El Open de Australia y sus sorpresas. El primer Grand Slam del año siempre ha estado lleno de resultados inesperados, repasamos los más recientes.
Melbourne siempre ha sido plaza para grandes e inesperadas actuaciones. Jugadores que se unieron a una fiesta a la que en principio no estaban invitados. Tenistas que no formaban parte de la élite y que en algunos casos encontraron en suelo austral una plataforma para unirse al círculo de los ganadores, y en otros disfrutaron de las dos mejores semanas de su carrera como profesional. En Punto de Break analizamos las grandes sorpresas del Open de Australia.
Carlos Moyá (27.08.76): El tenista mallorquín disputó el partido por el título en 1997 ante el legendario Pete Sampras. Aunque alcanzaría el no.1 tan solo dos temporadas después, en ese momento Moyá solo sumaba 2 títulos ATP y se encontraba en el puesto número 25 del ranking. Su victoria en primera ronda ante Boris Becker, campeón en Melbourne el año anterior, le catapultó a la fama, convirtiéndose en un icono mediático a pesar de tener solo 20 años. A partir de ese momento, su trayectoria fue meteórica, demostrando al tenis español que también se podían obtener buenos resultados en pistas rápidas.
Arnaud Clement (17.12.77): Finalista en 2001, el pequeño jugador francés se encontraba a sus 23 años dentro de los veinte mejores jugadores del mundo. En el Open de Australia cuajó una gran actuación, deshaciéndose en la primera semana de jóvenes talentos como Tommy Robredo y Roger Federer. Su gran victoria llegó en cuartos de final ante Yevgeny Kafelnikov, número 5 del mundo en ese momento y campeón del torneo en 1999. En semifinales protagonizó una gran remontada ante su compatriota Sebastien Grosjean, que dominaba el encuentro por dos sets a cero. En la final, Agassi fue demasiado para un inexperto Clement que alcanzaría dos meses después el top-ten, y que nunca más volvería a asomarse por las rondas finales de torneos de Grand Slam.
Thomas Johansson (24.03.75): El tenista de Linkoping ocupaba el puesto no.18 del ranking cuando se alzó con el título en Melbourne. Especialista en pistas rápidas, el Masters Series de Canadá en 1999 había sido su mejor resultado hasta esa fecha. Durante la edición de 2002 batió a jugadores aguerridos como Younes El Aynaoui o Jiri Novak, y en la final pudo con Marat Safin, que en ese momento se encontraba a las puertas del top-ten. El sueco consiguió su primer y único torneo ‘major’ sin ganar a jugadores instalados entre los diez mejores del mundo. En junio de ese mismo año alcanzaría la séptima posición del escalafón mundial, la mejor de su carrera profesional. Tras este éxito inesperado, su mejor resultado en un Grand Slam llegaría en Wimbledon, con las semifinales logradas en 2005.
Rainer Schuettler (25.04.76): El alemán llegó a la final del Open de Australia en la temporada 2003. Beneficiado por la retirada de Marat Safin en la tercera ronda del torneo, se adentró en la segunda semana donde eliminó a jóvenes valores como James Blake y David Nalbandian que empezaban a asomarse a las primeras posiciones del circuito. En semifinales le ganó la partida a un Andy Roddick que llegaba muy fatigado de su partido de cuartos de final ante El Aynaoui. En la final Agassi le despachó en poco más de hora y cuarto, permitiéndole hacer solo cinco juegos. Su gran rendimiento en el primer Grand Slam del año se mantuvo el resto de la temporada, clasificándose para la Copa Masters de Houston tras ganar 71 partidos y 2 títulos ATP. Tras alcanzar la final del Masters Series de Montecarlo en 2004, su rendimiento decreció saliendo de las posiciones nobles. Ya en el ocaso de su carrera, en el año 2008, conseguiría llegar a las semifinales de Wimbledon, demostrando que quien tuvo, retuvo.
Marcos Baghdatis (27.06.85): El idilio del jugador chipriota con el público australiano durante la edición 2006 hacía presagiar una carrera deportiva espectacular. En esas dos semanas mágicas, el oriundo de Limassol dejó en la cuneta a tres top-ten antes de plantarse en la final ante Roger Federer. Roddick doblaría la rodilla en octavos en cuatro sets, en una manga más lo haría Ivan Ljubicic en cuartos, y en semifinales llegaría la gran remontada ante David Nalbandián, haciendo enloquecer a la grada. En la final, durante los dos primeros sets la final parecía decantada para Marcos, pero el genio de Basilea reaccionó, haciéndose con el segundo set, y aniquilando la resistencia de su rival para anotarse su segundo Open de Australia. Baghdatis conseguiría llegar al top-ten y encaramarse a la octava posición del ranking durante ese mágico 2006. Sus semifinales ese mismo año en Wimbledon no hacían sino confirmar que iba a mantenerse entre las mejores raquetas del mundo, que no iba a ser flor de un día. Sin embargo, durante 2007 y los años posteriores, se ha demostrado todo lo contrario. Su mal estado físico, relacionado en ocasiones con problemas de peso, y la irregularidad manifiesta de su tenis han hecho que el gran talento y carisma del chipriota solo se vea con cuentagotas y muy alejado de las grandes plazas.
Fernando González (29.07.80): El bombardero de La Reina contaba con 26 años cuando llegó a la final del Open de Australia. Situado en la novena posición del ranking mundial, el tenista chileno había ganado ya siete títulos ATP pero en los ‘majors’ nunca había logrado grandes resultados. La final en el Masters Series de Madrid 2006 fue un aviso del potencial que podía alcanzar el chileno, pero en ese Open de Australia 2007, su nivel de juego fue superior, sobre todo tras superar dos primeras rondas muy complicadas ante dos jóvenes emergentes como Evgeny Korolev y Juan Martín Del Potro. Lleyton Hewitt, James Blake, Rafael Nadal y Tommy Haas fueron sus víctimas camino de la final, siendo el australiano el único que le robó un set. En el partido por el título cayó ante Roger Federer, que se mostró inquebrantable ante el potente juego de ‘Feña’. Hasta que las lesiones se lo permitieron, González estuvo presente entre los mejores jugadores del mundo, con las semifinales de Roland Garrós 2009 y la medalla de plata en los JJOO de Pekín como mejores resultados.
Jo-Wilfried Tsonga (17.04.85): El partido que el tenista de Le Mans cuajó en las semifinales del Open de Australia 2008 ante Rafael Nadal es una de las exhibiciones más espectaculares a la que ha asistido la grada australiana en los últimos años. El francés irrumpió en el circuito en el Queen’s Club la temporada anterior, cuando sorprendió en la primera ronda del torneo a Lleyton Hewitt. En su camino hacia la final de Melbourne, eliminó a Andy Murray en primera ronda -en esos momentos número 9 del mundo y uno de los candidatos al título tras alzarse con la corona en Doha dos semanas antes- y a jugadores aguerridos como Richard Gasquet o Mikhail Youzhny antes de dejarle ganar a Nadal tan solo siete juegos en la antesala de la final. En el último encuentro del torneo, se hizo con el primer parcial ante Djokovic, pero acabó cediendo en 4 sets. Solo era el principio de una carrera que se ha movido casi siempre entre el top-ten de la ATP. El Masters 1000 de París es su mejor título hasta la fecha, pero también ha llegado a otras dos semifinales en Australia y también ha llegado al penúltimo partido en Londres en las ediciones de 2011 y 2012.
Fernando Verdasco (15.11.83): La magnífica actuación del tenista madrileño en la edición de 2009 es considerada la última gran sorpresa del torneo a pesar de que ni siquiera llegó a la final del torneo. Héroe español tras la consecución de la Copa Davis 2008, la gran pretemporada que realizó en Miami junto a Gil Reyes y Darren Cahill dio sus frutos en el verano australiano. Por segundo año consecutivo, Andy Murray volvía a ser uno de los grandes favoritos, y volvería a caer antes de tiempo, esta vez en octavos de final ante un Verdasco que durante las dos semanas que duró el torneo, jugó el mejor tenis de su vida. Tsonga, finalista del año anterior, no fue rival tampoco para el madrileño, que en semifinales protagonizó junto a Rafael Nadal uno de los mejores partidos que se recuerdan en los últimos años. Pasada la barrera de las cinco horas, el partido murió con una doble falta de Verdasco, que se fundió en un abrazo junto a su amigo y compatriota, que ganaría dos días después su primer Grand Slam en pista dura tras vencer a Federer en la final. Tras el gran nivel tenístico mostrado, Verdasco escaló rápidamente posiciones alcanzado su mejor ranking -la séptima plaza- en abril de 2009 y finalizando entre las diez mejores raquetas del mundo durante dos años consecutivos.
¿Cuál ha sido para ti la mayor sorpresa del Open de Australia? Déjanos tus impresiones en la sección de comentarios.
Por @Frikarian para @PuntoDBreak
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