Oportunidades perdidas
En ocasiones los tenistas no consiguen el objetivo que se habían propuesto.


En ocasiones los tenistas no consiguen el objetivo que se habían propuesto. En este artículo repasamos las oportunidades perdidas en el 2012.
A lo largo del año son muchos los tenistas que tienen un objetivo prioritario para la temporada. Según la categoría del jugador en cuestión, su objetivo será distinto y de diferente magnitud: para algunos ganar un Grand Slam, y para otros alcanzar una determinada posición en el ranking o ganar un título ATP. En las siguientes líneas repasaremos las oportunidades que algunos jugadores perdieron en 2012, jugadores que no lograron un objetivo concreto a pesar de que eran a priori favoritos para conseguirlo.
Roger Federer – JJOO de Londres: Agosto de 2008. Roger Federer va a perder, en apenas una semana, el no.1 por primera vez en cuatro años. Antes de cederle la primera plaza del ranking a Rafael Nadal, no puede llegar a la ronda en la que se lucha por las medallas en los JJOO de Pekín al caer en cuartos de final ante James Blake, que hasta ese partido nunca le había ganado y solo le había arrancado un set en sus ocho enfrentamientos previos. A pesar de la medalla de oro conseguida en dobles junto a Stanislas Wawrinka, al genio suizo se le puso entre ceja y ceja conseguir el oro olímpico en categoría individual. Y su gran oportunidad llegaba en el lugar idóneo y en el momento adecuado. A un mes de cumplir los 31 años, Federer acababa de volver al no.1 del mundo tras hacerse con su séptimo Wimbledon, y además los JJOO de Londres se disputaban en el tapete verde del All England Lawn Tennis Club. El de Basilea, máximo favorito para ganar la medalla que tanto buscaba, llegó a semifinales sin ceder una sola manga. Pero en esa ronda todo se torció. Enfrente estaba Juan Martín Del Potro. El número nueve del mundo no era un especialista en hierba, pero realizó un tenis soberbio aunque acabó sucumbiendo en un maratoniano partido que se alargó hasta el 19-17 del tercer set. En la gran final esperaba Andy Murray, la víctima de Federer tres semanas antes en la final de Wimbledon. Ambos estaban a la oportunidad de su vida. Roger porque por edad, quizá estaba ante la última oportunidad de alzarse con el oro en individuales, y Andy porque jugaba arropado por su público y tenía además la ambición añadida de vengarse de la derrota en el ‘major’ londinense. La final, por desgracia para el suizo, no tuvo historia, el partido ante Del Potro le pasó factura y no aguantó las embestidas de un Murray que solo le permitió hacer siete juegos. Aunque se esfumó la oportunidad del oro, Federer reconoció que era un éxito haber conseguido la medalla de plata y no descarta llegar a los JJOO de Río Janeiro a pesar de que en esa fecha tendría 35 años.
Nicolás Almagro – Gira tierra batida europea: Nadie duda a estas alturas del potencial tenístico del murciano en el circuito. En estas dos últimas temporadas ha transitado con asiduidad el top-ten y su rendimiento en pistas duras está en franco progreso. Con 12 títulos ATP, y otras seis finales disputadas, es uno de los mejores jugadores en tierra batida del mundo. Sin embargo, durante otra temporada más, no ha rendido a la altura de las expectativas en la gira primaveral de tierra batida. Ganador en Sao Paulo y finalista en Buenos Aires en el mes de febrero, Nico siempre se ha caracterizado por rendir muy bien en torneos menores, pero no refrendar esos registros en torneos de mayor enjundia. No pasó de octavos de final en Montecarlo, ni tampoco en Barcelona, Roma y Madrid. Su victoria en el ATP 250 de Niza previo a Roland Garrós le otorgó su segunda corona del año. Terminó su periplo en el polvo de ladrillo con sus terceros cuartos de final en París, que si bien es cierto que son un gran resultado, no empaña la gris temporada del pupilo de Samuel López sobre la arcilla europea.
Sam Querrey y David Nalbandián – Queen’s Club: El torneo preparatorio por excelencia para Wimbledon abría otra vez sus puertas para recibir a los mejores jugadores del mundo y como pasase en la edición de 2010, asistimos a una semana llena de sorpresas. Ninguno de los cuatro primeros cabezas de serie -Murray, Tsonga, Tipsarevic y Simon- alcanzaron los cuartos de final, y tampoco lo hizo Andy Roddick, tetracampeón y uno de los jugadores más laureados en la historia del club, que cedió en su partido inicial ante Roger-Vasselin. Por tanto, el cuadro se abría para una serie de jugadores que en principio no entraban en las quinielas para alzarse con el trofeo. El estadounidense Sam Querrey era una de ellos. Situado en el puesto no.77 de la clasificación mundial, el californiano aún trataba de recuperar ranking tras un 2011 aciago por culpa de las lesiones. Campeón en la edición de 2010, se encontraba ante una gran oportunidad para ganar su segundo título en la hierba londinense, pero acabó cediendo en tres sets ante Marin Cilic en semifinales, en un partido que se decidió por un par de detalles. David Nalbandián, por su parte, fue otro de los beneficiados por la caída de los favoritos en las primeras batallas. Con mucho sufrimiento se coló en semifinales y allí venció en dos cómodos sets a la esperanza búlgara Grigor Dimitrov. En la final esperaba Cilic, verdugo del antiguo campeón Querrey. Diez años después de alcanzar la final de Wimbledon, el argentino había llegado a su segunda final en pista de hierba. Tras hacerse con el primer set e ir break abajo en el segundo parcial, todo se desmoronó para el cordobés. Fruto de la frustración tras perder el servicio, le pegó una patada a una valla publicitaria que cubría a un juez de línea, ocasionándole una herida en la pierna. Este acto le costó la descalificación del torneo y la pérdida de todos los puntos y el dinero ganado en esa semana. Tras su actuación en Queen’s, solo jugó cinco torneos más en toda la temporada con un balance de una victoria y cinco derrotas.
John Isner – US Open: Con la sonada baja de Rafael Nadal, todo el mundo en Flushing Meadows estaba muy pendiente del sorteo del cuadro principal. Djokovic, Federer y Murray eran tres valores seguros para alcanzar las semifinales, y con Ferrer como cuarto cabeza de serie, muchos veían en ese sector la única oportunidad para colarse en la penúltima ronda. Tras la realización del sorteo, los cruces deparaban los siguientes posibles enfrentamientos en cuarta ronda: Isner v Tipsarevic y Ferrer v Gasquet. De esos cuatro nombres, probablemente saldría un finalista. El gigante de Greensboro era, tras el español, el máximo favorito para llegar a esa ronda. Finalista en Indian Wells y semifinalista en Toronto, era el número diez del mundo y el mejor estadounidense. Además, los cuartos de final en la edición de 2011 hablaban bien del potencial que podía llegar a alcanzar en las pistas ‘decoturf’ del US Open. Tras superar en cuatro sets a dos jugadores incómodos como Malisse y Nieminen, Isner naufragó antes de llegar a la cuarta ronda ante Kohlschreiber en 5 sets, dejando a un Andy Roddick al borde del retiro, como el único tenista local en el torneo. Con el estadounidense fuera de juego, Ferrer batió a Gasquet en octavos y a Tipsarevic en cuartos para avanzar a las semifinales del evento neoyorquino.
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Por @FriKarian para @PuntoDBreak