ellas: compradores turcos. Todo iba en el camino correcto y las negociaciones estaban muy avanzadas, sin embargo, entonces llegó la WTA. Les aconsejó venderlo a los hermanos Reichel, propietarios de los WTA de Bad Gastein y Linz, que se comprometían además a mantener el torneo en Barcelona. Esa es la versión de José Luis Rivera.
Parecía una solución perfecta. No lo era. Durante la misma celebración del torneo, los Reichel ya dejaron detalles extraños, su comportamiento no mostraba el más mínimo interés lejos del puro beneficio especulador-empresarial. Algo empezó a oler mal, y los hechos no hacían más que corroborar las sensaciones. A día de hoy, como nos comenta José Luis Rivera, exdirector del Barcelona Ladies Open, los hermanos Reichel han incumplido lo firmado: ni han pagado los 300.000 euros que se fijó como precio del torneo ni han cumplido la cláusula que les obligaba a mantener el torneo en Barcelona.
Los antiguos propietarios iniciaron el conveniente proceso judicial, en marcha hace muchos meses, que se ha reactivado este último lunes. En rebeldía, los hermanos Reichel, según Rivera, no han acudido diligentemente a las citaciones en que el Juzgado les ha requerido. El juicio está previsto para el próximo 20 de marzo. Evidentemente es imposible que este año el torneo WTA de Barcelona se celebre, pero Rivera y todo su equipo solicitarán en el momento oportuno la suspensión del WTA de Núremberg, a celebrar la semana del 10 de junio. Asimismo, comunicarán en las próximas horas a distintas federaciones entre ellas, evidentemente, la alemana, para que sean conscientes de lo ocurrido y de que han comprado un torneo que probablemente no se pueda celebrar.
Actualmente la antigua dirección del Barcelona Ladies Open ya no reclama el pago del dinero fijado, sino que su intención es únicamente recuperar el torneo y su licencia, dado el incumplimiento que los hermanos Reichel, a través de sus muchas sociedades (la más conocida: Matchmaker), han venido llevando a cabo, ante por cierto la pasividad de la WTA, según nos afirma el propio Rivera; éste también deja caer que Stacey Allaster y todo su comité de dirección están perfectamente al tanto de los tejemanejes de los hermanos Reichel, y han permitido todo este juego en contra del torneo de Barcelona, igual que miraron para otro lado con el torneo de Tokyo, cuando lo desplazaron a la china ciudad de Wuhan. Es altamente probable, por no decir seguro salvo un cambio radical en su posición, que la antigua cúpula dirigente del torneo de Barcelona inicie las medidas judiciales necesarias también contra la WTA. Esto internacionalizaría el conflicto, y veremos con qué conclusiones. Una muestra más de lo extraño de la dirección actual de la WTA y de lo oscuro que está todo este tema.
El procedimiento sigue su curso, mañana termina el plazo que los antiguos propietarios han dado a los hermanos Reichel para llegar a un acuerdo. El lunes se inician las causas previas, y entonces se verá hacia dónde se encamina todo ello, a poco más de un mes del juicio oral. El incumplimiento parece claro, pero al internacionalizarse el conflicto con la entrada de la WTA, puede demorarse algo más. No obstante, a priori, serían procesos separados.
Al final, todo esto se veía venir con los nuevos propietarios, que extienden cada vez más sus tentáculos por todo el circuito. Hace tiempo que da la sensación de que el único valor para medir en el deporte de élite es la financiación; las consecencias de esta dirección sólo el tiempo las dictará. España, mientras, se queda con Madrid como único torneo WTA en todo el año, tras la desaparición en año y medio de los WTA de Marbella y Barcelona. Y, dicho sea de paso, sin ningún otro torneo ITF referencia, siquiera ITF 50.000. Siete top100, cuatro jóvenes que prometen, dos top15 en dobles y son ITF’s 25.000, como mucho, cuanto se juega. Triste, inmerecido y muy negativo de cara al futuro del tenis femenino español.
* Aclaración: todo lo relatado en este artículo es de acuerdo con la versión que el mismo José Luis Rivera, ex director del torneo, nos ha relatado vía telefónica. De la veracidad de todo lo comentado ni Punto de Break, ni yo mismo, respondemos. Sencillamente informamos.
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